universe.

620 83 23
                                    




015| ella era el caos del universo.




No puedo sentirme más que nervioso, el hombre de rastas me observa a detalle mientras que un tigre reposa a su lado
–después de todo Laila no estaba loca–.


— Está Eurus estará bien si es lo que te preocupa —comenta el hombre de color llamando mi atención provocando que quite mi vista del felino— lo que a mí me preocupa es sobre que hables de esto con Negan, eso no me beneficiaría en nada ¿te mantendrás callado?

— ¿Quién eres tú? —digo ignorando lo anterior dicho, enarcando una ceja me cruzo de brazos tratando de no tener una postura demasiado impertinente como le molestaría a Negan —tú conoces a Eurus, el santuario y a Negan. Eso significa que no eres muy bueno que digamos ¿o sí?


— Eres un chico demasiado impertinente ¿verdad? —me da una sonrisa— Mira, mis asuntos con ellos dos son solo míos, no necesitas saber de nada solamente no debes hablar de esto con ninguno de los salvadores, ahora puedes marcharte.


— No me iré hasta que Eurus venga conmigo —advierto sentándome en lo que parece ser su despacho— ese es el trato.

— Realmente no eres un tipo agradable, pero esta bien. Te quedarás con ella hasta que despierte que será en un par de horas, hablare con ella y después ambos se irán, fingirán que no vieron mi Reino y mucho menos a mi ¿está bien? —sentencia extendiendo su mano derecha, dudoso la acepto— Ahora, sígueme.




Sin contestar, comienza a caminar seguido de la tigresa, con un poco de miedo los sigo por detrás pero todo eso cambia cuando abre una habitación y deja ver una Eurus haciendo muecas de dolor mientras que toca su clavícula.



— Esta rota —informa el moreno provocando que ella alce la mirada de golpe— al parecer sigo siendo tu salvación ¿no es así? —pregunta con una sonrisa de lado que provoca burla, la castaña chasqueando la lengua desvía la mirada, por primera vez puedo apreciar que ella no responde con gracia a algo— esto queda entre nosotros, como siempre lo ha sido. Tu amigo el rubio no hablara ¿cierto? —frunzo el ceño molesto, habla como si no estuviera a lado suyo— Cruzaste la línea.



— Él no hablara —interrumpe con asco Eurus sin mirarle— y a parte, todo lo que hice por ti esto es lo menos que puedes hacer. Me iré y no tendrás que verme de nuevo a mí ni a Dwight— se levanta entre quejidos— No necesito de tus estúpidos cuidados, me largo de aquí.

— Con cuidado querida— se despide el moreno sin detener la acción de la castaña.


Eurus pasando a un lado mío, me señala con la mirada que la siga y así lo hago sin protestar hasta que llegamos al bosque, tragó un poco de saliva al notar que aprieta con fuerza los puños al igual que su mandíbula.


— Gracias —interrumpe el silencio, entre abro mis labios sorprendido por notar que no me dicho una maldición o algo por el estilo. Y sin saber qué responder a su agradecimiento, asiento— fuiste inteligente al seguir mi orden, quizá si hicieras siempre lo mismo me caerías mejor.


— Lo consideraré —respondo haciendo una pequeña reverencia ganándome una risa por parte de ella— Creo que debemos apresurarnos, realmente haces muchas muecas de dolor.



— ¿Te acuerdas de aquella noche que subí el árbol hasta tu ventana? —pregunta mirando el cielo, sin dejar de verlo. Asiento sabiendo que no me está viendo, pero de alguna forma ella sabe que no olvido esa noche... y ni la olvidare—Él es Ezekiel— confiesa en voz baja, sonríe con completa tristeza— Me hubiera gustado que lo conocieras cuando realmente era una persona buena, ahora solo es una persona que busca algo a cambio... Ya sabes... personas que dan asco.



— Hey— le tomó con delicadeza su muñeca, ella se gira a verme y puedo ver su lado más vulnerable, débil, solitario. Sus ojos me demuestran que está sufriendo y cuando la primera lágrima cae, es cuando reúno valor necesario para poder atraerla hacia mi — Todo ya está hecho, no puedes cambiarlo pero puedes cambiar el futuro... futuro.



Con timidez, ella alza su brazo "sano" y corresponde mi abrazo a la par que siento como mi pecho comienza a humedecerse.


— Podría ser peor —tiembla un poco.
— Podrías ser peor, tienes razón, pero no lo eres.



Al notar que no se tranquiliza, comienzo a acariciar su cabello con calma.


—Cuéntame un secreto— digo tratando de desviar el tema y hacerla sentir mejor, ella se percata de ello y suelta una pequeña risa que es una melodía perfecta a mis oídos.


— No he podido dormir bien, he guardado dedos de mordedores arriba de mis revistas porno.

— ¿Revistas Porno?

— Sabia que te llamarían más la atención que los dedos de los mordedores.


Ambos no podemos evitar reír ante lo anterior dicho, y dispuesto a separarme de ella retrocedo un par de milímetros pero todo eso se detiene cuando nuestros ojos chocan.


— Prométeme que no olvidaras este momento, por favor— ruego, ella asiente con una sonrisa.


Y son eso bastó para que me acercara lentamente a ella...






Nuestras narices chocaron, ambos sentimos nuestra respiración.
Ambos cerramos los ojos y nos besamos.




Y ahí fue cuando entendi algo. Fue el inicio del caos más hermoso de todo el puto universo.

缓和Donde viven las historias. Descúbrelo ahora