Prólogo

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Hace mucho tiempo, cuando los dioses caminaban entre nosotros y la gran Tenochtitlan se encontraba en su auge, el gran chaman observando las estrellas predijo el nacimiento de un príncipe y una princesa. Ellos se volverían eternos en muchos sentidos y serian el último precedente de que los guerreros aztecas poseían poderes. Los dioses habían bendecido a su pueblo incluso cuando la gran ciudad dejara de existir, pero nadie hizo caso de las palabras del chaman, pues en esos momentos los dioses tenían puesto sus intereses en exhibir la grandeza de sus pueblos.

Poco tiempo después nación un príncipe azteca a quien nombraron Popocatépetl. Desde pequeño fue entrenado para ser el mejor guerrero de su clase. El dios Huehuetéotl, al observar el guerrero en que se estaba convirtiendo lo bendijo con la manipulación del fuego.

Dos años después del nacimiento del príncipe Popocatépetl, nació la princesa Iztaccíhuatl hija del emperador de la gran Tenochtitlan. Siendo hija de Xochiquetzal, Iztaccíhuatl heredo belleza, gracia y más tarde cuando se convirtiera en mujer seria la tentación de cualquier hombre que la mirara. También fue bendecida por su tío Tláloc con la invocación de lluvias.

Cuando Iztaccíhuatl cumplió 18 años, se le permitió salir de su hogar siempre acompañada por un guerrero guardián y una doncella. Siendo mujer, no se le permitía participar en guerra o enfrentamientos con otros pueblos y siendo la princesa, su matrimonio se había arreglado desde su nacimiento con un príncipe maya.

Ella jamás reprocho a su padre por tomar esa decisión por ella, ya que sabía era su deber con su pueblo y eso compraría un poco de paz entre los dos pueblos más poderosos de Mesoamérica quienes tenían una gran historia de enemistad.

Su madre le platicaba que el príncipe a quien estaba comprometida era digno en belleza para ser su compañero, pero eso no le interesaba a la princesa, ella deseaba a alguien a quien pudiera mirar a los ojos y solo encontrará amor y compromiso. Sus doncellas la habían llenado de historias acerca del amor y de las celebraciones de unión entre dos personas. Ella deseaba eso, pero sabía que para una princesa era imposible.

Todos los días acudía al lago y a los jardines que lo rodeaban para pensar en lo que su destino le depararía. Otras veces se metía al lago a nadar y así poder tener un poco de privacidad.

Pero el destino seguía su curso y un encuentro inminente estaba a punto de ocurrir. Un destino que sellará el futuro de un amor convirtiéndolo en eterno y que generación tras generación se vivirá a causa de una promesa hecha en un momento de dolor, atando sus almas hasta nuestros días.

Así es como la historia de los amantes eternos comienza.

Eterno AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora