Capitulo 17

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Kira pensó que si una persona podía morir de vergüenza, en ese momento hubiera fallecido, pero como la vida era cruel, ahí estaba ella escuchando a esta persona decir que era el amor de Alec y la nombraba por algo que ni de cerca era.

-Yo... yo no...-intento hablar, pero Alec tomo su mano y la ayudo a levantarse. Consiente de su ropa y el espectáculo que ofrecía Alec se puso frente a ella para cubrirla.

-¿No son adorables?- dijo Quetzal a Ramiro.

-Si lo son. Espero que ustedes me demuestren que el amor aún existe, porque soy de los que creen que eso es un mito.

-¿Tienen ropa para ella?- pregunto Alec molesto por como la cosas se había presentado. Le había pedido tiempo a Kira para explicarle lo que sentía por ella y venían estos dos a arruinarlo todo. Podía sentir a Kira tensa por lo que escuchaba, pero él no podía hacer nada por callarlos.

-Claro, Quetzal puede prestarle algo, pero ¿y tú? ¿Planeas darle toda una exhibición a mis chicas?- señalo a un grupo de estudiantes que los observaban desde las ventanas del edificio.

Alec tomo su playera del piso y se la puso.

-¿Mejor?- pregunto guiñándole un ojo a Kira

-Mejor, ahora que tenemos este asunto de la ropa solucionado, ¿me podrías decir que los trae a los dos por aquí?

Kira estaba asombrada por todo lo que escuchaba, pero sobre todo por lo joven que se veía Ramiro para estar a cargo del lugar. Ella calculaba que estaba en su veintena, cuando más veintiséis y si ese era el caso ¿Cómo le hacía para tener todo en orden?

-Hemos venido para que Kira tenga control sobre su elemento. Ella sabe muy poco del tema y tu acabas de enterarla de otras cosas- El humor había vuelto a la voz de Alec, eso tranquilizo a Kira, pero en el fondo, sus palabras no podían dejar de dar vueltas en su cabeza.

-Muy bien, entonces los dejamos. Cuando terminen lleva a tu chica a los vestidores de mujeres, ahí dejaremos ropa para ella y tú ven a mi oficina. Hay asuntos que debemos tratar.

-Gracias Ramiro- contesto Alec.

-No hay de qué.

Quetzal y Ramiro regresaron al edificio dejando a los chicos en el lago. Una vez que no hubo más miradas indiscretas Alec soltó a Kira.

-Regresando a lo nuestro- Alec suspiro y paso su mano por su melena- Necesito que te concentres. Tienes que desear que llueva, no lo digas en voz alta, solo deséalo con tu corazón y alma.

Alec sabía que podía ser difícil para ella invocar el poder que tenía. Para él nunca fue difícil porque aun creía en el dios que le había otorgado su poder, la cuestión era que el recordaba todo, pero ella no lo hacía y estaba seguro que no tenía idea que había sido bendecida por el dios de la lluvia Tláloc.

-No te burles si no sucede nada ¿ok?- dijo ella resignada.

Kira cerro los ojos e intento no pensar en nada. Pidió en su mente que lloviera y se sintió estúpida por hacerlo, pero Alec se lo había pedido y no perdía nada con intentar. Pasado un momento de silencio decidió que era suficiente.

-Imposible, creo que te equivocaste de persona- comento Kira frustrada.

-No lo estas deseando Kira. Lo estás haciendo porque te lo estoy pidiendo y así no lo vas a lograr. Tu alma recuerda como era, pero tu cuerpo físico no sabe que hacer.

Alec se acercó a ella por detrás y la abrazo. Invocó el poder del fuego y una descarga de energía atravesó todo su cuerpo. En sus manos apareció una bola de fuego.

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