Capítulo 2

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A la mañana siguiente la doncella entro a la habitación de la princesa para ayudarla a cambiarse, pero había una razón más importante que la había hecho llegar con antelación.

-Logre conseguir un poco de información- dijo mientras la ayudaba a colgar sus collares de jade y sus brazaletes de oro.

Emocionada, la princesa dejo de arreglarse para prestarle toda su atención.

-Hay un grupo de guerreros Tlaxcaltecas que está de visita en la ciudad. Han venido para ofrecer una ofrenda de paz y tener el apoyo de nuestro gobernante. Estoy segura que el guerrero que vio el día anterior pertenecía a este grupo- la doncella estaba igual de emocionada que la princesa.

-¿Sabes cuándo regresan a su ciudad?

-Por lo que escuche, el gobernador tendrá una audiencia esta noche con un representante, por lo que pienso que estarán unos días cuando más.

Hasta ahora, Iztaccíhuatl no había pensado en el hecho de que aquel guerrero podía irse y que cabía la posibilidad de que jamás lo volvería a ver, pero en ese momento tenía otras cosas más importantes en que pensar.

Cuando termino de arreglarse decidió que era momento para que su doncella supiera de su encuentro.

-Quetzalzin, quiero que le avises a Akumal que hoy haré una visita al lago.

-Claro, arreglaré su ropa. ¿A qué hora partiremos?

-Lo haremos por la tarde.

La doncella se dirigió a la puerta, para hacer los arreglos pero la princesa la detuvo.

-Hay algo más... La visita al lago será para encontrarme con él, así que necesito de tu ayuda para que Akumal no lo note.

-¿Es seguro que haga esto? No conocemos al guerrero y no sabemos con qué intensiones quiere estar cerca de usted. Creo que si se va a encontrar con él, deberíamos infórmale a su guardia.

-No podemos hacer eso, si él se entera, le informara a mi padre y no me dejara salir de mis aposentos hasta que la boda se celebre- como princesa, Iztaccíhuatl no tenía permitido rogar por nada, pero estaba dispuesta hacerlo con su doncella, si era necesario- Sin ti, no puedo hacer esto.

La doncella considero su petición en silencio y al final cedió. Le indico las precauciones que debía tomar si las cosas se ponían peligrosas para ella y finalmente salió de la habitación para hacer los arreglos.

Por su parte la princesa se dirigió a la sala del consejo para hablar con su padre.

-Que te trae por aquí hija- dijo su padre al verla.

Su padre ordeno a sus guerreros de mayor confianza abandonaran la habitación para dejarlos solos como siempre hacia cuando ella se encontraba en aquella habitación.

-Padre, escuché que hoy tendrá una audiencia con un grupo de representantes de un pueblo vecino y me preguntaba si me permitiría estar presente.

-No quiero saber cómo es que obtuviste esa información, pero ¿Por qué querrías estar presente? Jamás has tenido interés por asuntos políticos- su padre mostraba incredulidad por la petición, pues siempre que él había solicitado su presencia en esos eventos, ella se había negado asistir.

-Creo que sería bueno para mi futuro matrimonio, comprender los temas políticos que conciernen a nuestra ciudad. Así que me gustaría estar presente en la audiencia para ver cómo se desarrolla la petición del pueblo Tlaxcalteca.

Iztaccíhuatl odio usar el tema del matrimonio para convencer a su padre, pero sabía que era lo único que podía llegar a convencerlo.

-Me alegra ver que has recapacitado. Pide a tu doncella que te vista con las mejores joyas. Creo que es momento que los demás gobiernos sepan de ti y de nuestra futura alianza con el pueblo maya.

Eterno AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora