Mirana
-Son tan adorables-Dijo Galia con aire soñador mientras observaba desde lejos a mis hijos y sus amigos.
Arqueé una ceja mientras tomaba un trago de té helado.
-Si tú lo dices.
Mi hermana me miró con sus ojos penetrantes, detestaba el hecho de que me sintiera expuesta aunque ella no lo intentara, pero la verdad dudaba seriamente que eso cambiara a estas alturas de nuestras vidas.
-¿Te sucede algo?-Preguntó.
-Nada, ¿por qué?
Galia entrecerró sus ojos hacia mí, ¡oh, por el amor de Dios, no!
-Mirana Gala Arabelle van Kleist, ¿qué es lo que no me quieres decir?
Parpadeé un par de veces antes de mirar a los cuatro chicos que aún no se daban cuenta de que los vigilábamos, lucían tan jóvenes y felices, verlos así me aligeraba un poco el nudo que tenía en el pecho.
-Sólo tengo algunas cosas en mi cabeza, eso es todo.
Vi de reojo como Galia ladeaba un poco su cabeza, la expresión en su rostro me recordaba vagamente a la del gato de "Alicia en el País de las Maravillas", como si lo supiera todo pero no estuviera dispuesta a compartirlo con nadie.
-¿Qué cosas?
Solté un suspiro, no quería hablar sobre las cosas que aquejaban mi mente.
-Nada de lo que debas preocuparte.
-No estoy tan segura de eso-Dijo lentamente.
Me encogí de hombros, no es como si ella tuviera razón, quiero decir, sí, tenía algunas cosas no muy agradable rondando por mi cabeza, pero no era nada de lo que los demás tuvieran que preocuparse, estos eran demonios de los que me tenía que encargar yo sola.
***
-¿Cuanto creen que tarden en decirnos?-Preguntó Kellen mientras jugaba con el vaso donde en algún momento había habido licor.
Intercambié una mirada con Galia y Merrill antes de volver a mirar al novio no tan secreto de mi hermana menor.
-Quien sabe-Dije-, mi hijo es terco, pero no sé si más que Katharina.
Los cuatro nos quedamos en silencio, no era extraño que esto pasara, y no resultaba incómodo, ya habíamos pasado por las suficientes situaciones juntos como para sentirnos cómodos en todo momento...bueno, siempre y cuando estábamos los cuatro juntos, porque si estaba a solas con cierta persona, bien, no describiría la situación como "cómoda" exactamente.
-Les apuesto lo que quieran que no lo van a decir nunca-Dijo Kellen de pronto.
Los tres volvimos a mirarlo, con sus ojos brillantes y su sonrisa torcida parecía un perfecto jugador, esa era posiblemente la razón principal porque le gustaba a mi hermana.
-¿Lo que sea?-Preguntó Galia sonriendo.
Un pequeño escalofrío recorrió mi columna y contuve los deseos de tragar saliva, estaba un poco familiarizada con esta situación y tenía una vaga idea de lo que iba a pasar a continuación.
-Lo que sea-Contestó.
-De acuerdo-Siguió mi hermana sonriendo-, yo apuesto a que van a descubrirlos en una situación comprometedora.
Merrill y Kellen le dirigieron una mala mirada, bueno, si conocía a mi hijo tanto como creía conocerlo, no me extrañaría que Galia terminara teniendo razón.
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Escenas extras
FantasíaPara Katharina Elisabeth Emmaline von Führen su vida es como una pesadilla la mitad del tiempo, ¿pero qué piensan su familia y amigos de sus locuras?