Derek
Paseé mi mirada por el horizonte, mis manos jalaron de las riendas de mi caballo para mantenerlo quieto, podía sentir la sangre corriendo por mis venas con nerviosismo, si hace años me hubieran dicho que iba a estar en esta situación no me lo hubiera creído, no con todos los esfuerzos que hacían mi padre, mi tío y los demás en mantener una paz que durante toda mi vida pensé que sería inquebrantable; pero aquí estábamos, esperando a que el ejército de von Shane apareciera frente a nosotros.
-¿Te encuentras bien?-Preguntó mi padre junto a mí.
Lo miré con una tranquilidad que no sentía, pero que necesitaba que él creyera que tenía.
-Lo mejor que puedo en este momento-Contesté.
Vi como asentía con su cabeza, aunque sus ojos escanearon mi rostro, nunca había sido de los que se quejara demasiado por su padre, pero si lo suficiente como para hacerlo en este momento de su mirada penetrante, y aunque él me había criado aún no me podía acostumbrar a ella por completo.
-¿Qué pasa, papá?-Pregunté cuando me di cuenta de que estaba demasiado callado.
-He estado pensando, Derek, cuando todo esto acabe y si salimos vivos de esta, le voy a pedir matrimonio a Galia.
Arqueé una de mis cejas en su dirección, una pequeña parte de mí estaba asustado, sus relaciones con las mujeres siempre iban bien hasta que añadía la palabra "matrimonio" a la ecuación.
-¿Seguro?-Pregunté.
-Sí, pero quiero que sea un buen matrimonio, Derek, quien sabe, tal vez incluso darte algún hermano.
Sonreí, nunca lo había escuchado hablar de tener más hijos antes, y esperaba que eso significara que no iba a pedir el divorcio apenas enfrentara la primera crisis en su matrimonio.
-Eso me gustaría-Admití.
Ahora fue mi padre quien sonrió, pero su sonrisa se desvaneció cuando sus ojos miraron el horizonte; tragué saliva mientras miraba en la misma dirección que él, los nervios formaron un nudo desagradable y doloroso en mi estómago, pequeñas figuras oscuras empezaron a verse a lo lejos, estaban aquí, en algún lugar de entre esos cuerpos que empezaban a crecer mientras se acercaban estaba Barend von Shanes.
***
Estaba esquivando espadas, estacas de hielo y llamas de fuego cuando un grito llegó a mis oídos, era una voz demasiado conocida, y el hecho de escucharla en este momento no fue tranquilizante. Mis ojos fueron hacia el cielo en busca de Caroline, demoré un poco, pero el color de la piel de Luth era lo suficientemente único como para diferenciarlo del resto.
Di un par de estocadas más antes de tirar de las riendas del caballo y hacer que corriera hasta el sitio donde supuse que Luth aterrizaría, y cuando finalmente lo hizo sentía que mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho, me bajé del caballo y corrí hacia Luth, mis manos volando a la cintura de Caroline para ayudarla a bajar, mis ojos buscando los suyos.
-¿Qué hacen aquí?-Pregunté, y no pude evitar el pequeño deje de enfado en mi voz.
-Hay problemas en el palacio-Soltó-, von Shane nos engañó, fue a Arsgott a buscar a Kat.
Sentí como mi corazón se detenía un segundo antes de casi salirse de mi caja torácica.
-¿Dónde está Katharina?-Pregunté.
Care me dedicó una mirada que no quería identificar como de disculpa. Tragué duro para deshacerme del nudo que se había formado en mi garganta.
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Escenas extras
FantasyPara Katharina Elisabeth Emmaline von Führen su vida es como una pesadilla la mitad del tiempo, ¿pero qué piensan su familia y amigos de sus locuras?