Tengo que respirar hondo varias veces para no romper en llanto.
Me abruma la ansiedad, el miedo, el dolor y muchas preguntas. Observo su cara pausada en la pantalla sin moverme y sin idea de qué hacer. Por un lado quiero saber dónde está Larissa, buscarla, quiero hablar con ella, pedirle su ayuda.
Y está Lily, mi necesidad de protegerla me urge a saber por qué está involucrada en esto. Yo jamás le hablado de lo que pasa conmigo precisamente para mantenerla al margen.
Viene a mi mente aquél recuerdo de mi madre pidiéndome que la proteja también y no puedo hacer más que preocuparme. ¿Debo protegerla de mí? Porque estoy segura de que es así.
Un sudor frío cubre mi piel. Me consuela saber que está con Joe y que no tengo idea de dónde vive. Me llevo las manos a la cabeza y me pongo de pie, dejando el ordenador a un lado.
Salgo de esa habitación pisando fuerte y voy a la sala, tomando mi bolso para sacar el móvil. Ignoro todo y llamo a mi hermana. No responde rápido y me pongo ansiosa.
—Hey, habla —contesta y suspiro aliviada.
—Sigues con Joe, ¿cierto?
—Sep, ¿haces cosas sucias? —No sé cómo consigo fingir una risa.
—No, sólo quería asegurarme que estás bien —Silencio—. ¿Lily?
—¿Qué está pasando? —cuestiona angustiada—. Te oyes, no sé, mal. Y quiero la verdad —Si se la digo sé que correría a casa o me buscaría, y lo que no sé es qué pasaría si me encuentra.
—La verdad es que me dejaron plantada. Ahora quiero estar sola para ver películas para adultos —La escucho gritar asqueada.
—¡Agh! ¡Cassie! —Se ríe—. ¿Quién fue el bastardo? —inquiere.
—Ah, no importa. Y ya, voy a colgar. Cuídate, Lily.
—Sí, sí, sí. Tú también.
—Te amo —suelto—, es la última vez que lo digo, así que grábatelo.
—Ya lo sé, pesada. Hasta mañana —Le digo que eso espero con voz temblorosa y cuelgo. Bueno, Lily está segura.
Suspiro lentamente y miro en dirección a la habitación de Larissa, recordando el disco. Regreso trotando y tomo el ordenador, abriendo la caja e insertándolo. No quiero titubear.
La grabación empieza sobre archivos, son datos policiales y de identificación, pruebas médicas también, me parece. No le presto atención, sólo a la fecha para hacer cuentas; casi cumplía cuatro años por esos tiempos.
—Ya no puedo soportar la forma en que me trata. Necesito saber qué pasa, qué me sucedió; Lissa, por favor.
Mi cuerpo reacciona a esa voz igual que aquél momento en el auto. Me estremezco y mi corazón se detiene para después latir con intensidad. La imagen sigue siendo de archivos y la voz se oye de fondo.
—Sabes que aún no tengo el título —responde Larissa. La cámara es enderezada y captura ese rostro, ese que vi en el auto, ese de mis pesadillas, de mis vagos recuerdos.
—Pero tienes el conocimiento —La suplica en la voz de mamá me eriza la piel—. Hay algo diferente en él y también en esa niña... Y Lily me preocupa, es tan pequeña, no quiero que ella le haga daño —Jadeo y Larissa niega.
—Cassidy es tu hija también, ella ama a Lilian y John igual.
—¡No! —Mi madre se sacude y me sobresalta—. Tú no entiendes, Lissa. Tú no ves cómo me mira, cuánto me odia. Ambos. Saben que amo a Lily y le harán daño. Sé que tú me ocultas algo también, haber olvidado una semana de mi vida... ¡No es normal! No importa que fuese hace años, algo pasó y me atormenta. ¡Debes ayudarme! —Se pone de pie y camina de un lado a otro.
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Susurros ©
Misterio / SuspensoCassidy nota las sombrías presencias en la oscuridad; oye voces ocultas en la negrura, y una parte de ella lucha desesperadamente por contestar. Toda su vida ha sido así. O al menos, eso es lo que recuerda. Cassie tiene tantas lagunas en su memor...