Cap 17

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Atravesé fácilmente otro árbol, bastante cabreado con las leyes de la física que antes me habían hecho un prisionero en un lugar en el que ahora, si yo quería, no tendría ningún tipo de límites físicos para mí. Si me concentraba lo suficiente, podía atravesar los árboles como si éstos no estuvieran ahí, y de hecho eso como que recargaba ligeramente mis niveles de energía.

Por otro lado, me sorprendía la facilidad que tenía para utilizar mis poderes. Era casi como si supiera exactamente qué hacer en cada momento. Malorie parecía realmente sorprendida con ese pequeño detalle, cuando a ella parecía costarle un poco más de esfuerzo controlar sus nuevas habilidades. Aunque no lo hacía nada mal en absoluto.

En ese momento en específico lo hacía tan bien que me causaba horrible escalofríos el mirarla. Su ilusión era tan real que de verdad me daba la sensación que estaba muerta y eso me hacía ver todo rojo por la rabia... Así que estaba luchando conmigo mismo con uñas y dientes para no mirarla. No podía echar a perder el simple, pero efectivo plan.

-Vamos, ¿cuánto más falta?- pregunta Irina por el otro lado del teléfono que llevaba en mi bolsillo.

-¡Shh!- hago por lo bajo. Estaba en llamada y era indispensable que ellos se mantuvieran en silencio. Si yo era capaz de escucharles sin ningún problema, los demás elfos también serían capaces de hacer algo como eso.

Entonces llegué al límite del campamento. Adopté una expresión neutra, dejando que la rabia que sentía en mi interior se vislumbrara ligeramente en mis ojos, y me adentré entre los árboles-tienda que tenían los elfos. Todos me vieron llegar rápidamente, con Malorie "muerta" en mis brazos.

-¡Lo has hecho!- exclama Calmado mirándome con sorpresa, saliendo de uno de los árboles. Yo lo miré fijamente sin decir absolutamente nada.- E increíblemente rápido. No creí que tuvieras las pelotas. Por lo menos no hasta que hubieras acabado con el plazo.

-¡¿En dónde está mi padre?!- exclamo simplemente, ignorando cualquier otro comentario que hiciera él o los demás. Había varios elfos que me miraban con aprobación. Tenía la ligera sensación que esperaban que yo hubiera regresado para unirme a sus filas.

Estaban muy equivocados.

Calmado volvió a entrar en el árbol del que había salido. Cuando salió nuevamente llevaba el extremo de una cuerda en sus manos y mi padre estaba atado al otro extremo, con sus manos amarradas por delante.

-Aquí está tú muy humano y débil padre- dice Calmado con desprecio. Mi padre me miraba pálido como la muerte, con sus ojos fijos en el "cadáver" de Malorie.

-Gracias por devolvérmelo- digo dejando a Malorie en el piso frente a mí, levantando una mano para que mi lanza apareciera allí y lanzándome contra Calmado. El elfo me miró con sorpresa y empujó a mi padre contra mí. Yo evité que cayera y, con el filo de mi lanza, corté sus amarras- ¿Estás bien papá?

Mi padre se limitó a asentir, con su mirada aún fija en Malorie. Yo tiré de él hacia las afueras del campamento, en guardia con mi lanza para evitar que me cogieran por sorpresa.

En ese momento, cuando estaba a mitad de camino entre Calmado y Malorie, Alterado coge el cuerpo de mi pareja, causando que viera todo rojo de un momento a otro.

-¡No la toques!- exclamo con furia justo cuando Malorie volvía a brillar, agitando sus alas y pasando a patear en la mandíbula a Alterado.

-¡No me toques, elfo asqueroso!- exclama ella volando hacia mí, un arco de luz apareciendo en sus manos. Malorie apuntaba a todos lados, dándome la espalda, mientras yo le daba la espalda a ella, mi padre entre nosotros.

Maldición del Bosque (Maldiciones de Bosque Azul 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora