Epílogo

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Nos adentramos a la gran fiesta que se estaba llevando a cabo en el bar de Alistair. Notábamos que el bar estaba en todo su apogeo, pero vimos que en el lugar sólo había humanos. No había un solo sobrenatural a la vista, a excepción, claro, de mi pareja y yo.

-Hola chicos, llegan tarde- nos saluda Leticia cuando se nos acerca.- Alistair me dijo que los urgiera a bajar en cuanto llegaran, que la fiesta está bien avanzada.

-¿Y a ti no te han dejado asistir? Tengo entendido que hay humanos allí abajo también- le digo con curiosidad. Leticia se encogió de hombros.

-No me molesta realmente. Además, habría faltado gente aquí. Y Alistair de hecho sí que me invitó, pero no quería aparecerme por ahí sin Silvie...

-Oh, ¿y aún no te dejan decirle?- pregunta Cedric con curiosidad. Leticia niega con la cabeza y se encoge de hombros.

-No es mi secreto para contar. Está bien lo que sea que decidan. Pero probablemente no quiera seguir guardándome este pequeño detalle por mucho tiempo más. Así que probablemente le diga a Alistair que voy a renunciar y buscaré trabajo en otra parte, en donde no tenga que guardarle secretos a mi novia- dice ella con tristeza. Yo la abracé.

-Tranquila. Si decides irte, todos vamos a apoyarte. No está bien que le ocultes cosas a tu pareja. Y si no te sientes cómoda mintiéndole sólo para protegernos, lo mejor es que hagas lo que creas mejor- le digo con cariño. Leticia me agradece el apoyo y Cedric, su padre y yo nos dirigimos a la parte trasera del bar en dirección a una fiesta algo sobrenatural.

Una vez abajo nos llevamos la grata sorpresa de ver que todos los presentes (a excepción de los acuáticos) estaban sin sus sortilegios. Alistair se nos acercó sosteniendo una copa con sangre, sus ojos brillando rojos, sus colmillos completamente extendidos. Él nos felicitó nuevamente por nuestro acoplamiento y comenzó a conversarnos de los arreglos que se estaban llevando a cabo para habilitar un sector del bosque para que los elfos pudieran hacerse una especie de ciudad entre los árboles.

Las ninfa que resultó ser la pareja del padre de Cedric se acercó al detective y comenzó a coquetearle. El padre de Cedric parecía algo perdido con el asunto, pero la ninfa no dejó que nada de eso la desanimara, tomando el brazo del humano y llevándolo a la pista de baile. Tenía la ligera sensación que el padre de Cedric iba a resistirse bastante a la simpática ninfa; pero que eventualmente iba a acceder a estar con ella. Realmente pensaba que en el plazo de un año ya no iba a seguir siendo un humano.

El pequeño elfo que había salvado de mi madre se me acercó de pronto y me agradeció personalmente por lo que había hecho. Yo le sonreí con cariño.

-Al parecer tu madre es la pareja del padre de la mía- le digo divertida y el niño se emociona.- Así que técnicamente vamos a ser hermanos políticos. Yo seré tu cuñada.

-Eso es genial. Voy a tener a un hada hermosa y poderosa a la que considerar de mi familia- dice el niño elfo con emoción.- Mi madre decidió que si yo quería podía empezar a mezclarme con los humanos aquí. Yo podría comenzar a asistir a la escuela con niños humanos y asistir a las clases de los elfos en las tardes. No es demasiado lo que tendría que aprender de los elfos: sólo a usar mis poderes y algo de nuestra historia, aparte de la historia de las demás criaturas... Aparte de eso seré un niño libre para tener amigos que no estén obsesionados con matar hadas.

-Eso es genial enano- le digo desordenando su cabello emocionadamente.- Probablemente, con el continuo flujo de sobrenaturales por los alrededores, vas a terminar haciendo amigos no sólo humanos. Y no vas a tener que esconderte de los no humanos.

-Mmm... Sí, creo que me gustaría eso- dice él pensativo. Luego levantó la mirada para ver a tres pequeños elfos y una ninfa que tendría unos 10 años como él mirándome con recelo. Yo le sonreí a los niños y empujé al pequeño hacia ellos.

-Ve, tus amigos te esperan. Pásalo bien y no le hagan demasiadas travesuras a los adultos- le digo divertida y el chico se aleja alegremente. Cedric se acercó a mi lado en ese momento y me besó en la mejilla.

-Hola Malorie- me saluda Caden mirándonos a Cedric y a mí interactuar.- Me alegro verlos al fin juntos. Nos tenían a todos con tremendos dolores de cabeza.

-Sí, bueno... Teníamos que pasar por una serie de eventos algo traumáticos para darnos cuenta que estábamos actuando como unos idiotas- digo con un encogimiento de hombros.

-Ya lo creo- dice Ethan apareciendo tras de su hermano, una copa de sangre en su mano. Caden lo saludó también y luego se despide de nosotros al ver a Summer bailando con un lobo algo entusiasta.

-Veo que hay que mantener el ojo atento para que no vayan a robarme a mi pareja- dice Cedric mirando a su alrededor con celos. Yo le di un pequeño pape.

-Tú sólo disfruta de la fiesta- le digo y Cedric bufa, rodando los ojos.

-Mi forma de disfrutar de mi apareamiento no tiene nada que ver con una fiesta rodeado de gente- dice Cedric con un bufido. Yo lo miré sorprendida y luego miré a Ethan, quien nos miraba con curiosidad.

-¿Todavía te gusta mirar?- le pregunto al vampiro entonces. Cedric se quedó con la boca abierta, su energía comenzando a vibrar con deseo apenas contenido. Yo sonreí maliciosa. A mi pareja claramente le había gustado la idea que acababa de pasar por mi mente.

-Sólo si a ustedes les gusta ser observados- dice Ethan levantando una ceja, sus ojos brillando más rojos que nunca.

-Llévanos a la habitación de Cedric- le digo a Ethan pasándole mi brazo. El vampiro se zampó su copa de sangre de un trago y la tiró de cualquier manera al sofá tras él, tomando mi brazo y el Cedric, apareciéndonos en la habitación de mi pareja eterna.

Sí. A esto lo llamaba yo celebrar.


Aquí lo último de este libro :3

Espero que les haya gustado tanto como a mí me ha gustado escribirlo. Me despido por un tiempo para avanzar un poco con la siguiente parte, además de mis otros proyectos, los cuales aún no sé si llegaré a publicar (no me gusta publicar cosas que no he terminado). 

Con cariño

Kira :3

Maldición del Bosque (Maldiciones de Bosque Azul 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora