Limerencia.
¿No les ha pasado que, existen momentos tan mágicos, tan específicos, que no requieren de algún objeto, como una fotografía, para poder recordarlo?, el recuerdo seguirá fresco en tu memoria, aunque los años pasen y existan más momentos más mágicos. No se requiere de escribirlo o contarlo, porque tan sólo al pensar en algo que tenga que ver con ello, sonríes, y te llena de nostalgia y melancolía y te invade completamente, y no sabes cómo parar de sonreír, porque sabes que haya sido lo que haya sido en ese instante te hizo feliz.
Al día siguiente, domingo, Ange y Mar ya habían enviado docenas de invitaciones electrónicas para su fiesta, estaban tan emocionadas que no importaba si las personas eran de cursos menores o no les agradaban, al final sabían que los de nuevo ingreso no irían por desconfianza y no le tomarían importancia a quienes no les agradaban. Nos reunimos en mi casa, querían que nos probáramos nuestros vestidos, los modelamos como si estuviésemos en alguna pasarela famosa, comimos palomitas y hablamos de mil cosas, atesoraba esos momentos más que nada.
-¡Ayyyy!.-Ambas gritaron de emoción al verme con el vestido puesto.-Eunice, te queda perfecto, te verás maravillosa ese día.-Mar fingió secar una lágrima imaginaria y yo reí.
-Gracias, en verdad me gustó muchísimo.
-Ahora entiendo porqué tienes tan enamorado a Carlos, si eres preciosa.
-¿Enamorado?
-Eunice, no creerás que lo que siente por ti es mera atracción física, ¿o sí?.-Ange me habló como si fuera algo obvio.
-No, es sólo que, no creí que en realidad estuviera enamorado de mí, pensé que apenas se estaba encariñando.-Apreté mis manos.
-¡Pues no! Él te adora, pequeña. Te ve como su niña y nada podrá cambiar eso, nada más piensa: planeó durante semanas todo eso en la cabaña para pedirte que fueras su novia, ¿no es suficiente prueba como para decir que está realmente enamorado?
-Yo también lo estoy de él.
-Lo sabemos.-Mar fingió limpiar otra lágrima imaginaria.
-Oigan, pronto será su cumpleaños y quiero darle algún regalo, pero no estoy totalmente segura de qué...
-No creo que nuestra opinión sea la mejor, Eunice.-Ange me interrumpió.-Carlos tiene gustos muy raros.
-Lo sé, yo sólo me preguntaba si me acompañarían a alguna plaza a ver opciones, tal vez algo se me ocurra.
-Por supuesto, ¡vayamos ahora!.-Mar se levantó de mi cama y tomó su bolsa en señal de que era hora de irnos.
Fuimos a la plaza pequeña a la que fui con Carlos el día del percance con Eduardo. Caminamos y vimos muchísimas cosas, fuimos a una pastelería y creí que podría regalarle un pastel, pero alguna vez él me había comentado que no le agradaban mucho, así que descarté esa idea; entramos a una tienda de ropa, pero realmente no estaba segura si sería un buen regalo, cualquiera regala ropa y además no sabía si le gustaría, otra opción descartada; llegamos a una tienda de juguetes y cosas de colección, pensé en comprar un llavero con algo que fuera representativo, pero la idea no me convenció del todo; por último entramos a un lugar donde imprimían fotografías, decidí que podría imprimir de paso las fotos que tenía en mi teléfono cuando, de pronto, la idea perfecta llegó a mi cabeza, imprimí fotos que tenía de nosotros dos juntos, algunas que le había tomado sólo a él y otras de lugares que habíamos visitado, en casa tenía más de mi cámara instantánea.
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Así era él.
Teen FictionUna estrella fugaz llegó a mi vida, para enseñarme todo lo que desconocía.