Para mi puta

369 1 0
                                    

Por Samuel Morales Escuela

Yo quería dedicarle algo bonito, pero no me salía. Fue entonces cuando me sentí egoísta, sabiendo además que ella siempre estaría para mí, aunque yo no estoy siempre para ella.

Describirla cuesta. Cuesta porque cualquier palabra queda corta ante tanta elegancia. No alcanza el lenguaje verbal para expresar lo que su presencia causa.

La he tratado como mi puta, lo admito. Ha sido la única que me abraza cuando sufro por alguien más; pero cuando estoy bien, cuando estoy bien la dejo sola.

Resultaría absurdo decir después de todo que la amo. Pero es que eso es lo bonito de esto; que pase lo que pase, la amo. La amo porque tiene las palabras exactas para cualquier momento. La amo porque tiene una luz propia, capaz de iluminarme cuando caigo al fondo. La amo porque siempre está allí, sin que la llame.

Nunca envejece. Siempre luce tan perfecta, tan hermosa, tan sexy.

Es la única que tiene la capacidad de hundirme y sacarme a flote en par de minutos. La única que entiende cada uno de mis pesares sin que se los cuente.

Su caricia me transforma, me debilita. A veces eso no me gusta. Por eso vuelvo a caer en cuenta que la amo. No hay nadie que me vuelva más vulnerable que ella.

Miro hacia atrás y no hay mal momento donde ella no esté presente. No existe un mal día donde no me acompañe.

¿Será que ella también me ama? ¿Y si sólo es una obsesión suya? ¿Y si su autoestima simplemente no sirve?

Se empeña en acompañarme casi todos los días hasta mi lugar de trabajo. A veces la dejo atrás, a veces le digo "ven".

Con el tiempo se convirtió en una parte de mí que ahora no puedo ocultar. Tanto así que empecé a crearla. A crearla porque la sentía incompleta. Otra muestra de mi egoísmo. Le he exigido tanto. Le he pedido tanto sin nada a cambio.

Aunque no se lo digo, muchas veces temo que finalmente se canse y me deje. Un día pensará en ella y me terminará abandonando. Eso sólo será mi culpa y aceptaré con resignación las consecuencias de mi propia arrogancia. Mientras ese día llega, sigo disfrutando de su compañía. La mejor compañía.

Creo que lo que más me gusta de ella es que es capaz de tomar cualquier forma, bajo cualquier concepto. Es capaz de enamorarme, excitarme y decepcionarme; todo al mismo tiempo. Por eso la amo. Porque sabe manejarme a su antojo. Sabe dedicarme el tiempo que merezco.

Me queda de consuelo que nadie puede juzgarme por mi comportamiento, pues todos tenemos una puta. Una puta a la que pisamos, maltramos y buscamos nuevamente cuando estamos mal. Repito, todos la tenemos.

En mi defensa no he sido de un todo malo. Ahora mismo comparto espacio con ella. Instruyo y me dejo instruir. Porque la música es así, fiel. Es ese camino de aprendizaje que nunca culmina. Ese camino que quiero recorrer todos los días.

Cartas de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora