Olvido

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Por: Valentina Saa

Quisiera abrir lentamente mis venas y escribirte esta carta con tinta sangre del corazón, para poderte demostrar que más no puedo dar...



Quiero decirte algo, que quizás no esperes, como yo, que en vano aguardo a que respondas mis llamadas, mensajes o correos electrónicos... ¡Dime entonces a qué debo tu abandono!



Aquella noche, la puerta se cerró detrás de ti y nunca más volviste a aparecer, me quedé en silencio, en una soledad, enorme...Y por breves instantes, respeté ese silencio...Silencio, que están durmiendo los nardos y las azucenas, no quiero que sepan mis penas porque si me ven llorando, morirán...



El tiempo ha pasado, y no sé tú, pero yo te empiezo a extrañar...Te extraño como se extrañan las mañanas bellas, no estar contigo, por Dios, que me hace daño...Me detengo y al cielo una mirada larga, buscando un poco de mi vida, mis estrellas no responden para alumbrarme hacia tu sonrisa, y te busco perdida entre sueños, y no hago más que rebuscar paisajes conocidos, pero sólo tu ausencia se asoma y ni me mira...



Una vez escuché que un viejo amor ni se olvida ni se deja, pero está visto que esta distancia es olvido, aunque yo no conciba esa razón. ¿Qué hiciste del amor que me juraste, qué hiciste de los besos que te di?



El día que te conocí fue el mismo cuando que me di a ti, tus pupilas eran de luz...Si supieras que tu recuerdo me acaricia como el viento, que el corazón se me ha quedado sin palabras... ¡Qué no te di, que pudiera en tus manos poner, aunque quise robar la luz para ti, pero no pudo ser...!



Tú me acostumbraste a todas esas cosas, y tú me enseñaste, que son maravillosas. Ahora veo al horizonte, cuando la luz sale, cuando se esconde y te busco, volando en el cielo, pero no puedo dar contigo...



Una noche, con miles de estrellas y la luna apenas rompiendo el cielo, me dijiste al oído: "mía, siempre serás mía". Desde ese instante, ¡cuántas luces dejaste encendidas, yo no sé como voy a apagarlas!



Contigo aprendí que existen nuevas y mejores sensaciones, me atreví a pedirte: arráncame la vida con el último beso de amor, uniste tus labios a los míos y en un suave murmullo recitaste las palabras más hermosas de pasión, por eso tengo la certeza de que en la boca llevarás, sabor a mí...



Cuando me anunciaste tu partida, mirando al cielo musité, como una letanía, reloj no marques las horas, porque voy a enloquecer, se irá para siempre, cuando amanezca otra vez... Y así te fuiste, sin decir adiós, sin despedida...Me quedé esperando al menos una llamada, escuchar tu voz...Si tú me dices ven, será todo para ti, mis momentos más ocultos, también te los daré...Pero al no recibir respuesta, me quedo esperando y ruego que aparezcas para pedirte: háblame de ti, cuéntame de tu vida...Pero ya entiendo que son sombras nada más, entre la tuya y la mía...



Por ese silencio, no me queda más que apagar la luz, para pensar en ti...



¡Ojala que te vaya bonito!

Cartas de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora