I Know Places (G!P)

Pajas, Hamburguesas y Libros

Después del raro encuentro con la hermana de Austin, Karlie se había enfocado en escribir, escribir y escribir.

La castaña había dejado a un lado el tabaco ya que este le generaba gastos innecesarios y además de que estaba tratando de que los mil dolares que la señora Margoth le había dado le rindieran, hasta su siguiente pago.

Por la mañana, Karlie despertó con una terrible erección, cualquier otra chica despertaría con gripe o una ligera torcedura de cuello, pero no ella, ella despertaba con una erección.

-Es enserio?!- La castaña le gritaba a su miembro.

-Tu y yo estamos destinados a nunca tocarnos al menos que deba hacer pipí-

Karlie se tiro en el suelo y comenzó a hacer abdominales, pero eso solo incrementaba el dolor en su entrepierna.

-Demonios-

Se puso de pie y camino directo al baño, la castaña tomaría una ducha helada.

A los diez minutos Karlie salio de la regadera y el problema seguía ahí.

-No me jodas!-

Estaba desesperada, en verdad que lo estaba llegaría tarde a clase por culpa de una jodida erección.

-Es que esto es alguna clase de rebeldía?-

Tal vez no debería hablar así con su pene, sin embargo no podía llamar a Lauren o Camila, mucho menos a Perrie ella ni siquiera lo sabía, solo tenia dos opciones su doctor o su abuelo.

-Llamare al abuelo- Karlie tomo su teléfono y marco el número que ella conocía de memoria.

-Bueno, si abuela soy yo... Estoy bien he conseguido empleo y si si me pagaran bien-

La castaña se paseaba desnuda por todo el departamento, quizás si le pegaba una corriente de aire su miembro se bajaría.

-Abuela, te amo pero requiero urgentemente hablar con el abuelo-

La castaña espero a que su abuela dejara el teléfono para seguir dramatizando con su situación.

-Todo es tu culpa, maldita cosa urgida-

Karlie se olvido de pelear con su pene, cuando escucho la voz de su abuelo al otro lado.

-Abuelo, oh abuelo necesito que me digas como bajar esta horrible cosa llamada erección-

El hombre al otro lado del teléfono comenzó a reír.

-Consiguete una chica, Elizabeth hasta tu requieres de algo de sexo-

-Abuelo! Llegaré tarde a clases y esta cosa esta mas grande que nunca- Karlie chillaba de dolor.

-Okay, temo decirte que debes echarte una manita, ya no hay opción... Ya tomaste una ducha?-

-Ya hice ejercicio o traté de hacerlo porque me dolió hacer abdominales y la ducha ya la tomé-

-Oh, hija solo te queda esa opción-

Karlie miró hacía abajo.

-Tomare otra ducha- Y antes de que su abuelo pudiese decirle mas ella colgó el teléfono.

-Okay tu y yo, solo esta vez!-

Durante toda su vida Karlie había tratado de evitar que llegara el momento de tener que hacerse cargo de su miembro.

En su adolescencia fue sencillo siempre recurrió al deporte, sin embargo el tiempo pasaba y su problema se volvía más grande, las erecciones le duraban mas y la medida de su amigo era un tanto mas grande de lo que ella consideraba normal.