CAPÍTULO VEINTITRES

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Bianca se miró en el espejo una vez más, de nuevo iría a las empresas Turner, pero esta vez a hablar con Mark

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Bianca se miró en el espejo una vez más, de nuevo iría a las empresas Turner, pero esta vez a hablar con Mark. Se había esmerado un poco más en su arreglo, pues quería dar una imagen muy diferente a la que había mostrado la última vez que estuvo ahí.

— ¿Estás lista? —miró a su cuñada que estaba en el umbral de la puerta.

—En realidad no, no sé qué esperar, pero por mis hijos tengo que hacerlo.

La rubia le sonrió y se acercó a darle un abrazo ayudando a calmar sus nervios.

—Ve a patearle el trasero Bi.

******

Cuando llegó al edificio inhalo y exhalo, el denso aire de la ciudad comenzaba a inundar sus pulmones, pero ya era hora de poner las cartas sobre la mesa.

Al entrar noto que la recepcionista era nueva, una joven, delgada y rubia chica con sonrisa perfecta estaba ahí. La joven rubia la miró de arriba abajo antes de preparar su mejor cara para correrla, pero por supuesto que tenía cita Kate se había encargado de todo y se quedaría con las ganas, claro que antes de que lograra pronunciar palabra la rubia miró tras de ella y frunció el ceño, Bianca vio con envidia como ninguna arruga se formaba.

—Seguridad, Jones de nuevo está en las inmediaciones del edificio —Bianca notó cómo los guardias del primer piso salían por la puerta principal— Los siento, esa mujer está loca—Su corazón dio un vuelco ¿Qué significaba aquello? Tuvo que esforzarse por no pensar más allá— Bienvenida a MT Corp., por el momento el señor Turner— Se contuvo de rodar los ojos, ahí estaba la maldita mirada y tono soñador, al parecer ninguna era inmune ¿Así se veía ella en la universidad? — está ocupado y no recibirá a nadie, claro que si viene a otro depa...

—Tengo cita —explicó con una sonrisa— a mí sí me recibirá y llamé a la señorita Jones, ella sabe que vengo.

La chica frunció sus perfectos labios pintados, pero aun así llamo después de preguntarle su nombre.

—La señorita Jones bajará en unos minutos.

Minutos después su amiga estaba frente a ella, sonriendo feliz. Después de un largo abrazo las dos ingresaron al elevador para llegar a las oficinas principales.

—Ella ya no trabaja aquí ¿Sabes? —Bianca sabía exactamente a quien se refería en ese momento prefirió guardar silencio

Cuando entraron al último piso todos la miraron y es que ahí sí seguían los mismos trabajadores que hace años, los que la habían visto descubrir la infidelidad de su marido.

Todos parecían sorprendidos de verla era obvio que pensaron que jamás regresaría.

—Está un poco alterado no creo que sea algo que no hayas manejado— la pelirroja suspiró y les sonrió a los empleados mientras entraba, ya no era esa mujer que ellos vieron.

La Parte Mas Dura Es Dejarte [Tough 1°]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora