Hola, Hola, Hola, si ya se que esto es inesperado, perooooo este es un fragmento que esceibi hace un tiempo para un concurso y la verdad es que me encanto el resultado y no podía dejar que muriera en el anonimato, así que espero que les guste como a mi...
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El hielo dentro del vaso ya se había deshecho, no sabía cuántas horas habían pasado, pero eran poco más de media noche.
Su matrimonio se estaba lleno al garete y él aún no lograba descifrar por qué. El alcohol se había vuelto su compañía por las noches, donde simplemente se sentaba esperando por ella.
Ni siquiera sabía por qué se sentaba a esperarla sí ya sabía que no llegaría, al menos no hasta que estuviera inconsciente.
Estaba a punto de quedarse dormido cuando escuchó el monitor sonar, estaban despiertos.
Cómo pudo se levantó y llego a la habitación de sus bebés, ellos eran los únicos que lo hacían seguir ahí.
Andrew dormía profundamente, mientras Amber se removía inquieta. Mark la tomo entre sus brazos y la sacó de su cuna, la reviso, pero no necesitaba ningún cambio, tampoco quiso comer, así que se sentó en la mecedora arrullando a su hija, sabía lo que deseaba, deseaba a su madre, pero Bianca estaba tan ocupada con su joyería que sus mellizos ya iban a la guardería.
Mark a veces los llevaba a la oficina donde los cuidaba junto con su mejor amiga Kate.
Una vez que Amber se durmió la dejó junto a su hermano y regresó a la mecedora, prefería estar ahí que en propia habitación.
A la mañana siguiente cuando despertó sus hijos ya no estaban en la cuna, y encontró una nota en la mesa del comedor.
“Lleve a los niños a la guardería, nos vemos luego”
El rubio suspiró y terminó de arreglarse para ir a la oficina, aquello ya lo estaba sobrepasando.
Cuando llegó se topó a Kate, la pelinegra lo miró desde su escritorio, podía ver a su amigo sufrir, pero Mark se había encerrado en su burbuja.
A las 2 ya no pudo seguir en la oficina así que se levantó y se fue. No tardó mucho en llegar a la guardería. Quería ver a sus hijos.
La casa estaba vacía de nuevo, ni rastro de Bianca, simplemente el silencio.
Se cambió de ropa antes de darle de comer a los mellizos, era una suerte que ya comieran papilla, no sabía que había cambiado, después del nacimiento de los niños, ella se había alejado, era casi como si hubiera esperado a que nacieran para…
Esa noche durmió en la recámara de invitados, despertó justo cuando se escuchó la puerta cerrarse.
Se levantó de golpe y corrió a la ventana, Bianca acaba de subir a Andrew al auto y después ella.
¿Desde cuándo se arreglaba tanto para ir a la joyería? Se quedó ahí, mirando cómo
“el amor de su vida” se alejaba.
Luchó para mantenerse, aunque en esos momentos quería simplemente echarse a llorar como un niño pequeño. Ahora era cuando más maldecía a su destino. Con su madre muerta, su padre abandonandolos y siendo hijo único, no tenía a nadie. La familia de Bianca se había vuelto su familia.
Mientras se vestía su mente comenzó a trabajar, recordando momentos, fracciones de conversaciones, miradas y sonrisas.
A medio vestir corrió a tomar su móvil y llamó a su mejor amiga.
—Es él
—Mark ¿De qué hablas?
—Sabes muy bien de qué hablo ¿Es por él cierto?
—Mark yo…
Pero el rubio ya había colgado, como había podido ser tan ciego.
Se olvidó del saco y la corbata, y corrió hacía su auto. El camino hasta la joyería se le hizo eterno.
Por suerte a esa hora no había mucha gente, Lili puso cara de horror en cuanto lo vio entrar, ni siquiera intentó ponerse en su camino.
Abrió de golpe la puerta de la oficina de su mujer, pero nada lo había preparado para lo que vio. Bianca tenía la falda enrollada sobre los muslos y la blusa abierta dejando expuesto un delicado sostén, su cabello fuego estaba despeinado y su maquillaje corrido, mientras que su nuevo empleado, Liam, tenía la camisa abierta.
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La Parte Mas Dura Es Dejarte [Tough 1°]
Chick-LitDestacada del mes de MARZO-ABRIL DE CHICK-LIT ES Libro 1 de la Saga Tough Bianca Santoro tiene el matrimonio perfecto, o eso creía, después de meses con conflictos descubre que su marido la engaña, con una de compañera de trabajo. A Mark parece no i...