Este es la segunda parte de la saga Tough.
Les dejaré el primer capítulo.
CAPÍTULO UNO: MEMORIAS
La pequeña Kate, tendría alrededor de cinco años cuando se dio cuenta de que lo que sucedía en su casa, que esos juegos de escondidas no eran más que parafernalias de su madre para mantenerla alejada.
Cuando los golpes sordos comenzaban, la pequeña niña cerraba los ojos y tapándose los oídos comenzaba a tararear lo suficientemente alto para apagar el ruido de afuera. Justo como su madre le había enseñado.
Mientras tornaba el desayuno observaba a su madre, a su corta edad no entendía lo que significaba la mañana después de una noche como aquella. Su madre siempre tenía una sonrisa para ella, menos esas mañanas, evitaba que Kate pudiera ver su rostro, pero no por eso dejaba de ser amorosa. Su hija era lo más importante que tenía.
Mientras Kate crecía aprendió que los hombres podían ser malos y que el deterioro de su madre crecía con el pasar de los años, siendo una niña no entendía como ayudarla.
Incluso entendió que los niños podían ser malos, los niños no eran buenas personas siempre la buscaban para molestarla y burlarse de su madre, ella no entendía por qué. La pequeña Kate sólo se sentaba y lloraba hasta que se cansaban y se iban.
En donde vivían eran un barrio de dinero, su casa era muy grande para su madre y ella, pero ella era feliz cuando estaban juntas. Más tarde se dio cuenta de que su padre había pagado la casa, pero su madre tenía que hacer frente a todo lo demás.
Cuando tenía unos siete años llegó una nueva familia, eran sus vecinos y tenían tres hijos, dos gemelas y su hermano pequeño el cual parecía tener su edad. Kate miraba por la ventana como bajaban las cosas del camión y las dos niñas corrían felices detrás de su hermano. Ella quería ir a saludar pero no creía estar arreglada para eso y seguramente esas niñas que se parecían a su Barbie se burlarían de ella.
Así que continuó viendo la mudanza de la nueva familia. Al día siguiente su mami se levantó como siempre para prepararla para la escuela.
—Hola —Kate levantó la vista ¿Acaso alguien le hablaba? Se encontró con el niño rubio, tenia unos muy bonitos ojos azules— Eres nuestra vecina ¿Cierto? —ella asintió— Yo soy Mark Turner ¿Y tú? ¿Serás mi amiga cierto? No conozco a nadie y no quiero estar solo. ¿Cómo te llamas?
—K-Kate
—Bien Kate, serás mi nueva mejor amiga.
Y así fue, los Turner se convirtieron en su familia, descubrió que tener un amigo hombre no era malo, que Jane y Jenna, las hermanas de Mark eran las niñas más increíbles que había conocido y les gustaba jugar con ella. También descubrió la envidia que sentía por sus nuevos amigos, sus padres los amaban y su mami no lloraba.
Ahora en lugar de encerrarse en su habitación iba a la casa de los Turner. Recordaba una vez que regresó de jugar con las gemelas, cuando entro a la casa encontró muchas cosas rotas y a su madre inconsciente en el piso.
Su grito se escuchó hasta la casa vecina, pues Lucille llegó corriendo con su marido Peter tras de ella. Esa noche durmió con los Turner
Conforme pasaron los años, Kate sólo confiaba en Mark, era al único hombre al que le permitía acercarse. En su adolescencia no sabía si podía confiar en Peter, podría parecer el padre perfecto pero ¿Y si era igual al suyo?
Entonces mientras cursaba el instituto apareció Dylan Walsh, era el chico perfecto con un gran porcentaje de la población femenina del instituto, lo amaba. Kate fue la décima inocente chica que caía por él. Incluso discutió con Mark por su causa, su mejor amigo lo odiaba pero su mente enamorada lo atribuyó a los celos.
Mark Turner y Dylan Walsh eran la sensación del instituto y por lo tanto rivales, aunque a Mark poco le importaba.
Kate, creía conocer a los hombres y estaba convencida de que Dylan era el indicado. Cuando le entregó algo más que su inocente tiempo supo que había sido un error fatal, al día siguiente le había encontrado dándose el lote con Misha Santos, la curvilínea presidenta la clase.
Dylan se burló de ella frente a sus amigos. No detuvo a Mark cuando esté lo golpeó. Desde ese día se alejó de los hombres, ninguno valía la pena y jamás tendría algo con ninguno. No quería saber nada de ellos, eran malos, sólo Mark, él jamás la lastimaría a ninguna otra mujer, él siempre sería el mejor hombre que conocería
Lástima que muchos años después Kate se diera cuenta de que él era igual a todos.
Frente a ella estaba Bianca destrozada, en brazos de su cuñada, Mark había traicionado a la que proclamaba el amor de su vida. Kate sentía su corazón endurecerse aún más. Sí el amor entre ellos dos le había hecho dudar ahora estaba segura de haber tomado la decisión correcta.
Ver a Bianca en ese estado de devastación, también acabó con ella y con lo que creía de MarkN/A: Espero se pasen a darle una oportu5 a esta historia que pueden encontrar en mi perfil
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La Parte Mas Dura Es Dejarte [Tough 1°]
Chick-LitDestacada del mes de MARZO-ABRIL DE CHICK-LIT ES Libro 1 de la Saga Tough Bianca Santoro tiene el matrimonio perfecto, o eso creía, después de meses con conflictos descubre que su marido la engaña, con una de compañera de trabajo. A Mark parece no i...