CAPÍTULO CUARENTA Y NUEVE

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—Buenos días, sexy y sensual amigo mío —Miranda entró a la oficina de Mark con una enorme sonrisa— ¿Cómo estuvo tu jodido fin de semana?Mark sólo despegó la mirada de su ordenador por cinco segundos, con eso Miranda supo que no también como él esp...

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—Buenos días, sexy y sensual amigo mío —Miranda entró a la oficina de Mark con una enorme sonrisa— ¿Cómo estuvo tu jodido fin de semana?

Mark sólo despegó la mirada de su ordenador por cinco segundos, con eso Miranda supo que no también como él esperaba.

—Nada bien —resopló dejándose hundir en su silla— el primer día fue perfecto, realmente pude olvidar todo y pretender que solo éramos nosotros, la noche... después de eso ya las cosas fueron a pique y regresamos a lo mismo.

— ¿Te acostaste con ella?

—No.

—Bueno, suenas del culo y pareces arrepentido de no haber puesto tus manos sobre ese delicioso culo.

—Deja de sabrosearte a Bianca. Tal vez si estoy arrepentido, pero es porque sabes lo que ella significa para mi.

Los dos se quedaron callados bastante rato hasta que la pelinegra suspiro. Miranda se levantó y se sentó  junto a él, recargando su trasero en el escritorio para verlo de frente. Mark tuvo que levantar el rostro para observarla.

—Te voy a decir esto, aunque talvez te pongas todo puto imbécil y me eches a patadas,  pero eres como mi hermano y necesito hacerlo.

Mark la observó por unos segundos, sabía que lo que dijera tal vez no sería nada agradable.

—Suéltalo.

— ¿Crees que vale la pena? Se que tú tienes la pinche puta culpa de todo este embrollo, pero, mira a Bianca; Aunque se hagan pendejos y crean que nosotros estamos más ciegos que el jodido Andrea Boccelli, todos saben que esta con Liam, tú lo sabes, yo lo sé. Mark te digo esto por que te quiero y me pican los ovarios de verte así. Tal vez también es hora de que intentes sanarte, no digo que corras a cogerte con alguien pero, sal y diviértete, sal con tus hijos, conoce a alguien, trata de ser feliz, ella ya está con Liam.

Cada una de las palabras calaron en Mark.

—No puedo Miranda, no puedo simplemente arrancarla de mi. Sí no lo hice durante siete años sin ella, dudo que lo logre sabiendo que está a unos metros.

Miranda se cruzó de brazos y bufo.

—Que puto sínico Mark Andrew Tercero ¡Claro que lo hiciste! mantuviste una relación con esa zorra.

Mark dejo caer la cabeza entre sus manos, sabía que ese error lo perseguiría para siempre, pero ya no podía cambiar nada.

—Lo cierto es que jamás tuve una relación con esa mujer, estaba perdido sin Bianca, lo jodi todo cuando creí que me engañaba, tu y Kate saben lo inseguro que era respecto a merecerme su amor, de ser lo suficientemente bueno para ella. Cuando creí que me estaba engañando… solo de pensar que hubiera conocido a otro hombre me noqueó. No recuerdo mucho de aquella noche en la que supuestamente  descubrí su engaño, solo se que desperté en la cama junto a Tiffany. Y en ese momento  lo perdimos,  yo no podía mirarla a la cara sabiendo lo que había hecho y ella tratando de ocultarme lo de los niños. Jamás me había sentido tan perdido en mi vida, estaba en un pozo oscuro donde no me importaba quien estaba a mi alrededor, probablemente no me crean, pero, ¿Sabes a quien veía mientras estaba con ella? A Bianca ¿Sabes con quién soñaba cada noche? Con Bianca ¿Cuando la puerta se abría, quien esperaba que fuera? ¿Cada llamada que entraba? ¿Cuando me embriagaba por quien suplicaba? Todos creen que estaba en las mieles con aquella Tiffany, ¿pero sabes que? Estaba realmente jodido, jodido desde que la vi subir al auto de mi hermana, me la pasaba ahogado en alcohol, hasta que Kate me llevó a un grupo de ayuda.

Miranda pudo ver el dolor en los ojos de su amigo, pero no se arrepentía de lo que le había dicho, realmente quería que Mark fuera feliz de nuevo.

— ¿Estas cogiéndote a esta zorra también?

Los dos giraron para toparse con Kate, Mark frunció el ceño, mientras Miranda dejaba caer su larga cabellera por la espalda y se soltaba a reír.

—Ay Kate, sabes que solo te amo a ti —se bajó del escritorio y acomodo su ajustada falda— claro que fácilmente puedo engañarte con Bianca, pero mi corazón siempre será tuyo.

Kate frunció el ceño y termino de entrar a la oficina, ignorando sus palabras, Mark vio como la radiante sonrisa de Miranda se quebraba por unos instantes, entre sus amigas había una historia realmente profunda.

—Hablando de Bianca ¿Sabes que peleó con Liam antes de que se fueran? —Mark miró a su mejor amiga, mientras Miranda se sentaba en la silla junto a ella.

— ¿Tú como sabes?

La morena se sonrojo.

—Bueno puede que yo llegara en el momento en el que ella se iba furiosa, Liam estaba muy molesto porque se fuera contigo.

Miranda comenzó a reírse.

— ¿Confraternizando con el enemigo? —pregunto Miranda haciendola sonrojar.

— ¡No sabía que íbamos a ir allí! ¡Yo estaba con Thomas y…!

Kate noto lo que había gritado y se sonrojo aún más Mark comenzó a reírse de su amiga.

—Así que Thomas ¿Eh?

—Cállate Andrew Tercero.

— ¡No soy tercero! Bueno aparte de eso, no me gusta haberle causado problemas a Bianca.
Sus dos acompañantes lo miraron como sí estuviera loco.

— ¿En que momento te empezó a importar sí tiene problemas con Liam? —cuestiono Kate. Mark miró a sus amigas.

—Miren, quiero recuperar a Bianca, es lo que más anhelo, pero no quiero hacerlo a costa de que ella esté mal con Liam, sí no por lo que yo represente para ella.

Kate y Miranda se miraron confundidas.

—Bueeno es tu pedo, entonces yo vine a decirte que tengo que salir esta semana del pinche del estado, una mugre con la puta ex mujer de mi hermano, pero dejaré a Katrina a cargo de todo deberías considerar contratarla en cuanto termine la pasantía es demasiado talentosa para que ande rondando con la competencia. Piénsalo.

Con eso ambas salieron de la oficina.

La Parte Mas Dura Es Dejarte [Tough 1°]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora