CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE

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Decir que las siguientes semanas fueron maravillosas, que Bianca y Liam habían estado disfrutando de su idílico romance…SERÍA UNA VIL Y MALDITA MENTIRA

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Decir que las siguientes semanas fueron maravillosas, que Bianca y Liam habían estado disfrutando de su idílico romance…

SERÍA UNA VIL Y MALDITA MENTIRA.

La primera cosa, normal y que Bianca podía aceptar, eran los turnos en el hospital, ¡Eran un infierno! en Boise nunca lo habían notado porque no se comparaba con los hospitales de Nueva York, pero aún así los dos se la habían arreglado para poder verse durante la semana.

La segunda cosa era Miranda, esa mujer, ¡No eran celos! claramente que no le interesaba pero jamás le había caído bien, Bianca estaba perdiendo los nervios por ella. El caso es que sabia que se pavoneaba por todos lados cosa que hacía que Bianca se enfureciera, por supuesto Mark no tardó en contratarla, para Bianca eso era bueno implicaba que la mandarian lejos, hasta el otro lado del mundo, lejos de su familia. Por si fuera poco, Emma y Miranda se llevaban de maravilla. También sus hijos, al parecer la tía Miranda era muy genial.

¡Tonterías!, pensaba Bianca. 

Lo que en realidad la tenía preocupada eran sus hijos, nunca habían sido malcriados, pero estas últimas semanas ni ella los reconocía. Su vida se estaba volviendo el típico cliché de una pareja divorciada, Bianca era la mala del cuento y Mark era el papá genial con el que se divertían.

—  ¡Amber! ¿Podrías apurarte? Liam ya nos espera en la entrada del zoológico.

Andrew estaba sentado al pie de las escaleras con su rostro entre sus manos. Era tan extraño, pues ellos amaban ir al zoológico.

—Es que yo no quiero ir.

Bianca ya estaba cansada de los berrinches de Amber, por lo que está vez opto por ignorarla. Media hora más tarde pudieron reunirse con Liam en el dichoso lugar.

—Hola —Bianca se acerco y deposito un beso en su mejilla, mientras él le sonreía.

—Hola, hola CAMPEÓN —Andrew salto para chocar las manos con Liam— Hola Princesa.

Amber se limitó a cruzarse de brazos, Liam no dijo nada, llevaba ya bastantes días con esa actitud y entendía a la niña, sabía cuánto amaba a su padre.
Entraron al recinto, lleno de familias felices, eso era lo que Bianca deseaba, que su familia fuera feliz.

— ¡Vamos Am!

Andrew logro animar un poco a su hermana y se alejaron.

—Siento lo de Amber, realmente no sé qué le pasa.

Como los niños estaban los suficientemente lejos, Liam aprovecho para envolver sus brazos al rededor de la cintura de Bianca.

—Tranquila, esta creciendo y no podemos ocultarle todo, recuerda que las niñas maduran más rápido que los niños y Amber empieza a notar la situación,  es difícil para ella aceptarme estando su padre.

—Lo sé —la pelirroja suspiro, el resto del día se la pasaron tras lo niños, mientras corrían de una jaula a otra, les hicieron fotos, se hicieron fotos, y estuvieron bastante tranquilos.

Claro que todo se fue al garete a la hora de la comida.

El área del zoológico era bastante extensa, por lo que fue fácil encontrar una mesa, mientras Liam compraba la comida. Amber parecía más sosegada y amable con Liam mientras comía.
Una pareja se sentó junto a ellos, con un bebé, haciendo que Bianca recordara los primeros meses de sus propios hijos.

La mujer y Bianca comenzaron a platicar, mientras Liam lo hacía con su marido. Ella se llamaba Mel y él, Levi, dos personas muy entretenidas.

—Pero que hijos tan hermosos que tienen —Bianca tardo un poco en asimilar las palabras de Mel, pero su pequeña pelirroja fue más rápida.

—Él no es mi papá, yo ya tengo uno y no es Liam.

Un silencio denso cayó sobre la mesa, Amber había dejado su comida y miraba sus manos.

—Lo-Lo s-siento yo… —comenzó a disculparse la chica.

—No, no te preocupes Mel, discúlpame tú a mi, ella no suele comportarse así.

Amber se puso de pie y se hecho a correr. El instinto de madre la hizo echarse a correr tras ella. Hasta que logro detenerla.

—Detente ahora mismo jovencita.

Ella decidió simplemente ignorar a su madre y se soltó.

— ¡DÉJAME! ¡QUIERO IRME CON MI PAPI!

Cuando llego a ella, sus mejillas estaban bañadas en lágrimas. La gente las observaba, por lo que no le quedó de otra más que llamarle a su padre.

— ¿Bianca? ¿Sucedió algo? —de cierta forma le gustaba que siempre estuviera al pendiente, no como hace tantos años.

—En realidad nada, verás trajimos a los niños al zoológico, pero Amber no para de llorar que quiere verte, se que estas ocupado pero...

—Voy para allá —no la dejó terminar— dejaré a Miranda aquí y los veo afuera del zoológico en 30 minutos.

Bianca suspiro, estaba con Miranda, cosa que no le sorprendía así que decidió dejarlo pasar y se acerco a su hija.

—Amber tú papá viene para acá —ella la miró con los ojos rojos y asintió, antes de volver junto a su hermano.

La Parte Mas Dura Es Dejarte [Tough 1°]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora