Doce

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-¡Que estoy mejor!-Digo tirando una botella con agua.

-Vale tío, que no es para que te pongas así-Dice Mike mientras seca con una toalla lo que se derramó.

-Pues vaya, esto se ha salido de las manos-Exclama el dueño arrepintiéndose en cierta forma por cómo nos habló antes-¿Te ocurre algo chico?

-Pues claro que nada-Respondo con la mirada extraviada.

-No me quieres decir ¿Verdad?

-¿Qué? Si, digo ¡No!

-Déjelo, no le gusta que lo presionen-Interviene Mike dando punto final a la conversación.

   Al menos siento que ya todo está volviendo a la normalidad, que puedo sentir la vida tal como es ¡Rayos!

-Gracias por todo-Digo al levantarme con la ayuda de mi amigo.

-Pero y el desorden...

-Dijo que gracias-Exclama Dash cortante muy a lo grande ¡Que nunca cambie su espíritu!

  Una vez, cuando tan solo teníamos trece, fuimos juntos a un Skatepark que se encontraba al noroeste de Brooklyn para practicar (Sí, fue un deporte que se nos daba muy bien en esos días) y lograr nuevos trucos. También conoceríamos a unos chicos con los que mi viejo amigo había hablado en una exposición de literatura inglesa. El hecho fue que entre ellos apareció una chica de la cual Mike quedó embobado hasta por los pies. Y no era para más, sus ojos pardos que sujetaban unas pestañas delgadamente delineadas que resaltaban su rostro blanco y con pecas volvían loco a cualquiera; y sin contar con su metro sesenta, cabello castaño y piernas delgadas de modelo ¡Wow!

-¿Mejor ya?-Dice el loco T.N.T mientras me mira con lividez.

-Ohh no... espera-Digo agachándome y haciendo ruidos de obstrucción, como si me desesperara.

-Diablos. No, por favor-Se muestra inquieto.

-Ohh no de nuevo-Exagero.

  Esto de la actuación podría hacerlo más seguido.

-Oiga, disculpe...

-¡Mierda!

-¿Qué ocurre?-Se entromete alguien con las mejores intenciones.

-No lo sé.

-Es...-Me lanzo al piso.

   Transcurre un segundo en donde Mike se desespera completamente ¡Que gracioso!

-¿Chico estas bien?

-No pues, emmm, ahhhh.

-¿Si?

-Oye amigo...

-Dime. Trata de mantener la calma por favor.

   Esto va mucho mejor de lo que me esperaba.

-Que alguien traiga ayuda-Grita el hombre a un lado mío.

-¿Me decías algo?

-Es...

-¿Qué? ¿Quieres agua?

-No.

-¿Entonces?

-¡Caíste amigo!-Grito mientras me levanto de golpe y comienzo a bailar a su alrededor-¡Que guay!

-Que no me lo creo-Dice agarrándose la cabeza-¡Estúpido!

   Y   yo creí que sabría que estaba actuando.

-Demonios chico no hagas eso-Dice un calvo que miraba con atención todo lo que sucedía.

-Vete al carajo-Dice otro.

-Pero que payaso.

   La gente chismosa se decepciona y decide irse lanzando garabatos al aire ¡Como si me importara!

-Ufff, ¡Quiero morirme! No entiendo como no lo supe antes-Dice Dash golpeándome el hombro.

-¡Auch!

-Te lo mereces, al igual que otras cosas tontas que me has hecho.

-Tienes memoria-Recalco.

-Claro-Se enorgullece él.

-¿Recordarás entonces a Max?

-Noo, no juegues conmigo.

-Ohh sí.

-Un caballero no tiene memoria-Se excusa.

-Vaya, que contradictorio.

-Ya sabes, el pasado ya debe estar pisado.

-En especial cuando quieres ocultar decepciones amorosas.

-Ja ja-Rie con sarcasmo.

-Era una buena tía ¡Y vaya que buena!

-No recuerdes cosas que quiero olvidar.

-Yo también quiero olvidar ciertas cosas, pero no puedo

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