Treinta y Nueve

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Ni yo sé cuánto agradezco estar aquí.Vivo. Sin tener que luchar con esa desagradable persona.

Creo que todo se lo debo a él.

Y no. No a mi amigo... sino al que gobierna nuestras vidas. El único que mueve las montañas para que podamos seguir avanzando; el que es digno de nuestra gratitud.

Tras mucho tiempo, pude desatar todo lo que nos separaba... !Gracias, Dios!

Porque hermosas son sus palabras, es su poder y su gloria.

!Ahora podré ver a mi amada hija!





LA VERDAD NO PUEDE ESTAR OCULTA POR SIEMPRE...

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