Dieciséis

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   Ha sido una larga mañana, una buena compra, un ataque de ansiedad (Hasta creo que extrañaba esos efectos) y un reencuentro con mi viejo amigo. Al menos puedo pensar en todo esto ahora que descanso tranquilamente en mi cama.

   Y una fiesta ¡Vaya que hace bastante tiempo que no voy a una! Y si mal no recuerdo la última a la que fui fue hace casi dos años. Fue la fiesta post-graduación de mi prima. El lugar estaba que te cagabas, tipos borrachos por todas partes, pintura desparramada por el piso, cuadros y jarrones hechos añicos por imbéciles sin control (Aunque recuerdo que también yo era uno de aquellos) y como siempre, sexo descontrolado tanto en habitaciones como en las esquinas más oscuras de la casa.

"— ¿Y me estás diciendo que el ser humano desarrolla su alma, que no nace con ella?—Dice Paulina mientras deja su cerveza sobre una mesa repleta de comida chatarra esparramada y sucia."

"—Si... no... digo sí. No es algo ciento por ciento literal, es que quizá te es complicado de entender. Platón trataba de dar a entender que una de las partes más excelentes del alma es su característica racional, aquello vinculado a la razón, el conocimiento y la justicia, y claramente es eso con lo que no nacemos, la facultad de declararnos justos y racionales como personas que somos."

"— ¿Y cómo pudo el demostrar todo eso? Suena a que avalara la importancia de la parte de que el alma es el principio que da vida y movimiento a los cuerpos."

"—Exactamente no lo hace, tan solo recalca su valor. Tampoco podemos decir que el alma humana no es lo que tú dices"

"—Ya veo."

"—Él explicaba todo eso mediante el mito del mito del carro alado. Se exponía que un auriga, el cual representa el intelecto y/o la razón que conduce al alma hacia la verdad, manejaba un carro el cual iba tirado por dos caballos alados, uno bueno y uno malo, uno bonito y uno feo, uno de ellos representa el impulso racional o moral o de otra manera dicho como la naturaleza pasional, y el otro era las irrigaciones del alma como el apetito o la naturaleza concupiscente. El auriga maneja el carro/alma de manera que ninguno de los dos caballos se desvíe o vaya en sentido contrario para así alcanzar la iluminación."

"La música se bajó de un momento para otro y todo el mundo se paralizó e inundó en dudas antes de que Paulina pudiera modular palabra cualquiera."

"— ¿Alguien quiere decirme dónde está Riley?—Grita de manera tosca una voz que se me hace familiar."

"Me despego de la silla plegable en la cual mi trasero descansaba plácidamente para averiguar quién es el aguafiestas."

"—Ehhh, tranquilo viejo—Dice un tipo del que no tenía idea de su presencia en la fiesta."

"—No te hagas el chistoso conmigo jovencito, tu presunta actitud agradable no es más que basura."

"Ohhh no, rayos."

"— ¿Abuelo? ¿Qué haces aquí?—Pregunto tocándole el hombro con las mejores intenciones de calmarlo."

"— ¿Alex? ¿Tú también estás en esta porquería a la que llaman fiesta?—Se sorprende."

"—Venga que no es para tanto ¿Qué haces aquí?"

"—Riley está en peligro, de seguro dos tipejos deben estar acosándola, he venido a por ella—Dice lanzando una mirada de rabia a cada uno de los chicos."

"—Ella está bien, está con unas amigas allá atrás."

"—No lo está"

"—Hey vejete, es mejor que te vayas antes de que pierda el respeto a los ancianos malhumorados y estúpidos como tú—Dice el mismo tipo que trataba de calmarlo hace unos segundos."

"— ¿Cómo me llamaste?—Replica mi abuelo mientras cierra un ojo en señal de molestia."

"—Est...—No alcanza de decir él debido a un firme puñetazo que recibe en plena nariz."

   "El ambiente se altera de manera instantánea, los chicos comienzan a gritar en augurio de lo que se viene. Y luego de entre las masas aparece Riley quien acompañada por otras dos mujeres, se da cuenta de lo que acaba de suceder."

"—Eso es para que comiences a respetar a tus mayores mocoso—Dice una faceta de mi abuelo que nunca antes había visto."

"— ¡Carl!—Grita Riley enojada— No tienes derecho de venir hasta aquí y armar tal escándalo."

"—No me llames así jovencita, no soy cualquiera."

   "Los segundos transcurren lentos y tensos en un ambiente en donde John (Creo recordar que se llama así) está tirado en el piso sangrando y gritando como un marica y mi abuelo es quien no para de observar a todos y a cada uno como si los fuera a matar. Es que no puedo pensar que harán los demás ¿Defenderán a su amigo o no harán nada por respeto a un viejo?"

"—Hey, que ya estuvo bueno—Digo pensando en cómo salir sino a patadas de aquí."

"—No puedes quedarte ni un minuto más aquí, tenemos que irnos."

"—No iré a ninguna parte, ya deja de seguirme y hacerte el viejo fuerte, no soy tu hija"

"—No pienso dejarte con estos imbéciles"

"— ¡Cállate ya, tarado de la cabeza!—Grita alguien desde el final."

"—Como odio a esta generación, no existe ningún respeto ni siquiera entre ellos mismos, son unos pendejos sin razón."

   "Y por más difícil que a veces me sea admitirlo, a mí también me desagrada esta oleada de tarados sin razón ni Juicio ¿Por qué tendré que existir entre todos ellos?"

AnsiedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora