20:08hrs.
—Faith, ya nos vamos a los bolos ¿vienes con nosotros? —Dejé de conversar con Halle y observé a mi amiga rubia.
—Sí —miré a Halle—. ¿Vienes?
—No lo sé —torció los labios en una mueca dubitativa—. Jayden me tiene toque de queda.
—Tienes veinte años, Halle —Espetó Summer haciendo una mueca de desprecio ante lo que había dicho la morena—. Tienes que salir a divertirte.
—Tú no conoces a Jayden cuando está molesto.
—Qué se moleste, eso no me afecta y no debe de afectarte a ti. Las únicas personas que deben mandarte son tus padres, no tu hermano mayor. Vamos. —Summer jaló por el brazo a Halle y la hizo caminar a su lado hacia la puerta de salida del apartamento. Yo me fui tras ellas a esperar cerca del ascensor a Kayleigh y a Z.
—Adiós chicos, recuerden llegar temprano a sus casas. Sobre todo tú, Halle. —Dijo Freya apoyándose de un lado del marco de la puerta—. Tu padre me pidió que te dijera que no pasaras de las diez de la noche en la calle.
—Tranquila Freya, la cuidaremos bien. —Dijo con seguridad Summer rodeando los hombros de la morena, quien todavía tenía una mueca de inseguridad en su rostro.
—Tu cabeza rodará si el Señor L no ve a su preciosa niña llegar a casa a la hora que pidió. —Espetó Kayleigh pasando por un lado de su hermana, dándole un corto beso en la mejilla. La mayoría de las personas invitadas a la fiesta/reunión ya estaban abandonando el apartamento pues Freya dio la hora hasta las ocho y treinta.
—Hey, yo no dije nada que yo la iba a cuidar. —Dijo en su defensa la rubia alzando las manos sobre su cabeza.
—Tranquila, Freya —hablé—, yo haré que llegue sana y salva a su casa.
—En ti confío más, Faith.
—Eso me ha dolido hermana. —Se quejó Kayleigh marcando el botón del ascensor para llamarlo a este piso.
—Ay por favor, no te hagas la santa Kay. —Espetó Freya, y tanto Summer, Halle como yo nos tapamos la boca en signo de sorpresa y para hacer molestar a Kayleigh.
—No lo soy, dejé de serlo desde tuve mi primer orgasmo. —Contraatacó Kay y yo no puede no reír.
—Es mejor irnos antes de que estas dos señoritas comiencen a sacarse los ojos. —Sugirió Z, detrás de él iba saliendo Sean también.
—Él no vendrá ¿o sí? —Le pregunté en susurro a Summer, quien se encogió de hombros.
—No lo sé.
—Sí, vámonos. Se nos hará tarde. Sean ¿vendrás con nosotros? —Le preguntó Kayleigh.
—Sí, nos reuniéremos con el grupo allá. —El moreno me observó por un momento y luego miró a mi amiga.
—Oh, vale. Supongo entonces que nos iremos en tu auto ¿no? —Sean soltó una pequeña carcajada y asintió con la cabeza—. ¡Perfecto! Entonces, en movimiento gente que no me hago más joven.
Nos despedimos de Freya y bajamos todos por el ascensor, en cuanto estuvimos en la calle busqué con la mirada el auto de Sean pero no logré divisar ninguno.
—Ajá ¿y tú auto es invisible o qué? —Espeté cruzando los brazos. El moreno me miró y una sonrisa torcida se reveló en sus labios.
—Es aquel. —Miré en la dirección en la que señaló encontrándome con una camioneta Chevrolet color negra del año pasado. Nos movimos hacia la monstruosidad de auto —porque era enorme— y nos montamos quedando de la siguiente manera: Z y Sean iban en los asientos del frente, Sean conduciendo y Z de copiloto, mientras que Kayleigh, Summer, Halle y yo íbamos en los de atrás. Tuve que montarme en el regazo de Kayleigh porque si no íbamos a quedar apretujadas.
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Mala Combinación. (Saga L.A. #1)
Novela JuvenilÉl: calmado cual río después de una fuerte tormenta. Ella: una furia hecha mujer. Él: paciente cual pereza. Ella: El día que se repartió la paciencia como virtud, Faith hizo la fila para la impaciencia. Él: Optimista. Ella: Pesimista. Aunque se lla...