Labyrinthe (Kihyun - Monsta X)

08

- Yo... Min Ha, lamento mucho no haberte recordado al principio, enserio no sé qué me sucede, pero... te prometo que no volveré a olvidarte.

- ¿Debería creerte? - Sonrió incrédula.

- Debes. 

- Bien, te creeré, pero te juro que si te olvidas de mí otra vez entonces ni siquiera volveré a buscarte.

- Hecho. - Caminamos un poco y entonces ella dijo.

- ¿Quieres que te vuelva a contar la historia de los gemelos? - La miré unos segundos y asentí.

- Me gustaría escucharla de nuevo. - Sonreí.

- De esa forma el camino se hará menos lejos. -  Rió. - Bien, la historia empieza con una madre sobre protectora y muy estricta en muchos ámbitos, pero también es amorosa, ninguno de los dos gemelos sabía mucho sobre el otro, ambos tenían demasiada privacidad, para el hermano era como algo que debía descubrir mientras que a su hermana parecía no interesarle. - Yoko y... Sora. - Durante su adolescencia el hermano permaneció en la capital mientras que su hermana se quedó en aquel pueblo en el que habían nacido. Ambos se veían muy poco, pero cuando lo hacían descubrían muchas cosas el uno sobre el otro. Un día al cumplir 16 años no sabían cómo pero se sentían demasiado bien en los brazos del otro, tanto que llegaron a besarse. - ¿Q-Qué le sucede a mi corazón? ha empezado a correr de repente. - Cuando tuvieron 17 años se unieron el uno al otro. - Demonios... ¡Calma! - y a los 20 años estuvieron decididos a contarle a su madre sobre lo ocurrido, pero... - Fracasaron y murieron en el templo cerca de casa - Fue trágico.

- Es gracioso. - Reí.

- ¿Qué? ¿Qué es gracioso? - Me miró.

- Cuando tú la cuentas, sigue teniendo la misma magia que hace años...

- Supongo que eso es algo bueno. - Sonrió, parecía avergonzada.

- Y hasta hoy en día se dice que aun se escucha el canto de la hermana a la media noche en el templo. - Terminé la historia.

- Me alegra mucho que no me hayas olvidado. - Se detuvo de repente. 

- A mí también me alegra. - Sonreí.

- Sabes, creo que... me gustaría que estés en mi inauguración. - Dijo agachando un poco su cabeza.

- ... Me gustaría estar, pero... aún no sé si tendremos agenda mañana. 

- En ese caso... te guardaré algo de la inauguración. - Sonrió ocultando su decepción. 

- Gracias... - Ella miró detrás y se volvió a mí. - Bueno... gracias por traerme hasta casa.

- ¿Habíamos llegado? - Pregunté algo sorprendido ya que ni siquiera habíamos caminado unas cuantas cuadras.

- Sí, vivo muy cerca del centro comercial ¿No es eso bueno? - Rió.

- Por supuesto. - Asentí con mi cabeza. - Es muy bueno así nunca llegarás tarde. 

- Sí... - Rió. - Bien, debo entrar ahora así que... supongo que hablaremos mañana o cuando tengas tiempo. - Empezó a retroceder.

- Sí, creo que... sí. - Estaba balbuceando... ¿Por qué? 

Ella sonrió y se alejó finalmente entrando a una casa de fachada marrón y de dos plantas, muy linda por cierto.

- Regresa Kihyun, regresa. - Murmuraba mirando la casa. Min Ha solía ser mi amiga desde los 9 años, recuerdo que de un tiempo a otro ella desapareció...