Me había levantado con pocas emociones de ir a la escuela en la mañana, y el motivo principal no fue que era Lunes a las 7 de la mañana. Sino porque no tenía emociones para ir de aquí por allá en los pasillos, escuchando oratorias y anotando párrafos y párrafos de palabras que sabía perfectamente que no podría recordar.
Había mentido y arruinado algo que en realidad que valía la pena desde que llegué a esta pequeña cuidad; amistad.
Había arruinado y roto la confianza que forjamos en este poco tiempo, esa confianza que se encuentra pocas veces, y que se la daban a personas que realmente la merecían. Había destrozado algo importante y en eso me destrocé a mi misma. Una vez más, Lorraine.
—Lori, ¿qué te pareció la reunión del sábado?— era un tema inevitable de este primer día de una nueva semana, todos comentaban entre ellos y los profesores estaban realmente contentos con el resultado de todo. Ahora era el turno de los demás salones.
—Estuvo...— desastroso— muy lindo— asentí y le sonreí a Lou. Estábamos en la segunda clase del día, es decir... educación física, la profesora Huff estaba feliz y nos hizo correr tres vueltas al rededor de la cancha. Sí, muy feliz.
—Oh, ya lo creo— comentó al cesar unas pequeñas risitas—. ¿Qué te ocurre?
—No es nada. Sólo no pude dormir bien— asintió, justo en el momento que la campana sonó.
El casillero de Pauline junto al mío estaba cerrado. No se había presentado a la práctica y sólo la había visto desde lejos en uno de los pasillos. De los chicos... no tenía idea. Pero sabía que luego de esto, compartía clases con ellos.
Caminé entre toda la masa de personas sobre los pasillos. Pude distinguir a estudiantes desde el primer hasta el último año la escuela. Cada persona un grupo. Cada persona uno mismo. Cada persona un ser humano. Cada ser humano un mundo diferente.
Los pensamientos divagarotios en los que me encontraba sumergida cruelmente fueron interrumpidos cuando la profesora de literatura entró al salón con un nuevo libro en mano, enseñándoselo y mostrándolo ante todo el salón como si fuera Simba del Rey León. Pero segundos antes de eso distinguí en unos micro-segundos cuatro personajes sentados comúnmente en el fondo del salón. No voltee a verlos directamente. ¿De dónde podría sacar la voluntad de hacerlo? Entonces simplemente me senté en el medio del salón. El lugar en el que había estado desde mi primer día.
Oh, casi lo olvidaba.
Ayer, exactamente se cumplió un mes desde que llegué a la cuidad, ¿muy interesante para ustedes? Lo lamento, no tengo nada nuevo que contarles.
—...Les dí suficiente tiempo para terminar con sus reportes del libro hasta el capítulo 5, entonces... por favor, quiero que me entreguen ahora mismo los trabajos que hicieron con sus compañeros.
Face palm.
¿Cómo pudiste ser tan estúpida? Si tan sólo fuera un trabajo...
¿Y ahora qué?
No me atreví siquiera a girarme para ver la cara de él.
Había dejado el reporte en mi casa y si le decía eso bajaría nuestras calificaciones. La de Reece y la mía. Ay... si tan sólo...
—Jóvenes, su brillante educadora dejó su bolso y ahora no tiene en dónde llevar los trabajos... así que creo que sólo por ésta ocasión, están salvados— la profesora se restó de hombros y regresó a su escritorio. Dí un suspiro de alivio y algunos murmullos de júbilo se escucharon desde otras secciones del salón.
—Mmm, creo que alguien olvidó traer su trabajo— susurró Cole a mi lado.
—¿Qué me dices de tí?—rodé los ojos—. ¿Y tu trabajo?
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Hopeless - NHC
FanfictionObra original. No se aceptan copias ni adaptaciones. Cover: organicos