Concierto.

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Esos ojos, pupilas inertes
tras densos labios, palabras muertas.
Entre tú y yo un espacio, puertas.
Vas lento, tan despacio... ¿sientes?

Fuimos peor que el ocaso, apartados,
con música en teclas y viento.
Divago en la silla de los acusados
y todos parecen estatuas, cuerpos.

Manos que agitan murmullos falsos.
A tientas luces, sombras, calzado.
Mi butaca ardiente, tu arte helado.
Más jóvenes nos vimos el lunes sobre el prado.

Parece que en el bosque fértil
las hojas perdieron su orgullo.
Al salir cinco caminos, puentes
¿Cual será mi camino? Te susurro.

Yo fui francesa en otra vida,
solía vestir boinas, lucir pieles.
En los clubes fumaba, bebía.
Ajenos parecían mis días más infieles.

Sin residencia, como un trazo fallido,
retumbante existencia de bajo sonido.

Carta a la autoestima.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora