Me volví de cobre fundido,
no de cristal, ni de oro.
En tu pecho, tus sonidos
y tus dudas, y tu trono.Tus jardines coloridos,
tus terrenos dedicados.
Mi canción suena de fondo,
tu estación la ha postergado.Llevas viajes en el pecho,
y reclamas universos.
Eres centro de tus vicios,
y tus gritos, y tus cuentos.¿Yo fui luna en esa órbita?
¿Existen diálogos mudos?
Te aferraste a tu música,
mi partitura en el lodo...Y desplazada la armonía,
el compás en mi menor,
continué con las estrofas...
Mis cuerdas, mi mayor.
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Carta a la autoestima.
PoetryEl dolor no te hace menos fuerte o te quita valor. Sentirlo y sobrellevarlo es un gran acto de valentía. Qué bello es el sonido del alma entera, ¡que la miren todos! Ella, ni realeza ni esclavitud... Certeza. El valor, independencia suave, ¡que la...