Ya casi es primavera.

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Una vez resumida la verdad,
tras el faro que nunca duerme,
me acosté casi por necesidad,
casi por costumbre.

De pronto erré, y sentí felicidad
¿Cómo arrepentirme del dolor?
Vi una planta que crecía en el camino,
alrededor.

¿Donde estás? La pregunta sea respondida.
¿Podré dormir esta noche?
¿Cuando has visto que he dejado de luchar?
¿Cuándo las plantas florecen?

No es humanidad dejar de ser,
es castigo tocar las espinas.
Mis plantas no te conocen, no lastiman,
si las toco sólo me herirán.

Por el extenso prado correré,
mi voz será oída.
No dejando de sentir ni ser,
verás las plantas florecer...
floridas.

Carta a la autoestima.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora