Emma.
Con mi familia no solemos desayunar todos juntos a menos de que sea el cumpleaños de alguien, nuestros horarios nunca coinciden. Así que cuando me despierto y bajo a desayunar y me encuentro con mis padres y tío Ringo sentados en la mesa esperándome, sé que algo anda mal. Y la forma en la que todos revuelven la comida de su plato en silencio me lo confirma.
-Ya, díganme. ¿Qué ocurre?- pregunto mirando a mis padres y a mi tío uno a la vez.
-Bien, cuéntaselo.- le dice mi madre a mi padre.
Y entonces mi padre empieza a contar toda una historia de como dos hermanos de veinticinco años heredaron una compañía de sus padres que fallecieron en un accidente de auto, y que como no saben mucho sobre el manejo de empresas decidieron contratar a mis padres para que los asesoren. Al principio no entendí porque mis padres tendrían que irse a la otra punta del país a ayudar a dos muchachos, pero cuando las palabras "sociedad" y "acciones" salieron de la boca de mi madre lo entendí mejor. El trato era que ellos les enseñaran todo lo que sabían sobre empresas y que a cambio recibieran un porcentaje de las acciones de la compañía y que de esa forma se asociaran a la misma.
-Bien, ¿y tú que tienes que ver en todo ésto?- pregunto a mi tío Ringo.
-Soy el contador de la empresa de tus padres, y los muchachos Newton pidieron de mi asesoramiento en cuentas también pequeña.
-¿Eso quiere decir que ustedes tres se van y yo...
-Tendrás que estar sola por treinta días hija, ya eres mayor de edad, tienes un auto para poder moverte, y te dejaremos dinero de sobra para que puedas cubrir tus gastos. Confiamos en que estarás bien. Además tienes a Amanda y a Liam.- afirma mi madre y cuando menciona a Liam los ojos de mi tío Ringo se abren como platos mientras que el ceño de mi padre se frunce a más no poder.
-Es una oportunidad muy importante para nuestro negocio Emm, de no ser así no la tomaríamos.- dice papá, y con eso no me queda más que estar de acuerdo.
Un mes sola en casa. Tampoco es tan malo, ya tengo dieciocho años, y estoy acostumbrada a estar sola, sin mis padres. Pero no sin tío Ringo, y eso hace que el panorama no sea tan bueno como me lo pintan.
Liam.
Estuve todo el día de buen humor por la noche que pase con Emma, recordando cada momento. Jake se me acercaba cada tanto y me tocaba la frente para ver si tenía fiebre porque no es común que sonriera tanto. Ahora compartíamos una coca cola mientras mirábamos un partido de fútbol en la televisión. Un buen domingo, hasta que el estúpido de Connor apareció para romper mi pequeña burbuja de felicidad.
-Hola chicos, voy a salir con Emma. No me esperen.- dice con una sonrisa irónica antes de salir por la puerta.
- Ahí va Christian Grey. Por favor, si debe ser más virgen que el aceite de oliva.- digo cuando ya se fue y Jake me lanza un almohadón a la cara mientras se ríe.
ESTÁS LEYENDO
El chico de las notas // #DIAwards
Short StoryÉl es un chico y un día se le ocurrió escribir una nota a Emma Foster, la chica que trabaja en la biblioteca de la escuela. Pero el asunto se le fue de las manos, y lo que era una simple nota se volvió una loca e inesperada historia de amor. Primer...