Emma.
Lo observó detenidamente, necesito comprobar que de verdad es él y no una imaginación mía.
Me mira con esos ojos atigrados que me hicieron suspirar tantas veces, pero su mirada no me transmite nada, es impasible.
Me doy vuelta y continuo bailando. Me prometí a mi misma no volver a caer. Pero cuando lo veo irse, no puedo evitarlo y voy detrás de él. No me gusta terminar las cosas sin que me den explicaciones y Liam me las debe.
Le digo a Amanda que me espere, y salgo a la calle, la noche fría y oscura me pone la piel de gallina. Él va de espaldas caminando por la acera.
-¡Liam!- gritó llamando su atención y haciendo que voltee. Su rostro demuestra sorpresa por unos segundos y luego vuelve a serio.
-¿Qué?- pregunta dándose vuelta.
¿Eso es todo? Después de todo lo que pasó, lo único que me dice es un simple "¿qué?".
-Solamente quería pedirte una explicación.
-¿Explicación? ¿Quién eres? ¿Mi novia? ¿Mi madre?- responde tajante, con una sonrisa burlona.
-No, sólo quiero saber porque te borraste de esa manera después de que nos besamos.- le digo de forma directa.
-Por favor Emma, ¿qué pensabas? ¿Qué nos besaríamos y luego seriamos felices para siempre? Ya conseguí lo que quería de ti.
Las palabras que salen de su boca son como dardos, y yo soy el tablero al que se dirigen y donde clavan su pequeña aguja.
Me quedo sin palabras, con la boca entreabierta y conteniendo las lágrimas que amenazan con caer. Me doy la vuelta y vuelvo al bar. Sin mirarlo, sin contestar nada.
He tenido suficiente de Liam por un buen tiempo.
Amanda me ve y no hace falta que le diga nada, me toma del brazo y salimos del bar. Conduce hasta mi casa, y se queda a dormir conmigo.
-Mañana te lo cuento Amanda, de verdad ahora no quiero hablar de eso.- le digo ante su mirada inquisidora.
-Esta bien.
El oso panda de felpa me observa desde mi tocador, y no logro entender. En mi cabeza, las piezas no encajan. ¿Cómo alguien que fue tan dulce pudo volverse tan...hiriente? El chico de las notas no era capaz. No era capaz de besarme y desaparecer, de tener una chica semidesnuda en su casa con tan sólo dos semanas de haber pasado una noche conmigo. El chico de las notas no hubiera desaparecido dos meses sin llamar ni nada, y el chico de las notas no me hubiera dicho todas las cosas hirientes que acaba de decirme Liam.
Liam.
El sonido de mi celular me despierta, es una llamada de mi padre. La ignoro y me levanto.
En la cocina, el compañero de piso de Jake se prepara el desayuno.
-¿Quieres café?- me pregunta.
Asiento, y él deja una taza frente a mi.
No puedo dejar de pensar en la noche de ayer, en la expresión de Emma cuando fue a buscarme y le dije lo que le dije.
-Liam y yo iremos al billar, si quieres puedes venir con nosotros.- le dice Jake a su compañero, después de servirse una taza de café y sentarse a mi lado.
-Gracias Jake, pero ya tengo planes. Lo dejamos para otro día.- dice él y antes de marcharse a su habitación.
Después de ducharme, me visto con unos jeans y una camiseta blanca. Tomo mi cazadora y sigo a Jake hasta mi auto, para dirigirnos al billar.
Cuando llegamos, hay muy poca gente porque apenas son las tres de la tarde y este lugar se llena a eso de las siete. Pedimos unas cervezas, el único ruido que se escucha en la sala es el de las pelotas de billar chocando las unas contras las otras en la mesa.
Le cuento a Jake sobre mi discusión con Emma ayer, él me mira pensativo y escucha procesando mis palabras.
-¿Por qué le has dicho eso?-pregunta con el ceño fruncido.
-Sinceramente, no lo sé. Solo sentí que era lo que estaba bien. Lo mejor para ella.
Su mirada me indica que me equivoqué.
Emma.
Cuando llego a la biblioteca, tomo un libro, y me siento en uno de los sillones a leerlo mientras bebo de mi café. Decidí que hoy es un buen día para venir aquí, relajarme y leer.
Releo Orgullo y prejuicio, y no es porque me haga acordar a Liam. Sino porque es un libro que me encanta. Me sumerjo en la lectura sin pensar en nada más.
Mi celular vibra en la mesita que tengo frente a mi y lo tomo. Son las cinco de la tarde, llevo tres horas aquí sentada leyendo. Había perdido la noción del tiempo.
El mensaje es de Connor.
Hola linda, ¿puedo verte hoy?
Pensé en decir que no y continuar con mi día de tranquilidad. Pero la verdad es que Connor hace que me distraiga bastante y eso necesito ahora. No es como si lo usara, es un chico con el que me la paso bien y puedo hablar por horas.
¡Sí! ¿En dónde?
A los pocos segundos me envía un mensaje con la dirección de su departamento y conduzco hacia allí. Solo me toca diez minutos llegar.
Toco el timbre y Connor me abre, lleva unos jeans azules, y una camiseta verde militar.
-Hola preciosa.- dice y me besa en los labios. Le sonrió y paso junto a él entrando en el lugar.
Es el típico departamento de chico, una cocina pequeña, una sala con grandes sillones, una tele plasma, y una consola de videojuegos. Una escalera en un costado de la sala lleva a un piso superior, donde imagino que están las habitaciones y los baños.
-Ponte cómoda. Te traeré una limonada.- dice y se va a la cocina.
Me acomodo en el sofá y al rato Connor vuelve con dos vasos de limonada, y unos sándwiches.
-¿Qué has estado haciendo?- pregunta.
Le cuento que ayer salí con Amanda, y que hoy fui a la biblioteca. Él me dice que tuvo una cena familiar y que hoy estuvo limpiando el departamento para que yo no lo encontrara hecho un desastre.
Connor es lindo, tiene el pelo negro y los ojos color azul, su piel es pálida. Es delgado pero está un poco marcado, después de todo nos conocimos en el gimnasio.
Estar con él es como estar con Amanda, solo que con Amanda no me beso y con él sí. Siento esa especie de tranquilidad de poder ser yo misma sin que me juzgue.
Pone una película y cuando está por la mitad ambos nos estamos durmiendo de lo aburrida que es.
-¿Qué te parece si mejor vamos a cenar a algún lado?- ofrece Connor.
Acepto enseguida y él me dice que lo espere mientras toma una ducha.
Busco en la tele algo que mirar, cuando escucho la puerta se abre. Unas voces vienen del pasillo hacia la sala, y cuando aparecen los dueños de las voces siento como todo mi cuerpo se paraliza mientras que mi corazón intenta salirse de mi pecho.
Hasta acá el capítulo de hoy. ¿De qué equipo son chicas?
#TeamLiam
#TeamConnor
Y otra pregunta más. ¿Qué creen que le ocurre a Liam? Dejen sus teorías acá 👉🏻
¡Hasta el miércoles!
Las quiere, Fiorella 💋
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El chico de las notas // #DIAwards
Historia CortaÉl es un chico y un día se le ocurrió escribir una nota a Emma Foster, la chica que trabaja en la biblioteca de la escuela. Pero el asunto se le fue de las manos, y lo que era una simple nota se volvió una loca e inesperada historia de amor. Primer...