Emma.
Son casi las once de la noche cuando decido sacarme el vestido y colocarme el pijama. Liam dijo que me recogería a las nueve, pero no ha llegado. Tampoco ha contestado mis llamadas ni mis mensajes. No sé si preocuparme por él, o enojarme porque me dejo plantada.
¿Estará con otra chica? Hay varias del instituto que aún siguen interesadas en él, y son todas muy guapas. No...él no sería capaz de hacerme eso.
Antes de acostarme, llamó a mis padres para saber a qué hora vuelven mañana. Así controlo el tiempo que tengo para ordenar y dejar todo en su lugar para su llegada. Ellos viajan mucho, por negocios, ambos comparten una empresa que comercia celulares y la verdad es que les lleva mucho tiempo. Tío Ringo siempre se queda conmigo, viene a pasar las tardes aquí cuando ellos no están. Hoy le he dicho que salía con Liam, así que no ha venido. Estoy sola, plantada y abrumada.
Cierro los ojos y me duermo en segundos, el día ha sido agotador.
Abro los ojos de a poco y me doy cuenta de que lo que me ha despertado han sido unos golpes en la puerta de entrada. Se escuchan fuertes y reiterativos. Todo mi cuerpo se pone alerta, miro la hora, son las tres de la mañana. Bajo las escaleras con solo la linterna de mi celular, y voy hacia la puerta.
-Emma.- dice una voz distorsionada desde el otro lado.
Compruebo que la puerta está cerrada antes de contestar. Tranquilamente podría ser un ladrón, o algo peor. Controló el miedo y contesto.
-¿Quién es?
-Soy...soy Liam.
Abro la puerta de a poco y compruebo que es él. Liam esta parado frente a mi puerta con aroma a wiskeria, los ojos rojos, y balanceándose de un lado a otro.
-¿Qué te ha ocurrido Liam?- preguntó ayudándolo a entrar.
-Nada, he bebido y tenía ganas de verte. ¿Está mal?- dice en tono hostil.
-Sí, la verdad que si. Habíamos quedado a las nueve, no a las tres de la mañana.- digo. Sus ojos rojos me estudian con diversión.
-Bla, Bla, Bla.- dice riéndose.
Recuerdo cuando Amanda se ponía así en las fiestas, y me pedía que la metiera en una ducha fría para despejarse. Así que llevó a Liam al baño y una vez allí tomo su camiseta por los dobladillos y empiezo a subirla por su torso. Le pido que levante los brazos para hacerme más fácil la tarea, y él lo hace sonriéndome socarronamente.
-Yo que pongo todo mi autocontrol en ir despacio, y tú qué quieres hacerlo en el baño.- dice poniendo sus manos en mi cintura. Me pongo bordo enseguida y me da un escalofrío por su tono de voz sensual.
Hasta ebrio tiene que ser tan sexy.
-Liam, solamente voy a prepararte una ducha fría para que se te baje un poco la borrachera que traes.
-Interesante. Más aún si te das la ducha conmigo.-dice sonriéndome de forma seductora.
Aunque este ebrio y hablando tonterías, no puedo evitar sentir un revoltijo en el estomago. Está igual de atractivo que siempre. Tiene el pelo castaño claro despeinado, y me pongo a pensar lo bien que se sentiría ser yo la que lo despeinara.
Aparto esos pensamientos, y lo ayudo a meterse bajo la ducha solo con el bóxer puesto. Genial, la primera vez que lo veo semidesnudo y es en esta situación. Tiene un cuerpo de infierno. Piel dorada, brazos fuertes y un six pack en el abdomen.
-Esta fría.- dice mientras el agua de la ducha le cae sobre la espalda.
-Ya lo sé, solo espera unos segundos más.
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El chico de las notas // #DIAwards
ContoÉl es un chico y un día se le ocurrió escribir una nota a Emma Foster, la chica que trabaja en la biblioteca de la escuela. Pero el asunto se le fue de las manos, y lo que era una simple nota se volvió una loca e inesperada historia de amor. Primer...