Emma.Se supone que en el día de su baile de graduación las chicas piensan cosas típicas, qué tal se la pasará con su pareja de baile, y qué tal se ve su vestido, su maquillaje y su peinado. En cambio, yo no. Lo único que pienso es en que hoy conoceré al chico que me ha enviado notas durante tres meses.
Siento una mezcla de nervios y ansiedad. Me he imaginado el momento mil veces en mi cabeza, pero como uno ya sabe las cosas no siempre son como se esperan que sean. Hay mil maneras de todo salga bien, y mil maneras de que salga mal. Pero, como consejo de Amanda, debo relajarme, tomarlo con calma y disfrutarlo.
-Estas preciosa hija.- dice mi padre. Observándome desde la puerta de mi habitación.
Luego se marcha diciéndome que me esperará en el auto con mi madre para llevarme al gimnasio del instituto, donde se realizará el baile.
Me tomo unos segundos para observarme en el espejo una última vez. Me ha costado mucho elegir el vestido perfecto, con mucho me refiero a una tarde entera de tienda en tienda con Amanda, hasta que finalmente di con este. Un vestido color crema, en la parte superior se ajusta a mi cuerpo, tiene algunos detalles en dorado, y una cinta marcando la cintura, a partir de esa zona cae en cascada hasta mis pies. Llevo el pelo recogido, y el maquillaje en tonos naturales.
¿Le gustaré? ¿Y sí al conocerme se da cuenta de que sólo quiere que seamos amigos? ¿O nada? Aparto esos pensamientos de mi mente y bajo las escaleras de mi casa. Subo al auto de mis padres y nos adentramos en la carretera que dirige al instituto.
Hoy es el gran día, y ni siquiera mis inseguridades van a arruinarlo.
El chico de las notas.
-Venga, que pareciera como si estuvieras a punto de rendir el examen de ingreso a la universidad hermano.- dice Jake colocándome una mano sobre el hombro.
No lo entiende, es cien veces peor. Todos los miedos que he acumulado durante estos meses, pensando sí le gustaré, y si llegara a sentir lo que siento por ella, se aparecen en mi cabeza para atormentarme.
Pero siento como se disipan de a poco cuando la siento entrar. La siento aún sin verla, porque así es Emma, como los rayos del sol, los sientes sobre tu piel sin la necesidad de verlos.
Levanto la mirada y la observo. Se me atora la respiración en la garganta.
Está hermosa.
-¿Qué demonios le digo?-le pregunto a mi mejor amigo.
-Basta de mariconadas y ve a hablarle. Ya bastante la has hecho esperar a la pobre chica. Como mínimo te mandará a paseo y chau.
-Gracias, eso sirve de mucho eh.-digo poniéndome de pie.
-Es broma. Suerte hermano.
Emma está de espaldas a mí, con Amanda frente a ella. Ambas conversan y recorren el salón con la mirada.
Durante estos meses, me he imaginado como sería este momento, pero de una forma lejana, como algo que no podría suceder. Y está sucediendo en éste instante, y yo me he olvidado el discurso que había pensado. Mierda.
Amanda me ve, porque está frente a mi, frunce el ceño por un momento y luego los abre con sorpresa. Se borra de la escena en un microsegundo dejándome a mí y a Emma, la cual confundida, observa a su mejor amiga irse con su novio y dejarla allí plantada.
-Emma.- digo y ella se gira. Su reacción es similar a la de Amanda, pero la suaviza enseguida.- Soy el chico de las notas.
Emma.
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El chico de las notas // #DIAwards
ContoÉl es un chico y un día se le ocurrió escribir una nota a Emma Foster, la chica que trabaja en la biblioteca de la escuela. Pero el asunto se le fue de las manos, y lo que era una simple nota se volvió una loca e inesperada historia de amor. Primer...