Capitulo Doce

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Niall salió de la ducha y se secó con cuidado, asegurándose de que no le daba un golpe a nada. Era bastante bueno sabiendo en qué lugar exacto se encontraba cuando estaba en territorio conocido, pero nunca hacía nada sin comprobarlo primero. Se colocó la toalla alrededor de la cintura y caminó hacia la habitación que había sido suya durante dos semanas. Volvía a casa, y debería estar excitado por volver a ver su familia después de dos meses fuera, pero en realidad no lo estaba. Dejar a Zayn iba ser muy duro. Sabía que tenía que irse, pero lo que realmente quería era quedarse.

En la habitación, palpó alrededor de la cama hasta que encontró su ropa ordenadamente colocada sobre ella y preparada para que se la pusiera. También encontró a Rex, y sintió que estaba tumbado sobre su chaqueta.

—Chico —le dio unas palmadas a la cabeza del perro con cariño—, necesito mi chaqueta. —Después de que Niall empujara suavemente a su compañero, Rex se movió liberando la chaqueta y Niall notó que se colocaba sobre la almohada—. ¿Dónde están los gatitos? —En ese mismo instante, los oyó maullar mientras se subían también a la cama. Tenía que haberlo sabido. Nunca se alejaban mucho de su papá.

Tirando la toalla al suelo, Niall comenzó a vestirse intentando concentrarse en la tarea que tenía entre las manos, pero le resultó difícil. Tenía la garganta seca, sus dedos se sentían torpes y al final se sentó en el borde de la cama.

—Maldita sea. —No quería dejar a Zayn. Echaba de menos a sus padres y su casa en Natchez, pero sabía que iba a echar de menos a Zayn mucho más—. ¿Por qué no pueden ser las cosas más sencillas? —Podía oír a Zayn moverse en la habitación de enfrente, y pensó en ir hacia allí. Pero en vez de eso decidió terminar de prepararse. Obligándose a ponerse en pie, terminó de vestirse, abrochando los botones de la camisa antes de ponerse la chaqueta.

—Estás muy atractivo. —No había oído la puerta abrirse, pero estaba agradecido de que Zayn estuviera allí, y que pudiera casi sentir su mirada recorriéndole—. ¿Necesitas ayuda?

—No, ya lo tengo. —Niall se abrochó la corbata y sintió que Zayn se acercaba, tomando su brazo.

—Sé que no necesitas mi ayuda —dijo Zayn antes de que Niall pudiera decir nada—, pero quería tocarte.

Niall quería lo mismo. Su tiempo juntos cada vez era más corto. Siguió a Zayn hacia las escaleras y las descendieron despacio. La casa estaba completamente en silencio, y Zayn le acarició la mejilla y le besó despacio.

—Los demás nos esperan allí.

Niall se imaginó que les estaban dando tiempo a Zayn y a él a solas. Apretó el botón de su reloj y la voz mecánica le indicó la hora.

—Deberíamos irnos. —Habían dado dos pasos cuando su teléfono comenzó a sonar. Con un bufido contestó la llamada—. Hola, mamá.

—Hola, cariño. —Ella no continuó hablando.

—¿Necesitas algo? Vamos un poco tarde.

—No, solo quería asegurarme de que lo tenías todo. —Comenzó a soltar una letanía de preguntas maternales, asegurándose de que no había olvidado nada.

—Lo tengo todo preparado, mamá. Tenemos que irnos. Te llamaré mañana desde el autobús. —Lo último que quería era que su madre le llamara en su última noche junto a Zayn.

—De acuerdo, hablamos mañana entonces. —Niall pudo oír excitación en su voz y se preguntó si quizá realmente quería tenerle de vuelta en casa.

—¿Está bien?

—Sí, está emocionada. —Niall hubiese deseado sentirse igual. Entonces eso no dolería tanto—. Vámonos —le dijo a Zayn con fingida alegría, y entonces comenzaron a ir hacia el coche.

AMAR SIGNIFICA... SIN LIMTES.|Ziall Horlik|Adaptada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora