TERCER CAPITULO

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¿COMO PODÍA SER POSIBLE?  ¿MI MADRE COMO AVOX?  EL MALDITO CAPITOLIO RAPTO A MI MADRE Y ¿LA CONVIRTIÓ EN UN AVOX?  Tenía tantas preguntas sin respuestas. 
-Mamá.  Susurro y ella se queda en su puesto asignado, justo al lado mio.
La miro de reojo para confirmar que era ella ...y si, era ella.  Mi madre la que había extrañado y llorado todos estos años.  Espero que todo el mundo se vaya y mi madre se queda. Me paro de la silla.

-¿Mamá ?   Y me sale una lágrima.  Cojo el collar que cuelga de mi cuello,  le abro la mano y se lo doy.  Era el único recuerdo que me quedaba de ella.  Imagino que  me reconocerá  con ese gesto.

La veo tratando de decirme algo, tratando de explicarme lo que había pasado con ella. Le doy un abrazo, fuerte muy fuerte, hace un año y medio que no la veía, nos seguimos abrazando por minutos. La tomo del brazo y la llevo hasta mi cuarto, la siento en mi cama y ella muy tímidamente lo hace, estábamos felices. Yo tenia una muerte segura, pero tambien tenia una ventaja y tal vez la que nunca han tenido y no creo que tendrán los tributos que han pasado por aquí y pasarán, yo estaba con mi madre. Y podía pasar mis últimos días con ella.

Le cuento de todo, de mis hermanos, de mi padre, de nuestro distrito y de todo lo que había tenido que hacer para mantener con vida a mis hermanos. Y ella responde a todo con la cabeza.  Le cuento muchas más cosas. Ya me había inspirado y tenía la esperanza de hasta ganar los juegos por la llegada de mi madre. Si ganaba, la iba a traer de vuelta a mi distrito, le iba a devolver la voz con una de esas extrañas operaciones del Capitolio, nos haríamos ricos y tendríamos comida por montones. Me digo...Mags bájate de la nube en la que estás, eso no iba a pasar, pero por lo menos iba a luchar y por lo menos tenía la esperanza de pasar el Baño de Sangre. Hoy estaba feliz, aunque fue el peor día de mi vida, a la vez fue uno de los mejores.
Nos dejamos derrumbar en la cama, y digo.
-Mamá, te amo.  Nos abrazamos y el sueño nos gana.
Me levanto, esperando un beso en la mañana de mi madre. Pero no es así. Me imagino que se a ido para que no supieran que pasó la noche en mi cuarto.  Voy al baño me lavo la boca y la cara.  Me dirijo al comedor y mientras paso por el pasillo, le tiro una sonrisa a mi madre y ella me responde con otra. Me siento y mi madre me sirve el desayuno, como lo hacia en casa. Por un momento me siento como en mi distrito, cuando todavía mi madre y mi padre trabajaban. Teníamos mejor sustentabilidad y todavía no vivíamos en La Casela.  Pero no era así estaba de camino al Capitolio.  Mi madre se retira a la cocina.  Taylor habla.
-Hoy por la tarde cuando lleguemos al Capitolio, será su desfile de carrozas, quiero que hagan amigos para que tengan aliados en la arena, los necesitarán, los profesionales de este año son los dos del 11 y los del  2.  No quiero que hagan relación con ellos.

-Es verdad no nos conviene, serían los primeros en esperar la noche para aniquilarnos.

Y Larine añade. -Oh y les presentaré a sus estilista. Miro a Félix y el alza las cejas irónicamente.  Al parecer tendremos estilistas diferentes. Todos acaban de comer y se van a sus cuartos, yo no soy la excepción, entro al mio y encuentro a mi madre sentada en la cama.  Cierro la puerta con seguro, me siento a su lado en la cama y ella me abre la mano y me pone una foto como regalándomela.  En la foto veo a mi madre, a mi padre y a mi agarrados de manos.  Esa foto me recuerda tantas cosas... mis hermanos, mi padre, lo feliz que era cuando ella estaba a mi lado.
-Gracias mamá.  Me abraza y se va.

Me meto al baño,  prendo el agua de la tina muy caliente, me desnudo y entro.  Me relajo y aún tengo la foto en la mano, la observo.  Recuerdo que cuando tenía esa edad, nada de esto pasaba, no existían los Juegos del Hambre y yo tenía a mi familia.  Pero tenía que ir a los juegos y eso no cambiaría.  Pasan unos 15 minutos y oigo la voz de Larine llamándome.
-Preciosa sal, te tengo que enseñar algo precioso.  Al parecer había entrado a mi cuarto y no me había dado cuenta.  Me seco el pelo y me pongo la toalla.  Asomo la cabeza por la puerta y miro.  Larine está hay parada con un precioso vestido naranja y unos tacones rojo pasión en la mano.
-Toma Mags quiero que te lo midas.  Lo tomo, me lo pongo y salgo.
-Oh!!,  mi amor te queda es-pec-ta-cu-lar.  Larine me guía hasta el espejo.  Es verdad, nunca me había visto tan linda y mucho menos tan sensual.  Me imagino que el Capitolio quiere que yo sea la chica "sexy" de los juegos.
Y si que lo parecía.
-Wow Larine, me veo muy bien!  Digo.
-Si,  así es, tu estilista envió este vestido especialmente para ti.  Para que te veas guapa para la gente del Capitolio. 
Ella se retira y antes de cerrar la puerta dice.
-Oh Mags te recuerdo, que estamos a minutos del Capitolio.

Tengo entendido que los Avox del tren y de la casa donde viviré en lo que empiezan los juegos son diferentes.  Eso significa que me voy a tener que despedir de mi madre.  Espero 1 minuto para que Larine ya se haya alejado lo bastante de mi cuarto. Salgo y buscó a mi madre, la encuentro en el primer  lugar que buscó. En la sala de estar, está sentada en un sofá amarillo. Veo que no hayan moros en la costa. Me siento a su lado y le explico que ya no la iba a ver mas y que estabamos a minutos del Capitolio.
Nos abrazamos por minuto y medio y ella  saca el collar que yo le había devuelto y me lo pone en el cuello.  Coge un papel y un bolígrafo del Capitolio y escribe. "Para que te cuides".
Nos abrazamos y ella se levanta porque oímos los pasos y la voz de Larine buscándome.  Va saliendo por la puerta y le digo, -mamá te amo y voy a tratar de ganar por ti.  Era una promesa y voy a tratar de cumplirla.
En ese momento el tren se detiene y entra Larine.
-Niña ¿dónde estabas?, acabamos de llegar al Capitolio, la gente te está esperando. 

En ese momento, me acuerdo y digo:
-Larine, se me quedó algo importante, tengo que ir a buscarlo.  Y antes de que ella dijera una palabra ya estaba de camino a mi cuarto. Pensé que me convenía quedarme con ella, pero había algo mejor que podía hacer.  Voy a mi cuarto y tomo la foto que mi madre me había regalado, me dirijo a un cuarto no muy diferente al mio donde duermen los avox. Entro y reconozco que es el de mi madre por el olor de su perfume. Coloco la foto en su mesita de noche.  Era una señal de que nunca me olvidaría de ella y de que ella no se olvidaría de mi.  Además era para que se acordara de la promesa que le había hecho de que trataría de ganar por ella. Me retiro del cuarto y Larine me espera, me coge por los hombros y pasamos la misma puerta por la que entre el día de La Cosecha.
Unos agentes de la paz nos dirigen a Larine, a Félix y a mi a un escenario que es el mismo que el de La Cosecha, con el mismo micrófono.

Miro a la gente, éstos se acaban de dar cuenta que hemos llegado.  Son gente muy extraña, de diferentes colores, azules, violetas y fuchas. Había gente hasta mas pálida que yo. Gente con pelucas de muchos colores, gente como Larine,  pero mucho mas operadas y mas raras.

Miro a mi alrededor y veo la ciudad del Capitolio es hermosa comparada con mi distrito. Era un lugar muy tecnológico, habían muchos edificios de diferentes formas, pero todos eran plateados.  En fin, creo que era como me lo imaginaba. La gente grita diciendo nuestros nombres, Mags, Félix, algunos decían el de Larine, había gente llorando de la emoción...¿En serio?, ¿así veían los juegos ellos, como una diversión?  En ese momento, Félix me coge la mano, pero yo se la suelto, o sea, no lo conozco.
-Mags, la gente nos ama, vamos a darles lo que quieren ver. 

Es verdad y además nos traerían más patrocinadores, así que le tomo la mano y le sigo el juego. Sonreímos y levantamos nuestras manos.  La gente grita mas fuerte.
Larine da un paso  frente al micrófono y dice:
-FELICES JUEGOS DEL HAMBRE Y QUE LAS POSIBILIDADES SIEMPRE ESTÉN A TU FAVOR. SEÑORITAS Y CABALLEROS LOS TRIBUTOS DE ESTE AÑO DEL DISTRITO 4,  FELIX ODIAR Y MAGS BUTTERCUP.
Hay más gritos, más caras de felicidad.  Más de todo eso.  Larine se da vuelta y nos coge por los hombros y entramos por una gran puerta, donde ya veo las carrozas del desfile y los caballos.  Larine dice:
-Les presentaré a sus estilistas.

 Y de un momento a otro estoy en un cuarto muy silencioso.  Al fondo del cuarto hay una camilla, a mi derecha un espejo y un escritorio con mucho maquillaje con el sello del Capitolio. Hay un hombre que parece organizar ese maquillaje.  Se da la vuelta, no se parece mucho a la gente común del Capitolio. Su aspecto es bastante normal, es alto, muy alto.  Casi unos 6 pies. Tiene tez oliva, pelo marrón y lacio que le cubre la mitad de la cara.
-Bueno me presento, me llamo Voxetoder Varience, pero de cariño me puedes decir como todos aquí me llaman, Voxo.

Los Juegos del Hambre de MagsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora