Dark Memories.

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De nuevo nos encontramos en la ciudad de Yorkshire. Se deben de preguntar por que de nuevo estamos aquí. Debo informarles que hemos entrado en los sueños o recuerdos mas profundos de Beatriz. Podemos ver en primer plano una casa de color blanco limpia y hermosa. El jardín era tan verde como el Edén, la única diferencia es que aquel no era tan perfecto. La puerta de color café chocolate se abre dejando al descubierto una hermosa familia, un hombre de cabello negro muy guapo, a decir verdad. Este llevaba una sonrisa de orgullo, ¿Pero quien no lo haría con bellísimas mujeres que lo acompañaba? Una mujer de cabello caoba igual de hermosa, esta llevaba un vestido de algodón blanco, ligero y hermoso como aquella primavera que solo a veces se presencia. De la mano de ellos venía una pequeña, una perfecta combinación de ellos dos. Si mi vista no me juega un truco, ella es la Beatriz de siete años.

-Padre-Dijo esta-¿Estarás para mi cumpleaños? 

El ceño de la mujer de blanco se frunció, el hombre carraspeo un poco. 

-Luego hablaremos de eso, mi amor-Le contesta en un tono dulce, casi tan dulce cómo la miel, solo que ese tenía una pizca de amargura.- A de mas, para tu cumpleaños faltan dos meses. 

-Es cierto cariño-habla la mujer-Será mejor que vallamos a dar el paseo lo antes posible, por que en el noticiero dijo que lloverá. 

La familia perfecta dio rumbo hacia el parque de algunas calles mas, para pasar un rato hermoso, al parecer. 

-¡Te dije que no debiste haberla conservado, dejarla en el orfanato era mejor!-Grito aquel hombre, Trevor. 

-¡No dejaría a mi sobrina tirada en aquel lugar, es hija de mi hermana difunta, Trevor!-Grito Madie, la mujer-¿O acaso olvidas que también debemos conservarla por que fue veredicto del juez? ¿Quieres que tu supuesta hija se de cuenta que en realidad su madre es mi hermana y que tu y yo tenemos orden judicial de tenerla? ¡Eso quieres! 

-Guarda silencio-Dice este enojado-Beatriz esta dormida, ¿No querrás despertarla con esa sorpresa, verdad? 

Lo que no sabían ellos es que ella estaba en las escaleras-entre las sombras-escuchando todo, lagrimas saladas escurrían desde sus ojos cayendo hasta el piso. Tapo su boca con su mano tratando de callar un sollozo. 

-Debemos deshacernos de ella-Dice Trevor en un tono frío y serio. Hablaba muy en serio. 

-Claro que no- Contra dice Madie- No es mi culpa que hayas perdido tu trabajo incompetente. 

-¡Tu ni si quiera trabajas!-Gritó él dejando caer su mano pesada y grande sobre la mejilla de ella-¡No sabes lo que me esfuerzo por mantenerte a ti y a esa bastarda! 

-¡Idiota serás! ¡No me vuelvas a poner una mano encima en tu vida! 

Pasaron los días o semanas, era difícil de saber, la verdad. La vida de Beatriz se torno de la perfecta a la de las peores pesadillas de un niño común. Trevor llegaba en la noche o a veces no lo hacia, y cuando lograba poner un pie en la casa, lo primero que hacia era golpear a su mujer o a su hija, pero principalmente a ella, "El origen de sus problemas". Madie, estaba completamente perdida en su mundo, un lugar lleno de alcohol y drogas, nada ni nadie importaba. Trevor volvió a su vida de apuestas y alcoholismo. Mientras Beatriz crecía comiendo las sobras de la comida de su madre, o a veces la comida que dejaba aquella vecina tan amable-desgraciadamente murió de un ataque al corazón tres meses después del décimo cumpleaños de Beatriz- también de ropas de segunda mano y su única escapatoria era la escuela. 

-¡Miren allí viene la niña pobre!-Gritaban los compañeros de clase de ella. 

-¿Que harás esta tarde idiota?-Pregunta un niño de ojos azules. Un nene cualquiera en el lugar de Beatriz se hubiera ofendido, pero ella ha recibido peores ofensas de parte de "sus padres".-¿Recoger comida de la basura o ser igual de tonta como tu madre? 

Beatriz guardo silencio, lo que ella había aprendido hace tiempo atrás que no debes rebajarte a la inmadurez de otras personas.- ¿Las ratas te cortaron la lengua o ya se te pego la estupidez de tu padre? ¡A parte de pobre eres muda! ¡Pero que tonta! 

Listo, Beatriz no aguanto mas, tal vez, ella era hija de su tía Marge, aquella mujer amable junto con su esposo tan noble, pero ella fue criada por perros, ya nada importaba en ese entonces. 

-¡Vuelves a decirme tonta y te las veras conmigo!-Un gritó de guerra, eso es lo que era. Beatriz a sus trece años de edad estaba cansada de burlas, y llantos de parte d suya. Estaba harta, harta de la sucia vida que llevaba. Con un movimiento ágil logro noquear al niño. 

-Vamos, no pasa nada. Mira, Luke y yo lo hacemos desde los doce, y nada. Anda, un sorbito nada más-Dijo una chica de cabello rubio de unos quince años. Ya han pasado dos años desde que Beatriz golpeo al nene ese. Desgraciadamente ella entro en la vida donde están ahora sus padres.

-Esta bien-Tomo el la jeringa y la planto en su antebrazo. Miles de colores surgieron dentro de los ojos de ella, maravillas que alguien vivo había visto antes, era una explosión de colores, el dolor se fue y la belleza regreso. La angustia ahora era amor. Los golpes ahora eran abrazos. Todo era perfecto, según a su parecer. Empezó a reír cómo una desquiciada junto con aquella rubia y su amigo moreno, Luke. 

-¡Eres una idiota Beatriz!-Gritó la rubia, de ahora diecisiete- ¡¿Quieres volver a la misma mierda de antes?! 

-Lo lamento, pero sin darme cuenta, me estaba volviendo igual que mis padres-Suspiró- Te quiero y lo sabes, pero esta vida no es para mi.

-¡¿Por que?! ¡Primero Luke y luego tu! ¡Largo de aquí no te quiero volver a ver en m vida! 

A las dos semanas, aquella rubia murió de sobredosis. La vida de Beatriz, mejoro, quitando a sus padres. Ahora ella es aplicada en la escuela, aun sigue siendo la burla de los de mas, aun que tardaron un poco al volver con eso, ya que ella llevaba consigo su antigua imagen de drogadicta criminal.

-Beatriz...Despierta-Dijo una voz, pero era lejana, su tono de voz era dulce, un dulce real. Beatriz frunció el ceño aun dormida.-Beatriz...

-No..no..Basta-Dijo ella entre murmullos. No hace falta decir que era, si pudiera apostaría que sobre su pasado. Aquel dueño de la voz dulce estaba confundido. Beatriz abrió los ojos lentamente, frente a ella se encontraba Harry, aquel chico de cabello rizado y ojos verde esmeralda.-¿Harry? 

-¿Estas bien?-Pregunto este ignorando su pregunta-Tienes las mejillas empapadas. 

-Estoy bien-mintió ella-Solo una pesadilla sin importancia. 

-Si lloraste, debe de tener importancia-Beatriz hizo una mueca. Mordió por dentro sus mejillas y labios, no lloraría frente a él, frente a nadie, ya no mas. 

-No te preocupes Harry, simplemente recordé cosas lastimosas, eso es todo.- Harry asintió desconfiado, pero era mejor darle su espacio. Solo llevaba tres días en esa casa. Harry casi no hablaba con Beatriz, la razón era totalmente absurda. Beatriz no le agradaba, no le gustaba, aun que las razones de eso son totalmente descabelladas, no le agrada por que odia tanta belleza en ella, no le gusta sentir una atracción por ella, él siempre se enamora rápido, pero esto no era un enamoramiento, solo era una atracción una encantadora y hermosa atracción. 

-¡Ya se despertó la pelirroja!-Gritó Eleanor contenta. Beatriz sonrió. Tomo asiento donde estaban todos sus nuevos compañeros de casa. 

-No es justo, yo quería que Beatriz me hiciera el desayuno no Eleanor.-Hizo un puchero Niall. Beatriz rió, aun que la risa fue algo débil ella estaba feliz por que se encontraba en un lugar seguro, su nuevo hogar.

Don't Let Me Go.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora