Pues nada, aquí me encuentro doblando la ropa y guardándola en el armario con tal de evitar de pensar en Abraham y no llorar, pero como no voy a llorar, madre mía. Si acabo de ser rechazada por el hombre del cual estoy enamorada. Sí, enamorada, tal cual como suena. Enamorada de su manera de ser, de su manera de comportarse conmigo tan sincera, tan cordial y natural. Y más cuando lo miro a esos ojos azules que me traen desorbita. Pero así es el amor, tan sincero en ocasiones y tan desastroso en otras. Bueno en mi situación tan deprimente, porque no doy pie con bola. Y pa'colmo me dejan en mitad de la estocada cuando estaba deseando de llegar a más, de sentirlo dentro de mí gozando los dos de nuestros cuerpos. Desde luego que burradas piensa una cuando se está enamorada. Pero al paso que voy, creo que me voy a quedar más sola que la una. O la otra opción sería esperar a que cumpla los 60 años irme de crucero con los del insenso y conocer a cuatro abuelillos y cuando estén apunto de caramelo decir: ¡Viva la Pepa, a disfrutar que son dos días!
Cómo ya no me queda ropa que doblar, me voy para la cama, dormir me vendrá bien y mañana comenzar a trabajar. Pero ni modos, ni contando ovejas, ni cantándome una nana logro dormir hasta que siento que mi móvil vibra. Miro la pantalla y se trata de Abraham, o este tío es más tonto que un chorlito o es bipolar una de dos.
--Dime Abraham.
--Samia, gracias por responder.
--Dime qué quieres me estaba durmiendo.
--Samia, siento mucho lo que ha pasado yo... deseaba llegar hasta el final pero no he podido, me siento como una imbécil Samia, no te merecías eso. Espero que no pienses lo peor de mí.
--Si me lo hubieras preguntado hace un rato, te hubiera contestado con todos los insultos que hay. Pero bueno después de venir a casa y decirle a Nick Carter que me acabe tú trabajo me quedado más a gusto.
--De verdad Samia siento que hayas tenido que utilizar el vibrador. Me siento como un autentico gilipollas. Entiendo que estés enfadada conmigo, pero quería que supieras que me gustas mucho y hubiera querido hacer el amor contigo. Lo lamento de verdad, a mi me ha jodido mucho pero no puedo explicártelo el porque no he podido.
--Tranquilo hombre, si solo me has puesto muy cachonda, casi llego a mi orgasmo, y cuando quería continuar para que hubiéramos gozado juntos va el tío y se echa pa'atrás. Si no llevabas condones encima no pasa nada muchacho, me tomo la píldora. Pero bueno da igual, te entiendo perfectamente que yo no tengo el cuerpecito de palo de escoba de Mónica, yo lo tengo como un colchón hinchable. Pero tranquilo que estás perdonado. Si eso era lo que querías escuchar, pues ala a pasar buena noche. --Finalizo la llamada, por un lado no quería seguir escuchándolo, por que mi sufrimiento me lo estaba impidiendo. De acuerdo, se ha arrepentido, se siente como un gilipollas, pero eso no quita el mal trago que me ha echo de pasar al sentirme rechazada por él. Joder, pero que me pasa con este hombre. Es que acaso nadie ha inventado una vacuna contra el mal de amores.
Antes de las ocho ya me encontraba en la oficina, hasta Clarise se quedó mirándome como diciendo y tú te has caído de la cama o algo te pasa.
--Buenos días Samia. Toma te traído estas napolitanas espero que te gusten.--Me hace entrega de la bolsa tomando a su vez asiento con su taza de café continúa mirándome en silencio.
--Un chute de azúcar por la mañana con otro de cafeína no me vendrá mal.
--A ver, habla no lo tengas callado.--Comienzo a contarle lo ocurrido anoche con Abraham, la pobre Clarise como siempre me mira con atención hasta que termino de resumirle mi desastrosa vida sexual.
--Desde luego Samia lo que a ti te pase, no le pasa ha nadie. Creo que Abraham te oculta algo, no entiendo el porqué no continuó cuando según tú estaba excitado. Y cuando un hombre la tiene como un póster, pues como que no se lo van a pensar de continuar o no. Después ya sabes lo que le espera, un dolor de huevos terrible.
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SE CIEGA POR AMOR
De TodoSamia es una chica divertida, alegre, sencilla y con un gran corazón de oro. Siempre está dispuesta para ayudar a los más necesitados. Una de la gran virtud de Samia es su simpatía y su sinceridad, en ocasiones le traerán problemas y en otras despe...