ELIAN
Manda narices la cosa. Yo aquí arrepesado a una tabla frotando mi polla que estoy a punto de correrme teniendo a fuera a unas preciosas rubias que estarían gustosas de hacerme un buen favor. Pero no, por culpa de la odiosa de Samia me hallo en esta situación. Joder que me está pasando porqué me he excitado de esta forma cuando le dado esos azotes, esa manera de curvarse saliendo de sus labios esos gemidos. Sus pechos duros y su piel suave. Qué tiene Samia que tanto me desconcierta y me atrae al mismo tiempo. Sin lugar a dudas Samia con ese temperamento sus groserías me ha cautivado. Mierda pero que ganas tengo de follármela, y la muy grosera no me deja. Se va enterar esta cuando la pille.
Con disimulo me guardo la escopeta, y salgo para despedirme de mis amigos de juerga. Tras marcharse todos paso dentro de la mansión, necesito estar solo y pensar en la manera de decirle a Samia que se case conmigo.
--Me cago en todo lo que se mea.--Escucho decir a quien va ser si no, a Samia. ¿Pero que hace ella aquí?
Salgo a su encuentro antes que le de por utilizar a Eustaquio, el mayordomo de la abuela de saco de boxeo.--Samia mi amore qué te pasa. Ven tranquílizate cielo.
--Elian mi amor. --La envuelvo entre mis brazos escuchando como masculla palabras feas.
--Samia ven sígueme la corriente.-- Me río para mis adentros que listo resulto a veces cuando deseo una cosa y me propongo conseguirla.
Llego a mi habitación, abro la puerta y la empujo para que pase tapándome mis partes, por si le da por pegarme una coz quitándome mi tesoro.
--Elian eres un gilipollas que lo sepas. De qué vais tu y tú abuela. Es que os pensáis que por vivir en esta casa lujosa casa y tener una visa oro os da el derecho de manejar a las personas con amenazas a vuestro antojo.--Me gritaba furiosa, al mismo tiempo se dejaba caer alguna lágrima.
--Samia qué ocurre. Tranquilízate y cuéntame.
--Que me tranquilice dice el otro. Que te echo Elian. Dime. Yo soy una pobre pastelera que defiende lo que es mío. Cómo puedes hacerme esto.
--Samia, ¿qué te ha dicho mi abuela?--Pronuncié entre dientes notando una pequeña furia que recorría por mis venas, llegando a pensar lo que le habrá podido decir la bruja de mi abuela.
--Elian...yo no puedo casarme contigo. No quiero.
--¿¿¿Qué??? Eso te ha dicho la bruja. ¿Qué te cases conmigo?
--Sí. O me caso contigo o me quita todo. Y si acepto me da dinero y no sé que más chorradas me ha soltado.
--Samia, nadie te va quitar nada. Estoy haciendo lo posible para que el edificio se restaure. Pero entiende que no depende de mi solo. --Le digo mirándola fijamente a sus ojos castaños cristalinos. Le limpio su pequeña lágrima y la acerco contra mi pecho. Deseo calmarla y sobre todo que confíe en mí. La necesito y no deseo ahora más que nunca separarme de ella.
--Elian porque eres tan lindo y tan cabrón al mismo tiempo.
--Tienes una lengua peor que las víboras, que lo sepas.
--Elian bésame.
Arrea, eso no me lo esperaba. Pero no puedo cagarla con ella. Me separo de ella acariciando sus mejillas, le rozo con mi pulgar sus labios deseoso de probarlos de nuevo, pero aunque lo deseo con ansias fundirme en sus labios y hacerla mía, estaría rebasando un límite y no podría controlarme y acabaría lastimándola. Y no deseo hacerla sufrir si no hacerla disfrutar entre mis brazos y besarla salvajemente hasta perder la cabeza.
--Samia, hablaré con mi abuela.
--Elian,¿ de verdad debes casarte para recuperar a tu hija?
Desde luego la bruja y sus maldades. No la soporto, siempre haciéndome la vida imposible.
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SE CIEGA POR AMOR
AcakSamia es una chica divertida, alegre, sencilla y con un gran corazón de oro. Siempre está dispuesta para ayudar a los más necesitados. Una de la gran virtud de Samia es su simpatía y su sinceridad, en ocasiones le traerán problemas y en otras despe...