Obsession (Harry Styles)

Capitulo 3: "Pesadilla o Paranoia?"

La noche caía aquí, y se aproximaban unos 35º, tanto calor me estaba atosigando. Me pregunté, ¿Por qué no podría estrenar ahora mi nuevo Bikini de Victoria’s Secret? De todos modos lo hice, uno de los 10 conjuntos nuevos que recibí y aún no es navidad. Lindo detalle, el de Bárbara.

Sólo vestí esas prendas, únicas, no podía soportar el calor y cada vez mi cuerpo se tornaba algo rojo, sin ayuda del Sol. Necesitaba un vaso de agua, sufro de bajo presión, me pasa muchas veces.

Agradezco tener un pequeño baño en esta habitación. Sumergí mi cara en el torrente del pequeño grifo que abrí hace segundos antes, y luego bebí agua, mucho agua. Estaba mejor, sin ninguna duda.

-Oye, Janis. ¿Estás ahí?—Esa voz, era la de Phil.

-Phil. Sí, estoy en el baño. ¿Necesitas algo de mí?—Dije.

-No, bueno mis padres te llamaban, porque saldremos—

-Enseguida bajo—

-Está bien, linda—Que conmovedor, nadie me llamó linda hace años, a excepción de mis padres.

Me coloqué un vestido veraniego, y bajé a galope cual caballo, las escaleras. Me estaba acostumbrando tanto al ámbito, que temía comportarme como una cavernícola, en frente de la familia más culta de Nueva Orleáns.

-Janis, querida. ¿Estás algo cansada? Lo digo por tus ojos, parece que se caen—Dijo en gracia, Olivia.

-Algo. Hoy fue un día largo—

-Sí, lo fue—Asintió a mi lado Bárbara.

-No se preocupen. Con Marcus acordamos que sería agradable ir a cenar. Phil y Esteban están de acuerdo—

-Espero que no quede descortés de mi parte, pero prefiero quedarme aquí Olivia, necesito un poco de descanso. El viaje dejó mi cuerpo algo estructurado—Reí—Y no quiero que se molesten.

-No hay problema cielo, necesitas descansar. ¿Pero estás segura que no te importará quedarte sola?—Me quedé mirando a los ojos de Olivia, recordando lo de hace un rato y esta casa vecina que me intimidaba.

-No Olivia, no se preocupe. Estaré bien—Sonreí y ella me devolvió el gesto.

A los pasados 30 minutos, la familia se había marchado. Estaba sola, me encontraba sola en esta casa tan grande. No era que despertaba miedo en mí, pero sí desconfianza.

Al bajar por un vaso de limonada, noté desde el ventanal, que las luces de la calle, estaban apagadas, y me animé a ver más allá, en la esquina volvían a comenzar las luces... raro.

Una pasada por el baño, en el día bebí tanta agua. Lo necesario, dos litros, y luego lo que mi cuerpo despida. Mi cabeza me estaba armando una mala jugada y comenzaban los pensamientos paranoicos. Escuche un estrujo sobre el techo y decidí abrir la puerta del baño, de par a par.

Tomé un libro de la repisa en medio de la sala, y me senté en el Sofá, <tranquilidad, Janis, tranquilidad>.