Obsession (Harry Styles)

Capitulo 20: "Incompleto"

Vomitaba, mi alma vomitaba.

Tragué costosamente saliva, y miré mis dedos, era la medianoche, no tenía vómito en mis dedos, ¿qué soñé?

Tomé mi móvil y observé la foto de Niall feliz, un mensaje de voz.

“Muñeca, he salido de aquí, estoy duchado, estoy perfumado, estoy floreciendo, literal... veo flores en todos lados. El punto es que... te invito a cenar, sí... tú, una chica fina, con curiosidad en sus ojos, que suele usar faldas altas y zapatos caros, pero no muchos de ellos, con el pelo suelto y una camisa debajo de la falda suelta, que transparenta todo, toda su piel, que es suave y de porcelana, con un dibujo a tinta de una mujer llamada Marilyn, conmigo, un despeinado y despreocupado muchacho que cambia de color su cabello porque tiene algún problema psicológico, y toda su piel se esconde debajo de dibujos a tinta permanente, y sus ojos celestes resaltan más con ese delineado diminuto que la gente le llama Punk y él se llama, especial. Si aceptas, no respondas, y si no aceptas, no respondas tampoco”

Solté aire y una risa, Niall está loco, por completo.

Suspiré y guardé el móvil. “Quiero dormir contigo esta noche” gritaba algo en mi cabeza, y un silencio le robaba la palabra, y el sonido se espiró. Extraña, me cubrí con la manta y esperé a que el día llegue, pero temía estar en un polo donde el día, no llega nunca. Y alguien me abrazó y me exalté, “Harry” dije, y nadie había; si Barbara colocara cámaras aquí, me llevarían a un manicomio.

Entonces esboce una sonrisa con suspiro y sabor a rico alivio, al ver el día destapado y el Sol llegando a la punta, aún le faltaba camino.

Bajé. Todos desayunaban tranquilos y me sonrieron.

Recordé que mañana sería mi examen, y olvidé todo lo estudiado y olvidé mi carrera y olvidé mi nombre.

Entonces con ansias de que eso acumulado en mis neuronas se retome, leí.

Harry no apareció en todo el día, y lo extrañé. Niall insistía con mensajes, y no contesté.

Llegó el siguiente día y caminé a prepararme. Perfume en mi largo cuello, un smoking femenino. Ordené mi cabello, y sonreí al reflejo mío, guiñé un ojo y suspiré. Mis labios rojos y mi delineador sin desviación. Tomé unas gafas, me las coloqué y subí al carro de Marcus, manejaba vuestro chofer y Barbara me acompañaba. Phil se comportó extraño y me saludó de lejos, leí en sus labios “suerte”.

Llegué a la Universidad luego de veinte minutos, la suerte me acompañaba y yo le echaba pestilente, quería mi confianza, no la suerte.

-¿Y si lo das mal?—Dijo Barbara y Marcus le echo una ojeada seria.

-Pues... es una posibilidad. Si no existiera el riesgo de perder, ¿Qué gracia tiene triunfar?—Le dije y Marcus sonrió, luego Barbara.

El coraje nació de mí, de forma inesperada.

Llegué y quería volver a casa, las manos me temblaban y mi garganta sudaba por dentro o quizás la confundía con la saliva espesa, ya que sería imposible sudar por dentro.