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26 de septiembre de 2015.


"Me encantaría poder decir, que desde que estoy aquí, no tuve ni una pizca de miedo. Soy una tonta, sabía de antemano que este lugar no traería nada bueno. Sin embargo, nunca perdí las esperanzas de sobrevivir y conservar mi pureza y fidelidad.
Dicen que lo último que se pierde es la esperanza. Yo la perdí hace tiempo. Perdí todo rastro de felicidad y que aún quedaba oculto.
Aún me pregunto si dañarme a mi misma fue algo completamente imperdonable, o la peor acción en el mundo, porque no obtengo la respuesta a todo este dolor."

Lisa escribía con lágrimas acumuladas en sus preciosos ojos celestes. Pero se aguantaba. Se aguantaba porque no quería ser débil frente al idiota que tenía al lado.

- ¿Estarás deprimida toda la puta vida? Deja de ser tan dramática, niña. Fui demasiado suave contigo, por tu novio. -Dijo Patrick, sin emoción alguna en su tono.

La teñida sólo se quedaba en silencio, no respondía a nada que su compañero temporal decía.

- Sabes que es de mala educación no responder, ¿Verdad? -Lisa empalideció- Te castigaría, pero no tengo ganas. Además, creo que ya tuviste demasiado. Siéntete especial, estoy siendo muy bondadoso contigo. -Sonrió macabramente.

Lisa se arrepentía. De haberse alejado de su compañero, de haberse acobardado y de haber huido, como siempre hacia. No podría aguantar cinco días más junto a él. Vivir con el miedo de que, de repente, él la tomara otra vez. No dormir, por miedo a que se aproveche de ella mientras disfruta de sus horas de sueño.

Realmente se arrepentía de ser así.

- Yo te advertí, Lisa. Enamorarse no trae nada bueno. En especial, cuando llega la parte de sufrir a causa de eso.

Mía apareció, apoyada en una de las paredes de la habitación, sin quitarse la vista de las uñas. Tan pequeña e inocente, y a la vez tan malditamente irreal.

La ojiazul cerró sus ojos con fuerza, demostrando frustración y cansancio. No tenía las fuerzas suficientes para soportar otra vez a esa niña. Nunca las tenía.

- Tú otra vez no. Creí que habías muerto. Vete. -Dijo aún con sus ojos cerrados, tratando de mantener la calma.

Patrick miró desorientado y con una sonrisa juguetona a la teñida al oírla hablar sola. Al parecer, la chica sana no era tan sana, pensó.

- Los demonios nunca mueren, linda. Y ahora, yo seré tu demonio exclusivo. ¿No crees que es genial? -Sonrió, fingiendo entusiasmo.

- ¿Qué es lo que quieres de mí? ¡¿Por qué no sólo te vas y me dejas en paz?! ¡Vete!


- Entiéndelo, Lisa. Nunca me alejaré de ti. -Esta vez, sus ojos se volvieron completamente negros, y su piel completamente blanca, haciendo resaltar su largo cabello que ahora se encontraba rojizo.

Varios enfermeros entraron al oír los desgarradores gritos de Lisa y alejaron a Patrick, quien se encontraba tratando de hacerla reaccionar. Y otros inyectaron un calmante en el brazo de la chica, quien inmediatamente cayó inconsciente.
















"Y caeré
Y romperé
Y fingiré
¡Cuanto quiera!"
Fake You Out ~ Twenty One Pilots.

psychiatric [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora