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8 de octubre de 2015.



- Lisa, está confirmado. En 22 días te vas de aquí al Centro de Rehabilitación Sea Mar en Seattle. -Dijo Marie, revisando su anotador.











La pelipúrpura aún no quería escuchar eso. Quería pasar esos días sin tener que acordarse. Obviamente, tampoco quería pasar años dentro de un lugar donde sólo le dirían qué tendría que hacer y qué no.












- ¿Por qué sólo yo? No creo que este lugar sea uno de los que transfiere gente de aquí para allá, ¿Verdad? -Preguntó, dando en el blanco.











Marie se puso nerviosa, pero no debía darlo a notar. Pues, siempre terminaba perdiendo en esas condiciones.










- Lo siento, no puedo revelar información privada. Lo único que tengo permitido decir es lo dicho. ¿Alguna otra duda?











Todo eso era tan sospechoso, tanto para Lisa como para Ryan. La chica no pudo evitar sentirse triste.









Empezaba a sentir cosas más allá de la costumbre a su compañero. No quería dejarlo.











- No. Puedes irte. -Negó cabizbaja.











Se levantó de su cama, desesperada. Era masoquista, pero no quería irse de ese lugar, aún no.










Veía que su compañero no quitaba su vista ni lápiz de su cuaderno. Así que decidió tomar aire, relajarse y acercarse a él.









- ¿Qué escribes? -Preguntó.










- Nada que te interese. -Respondió borde.










Lisa rodó sus ojos. Empezaba a creer que ese hombre tenía un serio problema de cambios de humor.











- No sé qué hice ahora, y creo que merezco una explicación de tu mal trato hacia mí. -Dijo ya cansada.










- Deberías cerrar tu bocota niña, no me interesa lo que merezcas. Ahora, ¿Me haces el favor de dejar de hablarme de una puta vez? -Contestó.









- No, no dejaré de hablarte. Dime, ¿Qué hice ahora? -Gritó e insistió Lisa.










Él no se inmutó, y continuó escribiendo en su cuaderno.










Aquella ignorancia por parte de él la exasperaba. Lo siguiente que hizo fue algo que no pensó dos veces, y que traería muchas consecuencias.










Tomó el cuaderno del chico, y lo lanzó al suelo, para después pisarlo.









La cara de Lisa estaba roja de coraje, y Ryan no movía un sólo músculo.










- ¡Ya deja de ignorarme y tratarme como se te venga en gana! No soy un puto juguete, ¡Asi que deja de jugar conmigo de esta manera! -









Ryan se levantó de su lugar, y se acercó a la chica, aún con su rostro serio.










Lisa no atinó más que a empalidecer del miedo.









Ryan soltó su mano fuertemente en la mejilla de ella. Haciendo que su rostro quede mirando a un lado por el fuerte golpe.









- ¡Ya estoy hasta los huevos de tus reclamos! ¡No soy un maldito libro de quejas! Eres sólo una niña más que busca atención por tener unos putos problemas, ¡Yo no seré el que te tome atención!, ¿Adivina qué? ¡También estoy en un puto psiquiátrico! ¡Y me pudriré aquí, mientras tú tienes una oportunidad para salir! ¿Y vas por ahí quejándote de eso? ¡Ya madura, fracasada! Saldrás y serás feliz, ¡No me jodas las bolas! -Explotó Ryan.











Lisa sólo pudo quedarse en silencio, dejando escapar alguna que otra lágrima.









Aquello hizo que sus ojos se abrieran ante la ceguera, y darse cuenta de cosas que estaban más que claras desde un principio.
































capítulo largo -aplausos-
-ego- gracias, gracias, me esforcé.
espero que les haya gustado y we bai.











































"Parece que una vez más tuviste que recibirme con un Adiós."
505 ~ Arctic Monkeys.

psychiatric [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora