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20 de octubre de 2015.



Ella había caído en coma.








Esa noticia derrumbó a muchas personas.








Él, deseaba que alguien le dijera algo sobre ella. Necesitaba saber cómo está, pero algo le decía que nada marchaba bien.









- ¡Tú tienes la culpa! ¡Como pudiste pedirme algo así! -Exclamó.










- Marie, no puedes seguir echándome toda la culpa. Yo sólo te hice una propuesta; tú, desesperada por salir, aceptaste. Hazte cargo. -Respondió la rubia, observando los papeles en su escritorio.










- ¿Cómo está? -Preguntó Marie, esta vez manteniendo la calma. Esperaba oír buenas noticias, ya no podía con su consciencia pensada.










- Según me dijeron esta mañana, esa niñita entró en coma. -Dijo, y eso fue como un balde de agua fría para la pelirroja.











Su cara se tornó pálida, su cuerpo se tensó, y las lágrimas amenazaban con escapar.











- ¿Qué? -Fue la única palabra que pudo articular luego de unos minutos.











- Lo que escuchaste; ahora ¿Podrías salir de mi oficina? Trato de trabajar. -Contestó Caroline, sin interés alguno en el tema.










- ¡Eres una perra! ¡Cómo puedes estar tan tranquila! ¡Arruinamos una vida! Oh Dios mío, arruinamos una vida. -Exclamó Marie y cubrió su boca para contener sus gritos y sollozos.











Inmediatamente salió de la oficina de la directora y dueña de ese Psiquiátrico, dirigiéndose a su habitación.











Todos en los pasillos la observaban, intentaban retenerla, o sólo la miraban con lástima sin saber qué ocurría.









Alex la observaba de lejos, mientras uno de los enfermeros hablaba sin parar con él.









Le pidió disculpas, y se dirigió a pasos lentos y tranquilos en la dirección donde Marie iba.










Ella se encerró en su habitación, aquella que compartía con su único y pasado amor, el cuál había perdido.











Se descargó. Gritó, lloró, pateó y maldició hasta quedarse sin fuerzas.










Se levantó, y se dirigió al baño.








Decidida, tomó el botiquín de primeros auxilios, y sacó un frasco amarillo.










Esta vez ya no tendría problemas para dormir. Esta vez, ella dormiría para toda una eternidad.










- Mírate; mírate en lo que te has convertido ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué? Te creía mejor persona, te cegaste por completo a la idea de salir. Ahora saldrás, pero en un ataúd. Eres una completa inútil y enferma. -Le decía al espejo.










Comenzó a sollozar otra vez. Pero esta vez, eran lágrimas de arrepentimiento, de dolor, de decepción hacia ella misma y todo lo que había hecho.










- Lo siento tanto Lisa; no quería hacerte esto, tú no lo merecías, tú eres un ángel y yo corté tus alas, no merezco tu perdón, no merezco nada. -Susurraba mientras sus sollozos no cesaban.










- Y Ryan, tú la amabas, tú la amas, y yo te quité tu felicidad.
Te saqué a la única persona que te notó en este mundo, a la única a la que le entregaste tu vacío corazón.
Debes odiarme, debes hacerlo. -Continuó.










- Y tú, mi amor, mi chico. La persona que estuvo durante todas mis noches y todas mis pesadillas.
Entiendo que te hayas ido de mi vida, pero jamás te irás de mi corazón ¿Sabes? Te amo como no tienes idea, y lo siento tanto. Te decepcioné más que a nadie, te lastimé tanto como a todos. Pero sólo quería salir. Quería un futuro junto a ti, quería una familia y un hogar contigo, quería ser feliz a tu lado.
Lo siento por no poder acompañarte por siempre, como lo había prometido.
Lo siento por haber sido una completa inútil.
Lo siento por no haber abierto mis ojos, lo siento por querer alcanzar los sueños junto a ti al máximo.
Ahora estarás mejor, ahora yo me iré, y todos serán más felices. Adiós mi amor, te amaré para toda la eternidad. -Finalizó, y abrió el frasco, depositando en su mano la mayoría del contenido.









- Una loca menos. -Dijo, y se tragó todas esas pastillas.









Bebió agua, y siguió consumiéndolas todas, hasta terminar el frasco, y así esperar a que el efecto se haga presente en ella.










Sentía como su cuerpo se debilitaba cada vez más a cada segundo que pasaba.










Logró sentarse, apoyando su espalda en la puerta.










- Lo siento Alex, te amo con todo mi corazón y jamás dejaré de hacerlo.
Te veré en el otro mundo, mi amor. -Dijo, para luego cerrar sus ojos. Esta vez, para siempre.










Alex había estado presente durante todo ese rato; estaba sentado del otro lado de la puerta, y había oído todo lo que Marie había dicho.









Sabía que esta vez no debía interrumpir, sabía que esta vez debía dejarla ir, ya había sufrido bastante como para mantenerla un tiempo más en esta estúpida vida.









Le había costado dejarla la primera vez, y esta vez fue casi imposible dejarla ir para siempre.











- Te amo mucho más, Marie.
Espérame.










































"Porque la parte más difícil de esto
Es dejarlos"
Cáncer ~ My Chemical Romance.

psychiatric [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora