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25 de septiembre de 2015.


Se encontraba dando vueltas por toda la habitación. Desesperado, ansioso, furioso, lleno de coraje. Todo un remolino de emociones.

Es que él la había visto. La había visto en los pasillos y en la sala de entretenimiento. Pero eso no fue lo peor.


Ella cargaba con marcas alrededor de su cuello. Su cabello lila estaba despeinado. Su mirada estaba perdida. Sus ojeras eran cada vez más enormes, y ahora estaba asustada. Lo supo cuando se acercó a ella y reaccionó negativamente, gritándole escandalosamente que la dejara en paz, y que no quería que se acercara a ella.

Marie, al entrar, lo primero que vió (y lo único) fue al ojiverde caminar con pasos alterados y ansiosos por toda la habitación.

- ¿Qué sabes? -La tomó de los brazos, esperando ansioso su respuesta.

Si algo llegara a pasarle, si tan solo él le había tocado un pelo sin el consentimiento de la teñida, las cosas podrían ser un poco más complejas de lo que todos podían imaginarlo.

- Tranquilo, Ryan. No conseguí nada de información, y créeme que esto me frustra tanto como a ti. -Se sentó en el borde de la cama, pensando en alguna otra solución o forma de ayudar y conseguir información.

- Estoy seguro de que le hizo algo. -Se refirió a Patrick.- Marie, él la está lastimando. -Continuó con su caminata desesperante.

- Sabes que él no la está lastimando. Sabes perfectamente que ella se lastimó de un principio al meterse en esa habitación. Al decidir autolesionarse..-

Se vió interrumpida cuando Ryan lanzó un golpe a la pared, seguido de otros más, hasta que su mano comenzó a sangrar.

- ¡Por Dios, Ryan!, ¡Detente! -Exclamó Marie, al ver la sangre corriendo por sus brazos hasta llegar al suelo en forma de gotas.

Se sentía aliviado. Es que volver a sentir el dolor físico le hacía sentir bien, le hacía sentir vivo. Volver a lo que fue en un pasado, era lo único que podía completarlo en esos momentos.

- Así no lograrás nada. Entiéndelo. -Empujó su hombro hacia abajo, haciendo que se sentara en su cama.- Traeré el botiquín, no te muevas de allí. Volveré en cinco.

Oyó el sonido de la puerta al cerrarse, y las llaves que intervenían. Pero, en realidad, él no lo había oído. Él estaba entumecido en su mundo, en algo que en teoría no estaba bien.


Tomó su cuaderno y comenzó a escribir. Aún con su mano ensangrentada. Aún sabiendo que su compañera podía o no estar en peligro. Sabiendo que podía desmayarse en cualquier momento.

Para él eso era normal. Para él estaba bien lo que hacía, porque eso le hacía bien. Su madre le decía "Si a ti te hace bien, entonces está bien, cariño." Su madre nunca podría lastimarlo, nunca lo hizo. Aún en su muerte, él estuvo feliz y muy orgulloso de ella. Y se sentía honrado, de haber sido él quien le quitó la vida.

"Las personas sufrimos sin necesidad o justificación alguna.
Algunos dicen que son los obstáculos que Dios nos pone para hacernos más fuerte.
Yo digo que eso es algo erróneo. Ya que si Dios quiere que seamos fuertes, no nos estaría haciendo mierda a cada hora que pasa.
Y ¿Cómo es que las malas personas son las que mejor lo pasan?  ¿Ellas son las personas débiles? No lo creo.
No digo que yo no haya sido una buena persona, pero tampoco he sido la peor persona existente en el mundo. Nadie es tan mala persona.
Lo que hice en algún pasado no fui yo, y eso lo explicaré algún día.
Sé que en el lugar en donde me encuentro lo merezco, y merezco esta mierda y mi consciencia con la que cargo cada día.
Pero hay una persona, una sola persona que no merece nada de esto.
Tan sólo no entiendo porqué ella tiene que cargar con todo esto.
Estoy seguro que esa persona no fue capaz de matar a una mosca en su vida. Entonces, ¿Por qué le sucede todo esto?
A veces pienso que la vida quiere convertirnos a todos en demonios incontrolables, y transformar el mundo en un infierno, como lo es ahora."



















"Saca el brillo que tu alma esconde detrás."
Before You Start Your Day ~ Twenty One Pilots.

psychiatric [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora