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20 de agosto de 2015

- Diagnóstico: Obsesión por el dolor y sufrimiento. Acusado de 5 homicidios, ninguno de ellos con pruebas relativas. Frecuente obsesión por escribir, se desconocen los escritos. Edad: 19. Lugar de nacimiento: Pittsburgh. Familia: desconocida. Nombre del paciente: Ryan Dylan Brook.

Leían el expediente de mi compañero de cuarto en voz alta, mientras yo estaba en mi cama. Al parecer, Marie y Alex también serán enfermeros de ese tal Ryan.

Su cuerpo tenía muchos cortes, rasguños, moretones y debajo de sus ojos habían unas ojeras del tamaño de una pared. Sostenía sus piernas contra su pecho y tenía su mirada perdida en algún punto fijo de la habitación.

— ¿Quieres hablar, Dylan? ¿Puedo llamarte así? —Preguntó Marie con su tono amable, como de costumbre.

Me sorprendía como ella podía mantener su calidez y no haber perdido su cordura después de todos los pacientes que debió haber tratado, con todos los años que lleva aquí y con todo lo que tuvo que dejar atrás. Admiraba esa pequeña parte de su persona que demostraba ser alguien difícil de derrumbar, y a la vez con una esencia demasiado pura como para seguir manteniéndose dentro de esta institución.

La risa sin gracia de Ryan me sacó de mis pensamientos, haciendo eco en toda la habitación, aún con su mirada perdida. Su risa ronca y sin sentimiento hizo que un escalofrío de mi nuca a mis pies me recorriera, y podía apostar a que Alex y Marie sintieron lo mismo.

— ¿No dirás nada? Parezco un poco loca hablando sola. —La doctora rió un poco para calmar la tensión. Pero era muy notorio que no habría un avance con respecto a la comunicación hoy. Nunca lo hay los primeros días. Tal vez ni siquiera haya un avance en él algún día.

Y cuando oí lo último que había dicho, supe que esa era la peor frase que pudo haber utilizado durante toda su carrera.

Alexander se acercó a mí y empezó a jugar con mi mano, mientras Marie anotaba algunas cosas en su libreta e intentaba entablar una conversación con Ryan.

— Deberíamos irnos, Marie. Tenemos papeleo que hacer. —Intervino, rascando su nuca incómodo por la situación.

Me alarmé un poco cuando oí la propuesta de Alex. Sabía que él temía que mi nuevo compañero atacara a Marie, pero yo temía que, cuando ellos se fueran, aquel chico se desquitara conmigo.

— Tienes razón. —Cerró su libreta y se levantó de la silla en la que había estado sentada.— Tengo que irme, Ryan. Mañana volveré y hablaré con tu compañera y contigo. Soy enfermera de ambos, todos los días tendremos una pequeña conversación. —Asentí y el chico solo la ignoró y empezó a escribir en el cuaderno que Alex le había entregado hacía unos minutos atrás.

Antes de irse, Marie me dedicó una mirada de "cuídate" y Alex me susurró al oído un "Mantente alejada de él si no quieres terminar peor" antes de alejarse de mí y marcharse.

Un silencio incómodo reinó en la habitación cuando la puerta se cerró.

Mentiría si dijera que no me daba curiosidad su historia, su pasado, todo de él.

Me debatía mentalmente entre si hablarle o no. No quería que pensara que estaba necesitada de amigos, aunque eso no fuera verdad. Solo quería saber el por qué es lo que es, quiero saber sobre él.

Además, no quería que se mantuviera la tensión que reinaba con este silencio, pretendiendo que no tengo a alguien al otro lado de la habitación, escribiendo quién sabrá qué, e ignorando nuestras existencias mutuamente.

Debía decir que tenía miedo. ¿Quién no lo tendría luego de haber escuchado ese diagnóstico de una persona desconocida? ¿Quién no lo tendría luego de saber que tiene que compartir habitación con una persona así? Tal vez yo no debía juzgarlo tanto, él no tuvo la oportunidad de escuchar diagnóstico, pero no creo que tenga miedo de la inocencia y angustia que mis ojos transmiten. Si es que en algún momento vió mis ojos.

Sabía que los homicidios de los que estaba acusado no tenían pruebas directas en su contra, pero debía estar involucrado de alguna forma para que los hayan nombrado en su diagnóstico.

¿Y qué si me atacaba sólo por una estúpida pregunta hacía su persona?

¿La curiosidad realmente mató al gato?

Decidí mandar todo a la mierda.

— Mmm, hola. Soy Lisa.










"Aprendimos a matar nuestros sueños"

psychiatric [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora