Me senté en las gradas de él campus siendo una de las primeras en llegar a la reunión escolar.
Summer se encontraba en las gradas de abajo ya que los de primer año siempre estaban ahí. Mi querida niña ya en un mes iba a cumplir 15, siempre hacia las fiestas más visitadas de su salón, este año la haría y para los 16 me encargaría que fuera una de ensueño. Tal como lo fue la mía.
Sentí que alguien me observaba fijamente y me giré viendo a mi mejor amiga caminando hacia acá, la salude y ella igual. Se sentó a mi lado para luego comenzar a hablar como una radio vieja parlanchina.
–...vi ese vestido y me enamoré por completo. La 5th av es mi calle favorita de Manhattan–sonrío y yo asentí riéndome.
También amaba ir de compras, pero ella era compulsiva.
Yo nací en uno de los hospitales más caros de Manhattan, soy de allí, pero no vivo ahí. Vivo en Long Island a dos horas de ahí, en el barrio más caro de New York, donde están las mansiones.
Mamá no le gustaba el ruido de Manhattan, aunque mi sueño era vivir por esas calles y sentirme la neuyorquina afortunada que soy.
–El metro estaba para morirse hoy de mañana, demasiada gente–dice Tommy llegando a nuestro lado.
–He comenzado a usarlo, mucha gente me queda mirando por los trapos costosos que llevo encima pero los ignoro. Tengo pensado contratarme un guardaespaldas.–dije seria.
–Exagerada eres–afirmó Tommy para luego girarse a escribir en su celular.
Cada vez se llenaban más las gradas y los profesores se iban sentando en las sillas de adelante, y la directora general dueña de College también se sentó en la del medio de todos.
Ella era la mamá de mi gran amigo Alex, era el director se podría decir, solo que la mamá era la que daba los discursos innecesarios para hacerse importante. Yo amaba a Alex, esa señora me cae bien mal, el no merece tener una madre como ella.
Todo estaba lleno y finalmente el puesto vacío a mi lado se lleno con un Jack todo demacrado y sus ojeras resaltaban su piel morena. Muy bien, a sido lo más raro que he pensado en el día, ¿De cuando acá las ojeras resaltan algo?.
–Hey–le sonreí y el asintió serio.
Lo mire un poco dolida, pensé que ya nos llevábamos bien y que eso de odio había quedado en el olvido. Pero si el que quería las cosas así yo no me dejaba pisotear.
–¿Que te pasa?–vomito verbal, punto para mi mala suerte.
–Nada, no me molestes en este momento Madisson–dice frío y bruscamente.
–De echo, no te molestaré nunca más y será mejor que luego no vuelvas como perro arrepentido. Yo no soy parte de tus juegos, pensé que podríamos entablar una amistad, pero eres tan idiota y orgulloso que no quieres. Buena suerte solitario de mierda–dije para luego ignorarlo y escuchar el discurso de a continuación.
Sentí que quizá hablar pero fue interrumpido por la voz chillona de la mamá de Alex. Que te den Jack Breck.
Te podré tener un cariño inmenso, pero a mí jamás me humillan ni me pisotean y si es de dejar a la persona que más amo lo hago. Siempre mi felicidad estará encima de la de todos, ya me canse de ser la que termina pagando los platos rotos.
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El gran discurso trataba del baile de primavera, justo el viernes ya que comenzamos la primavera hoy, gracias al cielo que el frío duele huesos se había ido y ahora había un poco de sol. Pero las calles de Manhattan seguían con hielo por la nieve. Mi casa ya le había lanzado una sal especial para se derritiera.
–Mama dijo que me debes llevar hoy mismo a la 5th av a comprarme mi vestido–dice Summer con su iPhone 5 en la mano.
Mamá no permitía comprarle uno más adelantado, dice que le damos muchos gustos y que debe de aprender a no acostumbrarse. El dinero no es para siempre.
–Perfecto, ¿Emma y Adeline vienen?–pregunte y ella asintió.
–Queremos ver en Gucci o Tiffany & Co.–sonríe y yo asiento.
–Mia va a ir, necesitamos también comprar nuestros vestidos. Como sabes los de ultimo año son los que organizan las fiestas–le guiñe un ojo y me fui.
Todas sus amigas me admiraban diciendo que amaban mi estilo y lo guapa que era. Mi hermana era morena, mucho más que yo, era preciosa y con unos labios gruesos al igual que mama. Yo me parecía mucho a mi padre con labios finos y llena de pecas, era una desgracia muy bonita mi creador.
Me acomodé mi suéter y entre a los planteles de la institución, abrí mi casillero dejando varios cuadernos y solo poniendo mis carpetas con libros para realizar las tareas. Acomodó mi cartera Michael Kors y voy directamente a la salida.
Veo que Summer llega con sus amigas riendo de algo en su celular para luego entrar en la parte de atrás y ponerse sus respectivos cinturones.
Tenían suerte esas chiquillas, si no fuera porque la directora da las nuevas noticias a la última hora de clases, estuvieran en un lío pleno por salir y comprar sus vestidos.
A los diez minutos de espera Mia entra y acomoda su gorra.
–Hola perra–me sonríe y luego mira el espejo para ver a tres niñas divertidas por soltar la palabra–lo siento chiquitinas, pero pienso que ya tienen una edad para hablar este tipo de palabras.
–Tenemos 14–pronuncia Emma con enojo. Odiaba a Mia por alguna razón que desconozco.
–Me vale mierda–dice Mia riéndose sarcásticamente para luego obligarme a arrancar hacia la 5th av.
Al llegar tuve que pagar el parqueo y comenzar a caminar hacia Gucci que quedaba a una cuadra de donde había parqueado.
Entramos y Summer con sus amigas comenzaron a volverse locas por comprar.
Nos sentamos en los sillones de los vestidores y Summer salió con uno negro pero a mí no me gustó y a ella no le pareció muy atractivo.
Rindiéndose se sentó en los sillones esperando a sus amigas. La única que consiguió su vestido fue Adeline que le encanto demasiado para dejarlo.
Luego fuimos a Tiffany & Co. Pero a nadie le agradó nada. Caminábamos más y llegamos a Vogue, mi hermana entro y vio un vestido azul hermoso y se enamoro al instante. Entro para ver cómo le quedaba y le quedaba perfecto. Valla que tenía una hermana con un cuerpo envidiable.
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Sabía que Chris se va a molestar por el escote, lo bueno que mi hermana no tiene tanto senos por la edad y era lo de menos.
Emma también logró comprar su vestido y ya estábamos yendo al auto.
Entramos a Louis Vuitton. Mia y yo duramos tres horas viendo que queríamos, hasta que compramos las prendas. El baile de primavera se trataba de gala y creo que estábamos satisfechas.
Me entre a el auto y arranque hacia la casa de Mia. Había sido un día largo y estaba dispuesta a dormir todo lo que quedaba del día.
