Mauro I

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Mauro I

¿Qué significa ser buena persona? ¿Es malo pensar en un mismo? ¿Cuál es el punto medio entre el egoísmo y la abnegación?

Uno es dueño de su propio destino, el éxito y el triunfo solo lo obtienen aquellos que están decididos a ser los mejores. En mi familia la derrota es sinónimo de debilidad y alguien débil no logra sus objetivos. Siempre me inculcaron que tengo que ser el mejor en lo que me disponga hacer. Los podios son de tres pero solo uno queda en el escalón más alto. Crecí sabiendo que todo puedo lograrlo si solamente creo en mi mismo, la vida y las personas no te regalan nada, entonces para qué regalarles algo.

Mi vida se divide en dos tipos de personas, los que ganan y los que pierden. Yo estoy dentro de los que ganan, me gusta ver la vida como una competencia constante donde se busca sobrevivir. Uno tiene que pensar en sí mismo, tener en claro sus metas y así conseguir la victoria. La solidaridad es una enorme farsa, es la mayor excusa que se creó para limpiar culpas. Campañas que recaudan millones y millones de pesos con el fin de ocuparse de algunos pobres vulnerables excluidos del propio sistema que ahora busca levantarlos; pero lo más hipócrita en todo esto son quienes ayudan.

En mi familia no existe el “por favor” y mucho menos el “gracias”. Mi papá es un ex jugador olímpico ganador de muchas medallas, fue reconocido mundialmente y es una referencia para muchos atletas actuales; todo lo logro gracias a su mérito. Se crío en un orfanato debido a que fue abandonado por sus padres, a muchos aquel hecho los traumaría de por vida, pero en mi papá fue distinto. Aquel hecho de su vida lo impulso a ser quien es hoy y aprendió que nadie te da nada, que uno tiene que pensar en lo mejor para uno mismo. No es ser egoísta, es ser autosuficiente.

Decidí vivir mi vida pensando en mí. Todo lo que me propongo lo cumplo y de la mejor manera. No espero nada del otro y mucho menos pienso en dar de lo mío. Soy buen estudiante, excelente en natación, tengo los amigos justos y necesarios. Nunca me van a ver llorar porque el llanto es debilidad y los débiles no obtienen nada. Pensar, accionar y conseguir todo para mí mismo; esa es mi filosofía de vida.

Lamentablemente el mundo y la sociedad en general no es como yo; por algo hay muchas cosas que son una porquería. La solidaridad es para las personas insulsas, dar al que no tiene solo porque yo lo tengo, ¿No sería más justo que aquel que no lo tiene se esmere para conseguir lo mismo que yo poseo?

Mi profesora de Construcción Ciudadana, una materia pensada para formarnos “moral” y “civilmente”; nos propuso realizar una campaña en solidaridad con una escuela estatal en la cual los chicos de primaria no contaban con útiles escolares. Terminé desaprobando la materia por no querer participar del proyecto solidario.

Hay diferencias entre el deber, el querer y el poder hacer algo. Según mi profesora yo debía y podía ayudar, pero no quería hacerlo. Mi visión era distinta, la profesora como mis compañeros querían y podían ayudar pero no debían; si aquellos chicos pertenecientes a una institución estatal no contaban con los recursos necesarios, el Estado debería brindárselos y yo no soy el Estado. Mi papá a pesar de tener una gran imagen nunca participo de eventos solidarios y era una de las grandes críticas que se le hacía.

El concepto de “hacer un favor” esta desvirtuado, hacer un favor puede ser por ejemplo: me choco un auto, estoy muriendo y me tienen que llevar al hospital; pero darle a otro algo que puede conseguir sin necesidad de la ayuda de alguien más, eso no es hacer un favor; es fomentar una especie de vagancia. Todos tienen las capacidades para hacer y conseguir lo que desean, pero no todos en esta lógica del deber, poder y querer, lo consiguen. Hasta incluso hay gente que cree que las demás personas deben obligatoriamente ser solidarios porque pueden serlo.

Una vez viniendo de natación con mi papá en su automóvil, frenamos en el semáforo y como siempre estaban las personas que te limpian el vidrio del auto a cambio de dinero. Siempre ví que mi papá aceptaba que limpiaran el vidrio y a cambio pagaba por el servicio brindado; pero ese día fue distinto. El muchacho limpia vidrios se acercó para limpiar el parabrisas del auto de mi papá, mi papá se lo negó y éste muchacho aún así le pidió dinero a lo cual mi papá se negó a dar. Terminamos en la comisaria porque el muchacho que limpiaba los vidrios, se molestó y rompió de una patada la ventanilla del lado del conductor.

Aquel día de regreso a casa pregunté a mi papá por qué esta vez no le había dado dinero al muchacho, cuando siempre lo hacía. Él me preguntó si me acordaba sobre lo que hacía el muchacho cada vez que él le pagaba, a lo cual yo respondí con lo lógico; limpiaba el vidrio. Ahí está la respuesta me dijo mi viejo, él siempre le pago cuando brindaba su servicio, en esta ocasión no limpio el vidrio porque mi papá no quería que lo limpiara; entonces por qué motivo mi papá debía pagarle. Comprendí que uno debe hacer las cosas si lo quiere; que el deber y el poder no tienen que interferir con el querer.

Mis acciones están determinadas por el querer más que por el poder y deber. Puedo ayudar, pero no deseo ayudar. Debería ayudar porque puedo, pero no es lo que quiero y creo que tampoco debo. Para asistencialismo existe la iglesia, existen las ONG y todas esas estupideces que se llenan de plata gracias a las personas con guita que limpian su culpa brindando dinero para los más necesitados.

Yo no me como el verso, qué culpa tengo yo de que haya gente que la esté pasando mal. Solo pienso en mí, tengo todo lo que quiero y necesito, lo tengo porque puedo y es por eso que debo cuidarlo.

Mi objetivo es ser atleta olímpico, entreno más de cuatro horas por día en el natatorio y fuera de eso también en la piscina de casa. Eran las 23:23 hs, íbamos de regreso en el automóvil a casa después de entrenar junto a mi papá. Me habían agregado a un grupo nuevo de WhatsApp, solo deseaba que no sea ese estúpido grupo del colegio que habían creado para ayudar a una fundación, había pedido que no me agreguen porque no iba a participar. Por suerte no era ningún grupo de solidaridad.

Chat grupal

—+54 11 6745 3254 (Paula): No pasaron ni cinco minutos que ya se armo una pareja jajaja. Ezequiel, qué te parece si vos y yo jajaja.

Lucas es el hijo menor de una familia amiga de mi papá. Es más grande que yo, es un chico que me cae bien. Su forma de ser es bastante acertada, algunas veces he compartido charlas en las cenas. Lucas es seguro de lo que dice y hace, piensa en su futuro algo que yo valoro mucho. Lamentablemente no conozco a nadie en el grupo mas que a Lucas; pero revisando las fotos de perfil de los miembros, noté que esa chica Pauoa es muy linda. Tal vez me quede un tiempo.

Éramos Especiales (COMPLETA Y EDITADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora