Morena VII
La noche de la fiesta de Mauro había llegado. Tenia pensado ir con Paula solamente, pero ella me convenció de que fuéramos a cenar al bar de Emilia y de ahí ir juntas las tres. No me molestaba la idea de ir con Emilia, solo no quería ir a cenar con ella. No quería cenar. La ultima vez que la ví comer, quedé impactada y eso que solo era la merienda. No quiero ni imaginarme cómo sera en una cena, seguramente devore algo súper sustancioso, repleto de grasas y muy engordante. Aun así tuve que acceder a ir y poner la mejor cara. Primeramente la mamá de Emilia nos trajo una bandeja de papas fritas bien aceitosas con diferentes salsas, después una pizza enorme llena de queso derretido y finalmente helado en una copa gigante.
Paula y Emilia comían casi sin respirar, mientras tanto yo tomaba agua y soportaba que ambas me preguntaran, por qué no comía. La respuesta fue simple, ya había cenado en casa; mentira. Emilia era una chica muy linda pero descuidada. En el viaje traté de convencerla para que se maquille, pero no hizo caso. No entiendo porque, con un poco de labial y delineado en los ojos, bastaría para ganarse a cualquier chico. Al llegar a la fiesta nos recibió Mauro. Después de saludarlo comenzó realmente la noche. El lugar estaba lleno, chicos y chicas bailando por todos lados. Realmente Mauro sabia de fiestas.
Yo tenia ganas de divertirme. Y eso fue lo que hice. Inmediatamente comenzamos a divertirnos. Después de ir por unos tragos, me crucé con Emanuel y Emilia. La camisa que tenia Ema, le quedaba bastante bien. Está más que lindo. Cuando me acerqué a saludar a Emanuel, le deje marcado en la mejilla mi labial. Suele pasar, intenté limpiárselo, pero decidió hacerlo él mismo con la maga de la camisa. Estuvimos hablando un esto y luego debía ir al baño. Me estaba orinando. Para no ir sola me llevé a Emanuel conmigo. Después de unos minutos, tal vez varios minutos; salí del baño y la cara de Emanuel no era muy agradable. Ya estaba lista para seguir.
Tenía ganas de seguir tomando y también de encontrar a Paula. Seguro ya estaba con algún chico coqueteando. Al salir al patio, Paula estaba sentada rodeada de tres chicos y dos chicas que no conocía. Los chicos eran bastante lindos y las chica igual, pero llevaban puesta ropa no adecuada para sus cuerpos. Se les notaba la grasa de las piernas con esos vestidos que llevaban.
—Morena!! Vení!! —me grita Paula al verme. Agarro del brazo a Emanuel y me dirijo hacia donde esta ella.
—Hola!! —saludo a todos con la mano. Y Emanuel saludó a cada uno personalmente. A los chicos dándole un estrechón de mano y a las chicas con un beso en la mejilla.
—Llegaste justo More! —dice con todo entusiasmo Paula— Estamos por empezar a jugar a "Qué probabilidades hay".
—Esta bien. ¿Y cómo se juega? —pregunté. Y uno de los chicos de allí me explicó.
—Alguien elige a quién hacerle un reto. Entonces dice "Qué probabilidad hay de que te tomes un vaso entero de esa bebida" Entonces después de que se elige el reto; el retador y el retado, deben contar hasta tres y decir en voz alta un número inmediatamente al mismo tiempo, que sea del 1 al 3. Si dicen el mismo número, es decir si coinciden; quien fue retado debe cumplir el reto.
—Esta bien. Entiendo. Bueno, ¿Quién empieza entonces? —pregunté.
—Yo y te elijo a vos —dice Paula señalando a una de las chicas— ¿Qué probabilidad hay de que nos muestres el color de tu ropa interior inferior?
—Uhhh —dijimos todos a coro. Paula y la chica se miraban fijamente. Y a la cuenta de tres, ambas lanzaron sus números. Y coincidencia. La chica se levanto el vestido de la parte de atrás y dejo ver su ropa interior color turquesa.
—Muy bien ahora voy yo —dijo la chica de ropa interior turquesa—. A vos —señalando a uno de los chicos—, ¿Qué probabilidades hay de que te quedes en bóxer por tres turnos? —cuenta regresiva y lanzaron sus números. No coincidieron.
—Voy yo —dije—, Paula, ¿Qué probabilidad hay de que te beses a cualquiera de los chicos que esta en la ronda? —coincidimos con el número 2. Eligió al chico de su derecha y lo beso.
—Bueno, me toca a mí —dice el chico al cual Paula habia besado—, ¿Qué probabilidad hay de que vos —dice señalando a uno de los dos chicos que yo no conocía— le des un beso, pero uno fuerte; a él? —había señalado al otro chico que no conocía. Cuenta regresiva y "3". Coincidencia. Los dos chicos se miraron y se besaron.
Seguimos jugando y al rato apareció Emilia. Llevaba puesto mi labial, le quedaba lindo. Paula le dijo que vaya a buscar mas bebidas. Emanuel la acompañó.
—Morena —dijo Paula—, ¿Qué probabilidad hay de que cuando vuelva Emanuel le des un beso? —me había dado el reto. Emanuel estaba ayudando a Emilia con los tragos.
— ¡1! —dijimos a coro— debía cumplir la consigna m
—Bueno, ahí vuelvo —dice Paula—. Ustedes aseurensé de que mi amiga cumpla el reto —Paula se va y Emanuel se acerca con un par de vasos.
Una vez teniendo a Ema frente a mí, lo tomé del rostro y lo besé. Lo agarré por sorpresa. Se molesto. Y me alejo.
—¿Qué haces? —me dice Emanuel, le molestó
—Cumplía mi reto, no es nada —digo riendome. Realmente no me importaba si se molestó. Era solo un juego.
—Ey chicos!! —dice alguien detrás de mí. Al girar veo que era Lucas, quien recién llegaba. Se acerca a saludarnos.
—Bien! —digo— Uno mas para jugar!!
—¿Viste a Emilia? —escucho que Emanuel le pregunta a Lucas.
—Si, me saludó y fue hacia dentro de la casa —Ema se fue a buscar a Emilia. No me importaba, solo quería divertirme.
Seguimos jugando. Me besé a los tres chicos y a una de las chicas. Lucas se bebió tres vasos enteros de bebida. Todo era diversión, hasta que comencé a marearme. De las risas pasé al silencio, mi cuerpo se desplomó contra el suelo. Sólo podía ver la cara de los que estaban ahí. Me hablaban pero no entendía. Lucas me ayudó a levantarme junto a los demás. Me hablan pero no los escucho. Todo me da vueltas.
Lucas me llevó hasta la casa, me iba chocando con todas las personas. Todo a mi alrededor parecía estar en cámara lenta. Apoyada en Lucas, subímos las escaleras. Una vez en el primer piso, Lucas me metió a uno de los baños. Y comenzó a lavarme la cara con agua fría. Poco a poco recobraba sentido, pero estaba débil. Mis oídos escuchaban el sonido del agua correr desde la canilla. La música de abajo parecía lejana y los gritos desde el cuarto de al lado me aturdian. Dos personas discutían. No entendía muy bien lo que pasaba, me sentía pésimo. No debí haber comido esos tres bastones de papas fritas en la cena junto a Paula y Emilia.
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Éramos Especiales (COMPLETA Y EDITADA)
Fiksi Remaja¿Qué pasaría si unimos en un mismo grupo de WhatsApp a un conjunto de adolescentes que no se conocen en absoluto y tienen problemáticas distintas? Lucas es un chico alegre, extrovertido, positivo e inteligente; es el ideal de lo que cualquier padr...