Lucas VI

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Lucas VI

No he dormido en toda la noche. No duermo bien desde hace bastantes días. Tengo miedo. Hoy comienzo el nuevo tratamiento. Van a ser una serie de inyecciones por semana. Al menos lo tengo que hacer por unos meses. Aunque lo que más me preocupa es que el motivo no sea para curar lo que ya tengo; sino para evitar algo peor. Las palabras duelen. A todos alguna vez nos han insultado, agredido o herido. Las palabras pueden lastimar nuestros sentimientos. Incluso también nuestras propias palabras habrán lastimado a alguien. Pero muchas veces no es la palabra en sí, sino la carga emocional o la intención con la cual se usan. En mi tiempo de vida me han lastimado bastante. Con algunas palabras lograron mucho daño, pero nada se compara a esto.

—Por ahora el control esta mas que bien. Los estudios dieron los mejores resultados que podíamos esperar.

—¿Y ahora que viene doctor? —pregunté. Mamá parecía no poder hablar.

—Bueno, hay una realidad. Actualmente hay un mal funcionamiento de tu organismo. Lo cual es controlable si seguimos haciendo lo mismo que ahora. Aún así, vamos a empezar otra instancia con inyecciones semanales —dijo el doctor desde el otro lado del escritorio de su consultorio.

—¿Y por qué?, ¿Para qué? —sabia que había algo mas, había algo que le estaba costando decir. Lo notaba en sus ojos, en el tono de voz, en sus manos inquietas y en su pestañar. Hasta mamá lo notaba.

—Con este tipo de irregularidades, en cuanto al mal funcionamiento de nuestro cuerpo. Suele traer consecuencias. En este caso la serie de inyecciones, sería para evitar esas posibles consecuencias que se puedan generar. Es solo prevención.

—¿Y qué prevendría? —pregunté frío y casi sin emoción alguna.

—Queremos prevenir las posibilidad de que en consecuencia aparezca algún tipo de cáncer —mamá se apretó a si misma muy fuerte el brazo izquierdo con su mano derecha. Algo en mi se desplomó—. Pero como digo, es solo prevención.

—Pero si es prevención significa que hay posibilidades de que pase. ¿Cuantas posibilidades?

—Con este tratamiento que vamos a iniciar, las posibilidades se reducen.

—Esta bien. Pero, ¿Digame cuantas?

—Un 30% de que podamos evitar que eso suceda.

—Osea que hay un 70% de que pase.

—Es mejor pensar en las posibilidades que hay para evitar que suceda. Un 30% es mucho en casos así.

El doctor siguió hablando pero después de las estadísticas mi mente se fue a otro lado y no escuché nada de lo que dijo. Sentía un vacío, un dolor que jamas antes sentí. Me sentía como Harry Potter  en "El prisionero de Askaban", en esa escena donde está junto Sirius Black a un costado del lago, rodeados de Dementores. Cuando el doctor dijo "cáncer" fue igual como si un Dementor me absorbiera todo mi ser, como le pasaba a Harry y a su padrino Sirius. Si leyeron el libro o vieron la película pueden tener una idea de lo que sentí. "Cáncer" fue la palabra mas dolorosa que pudieron haberme dicho.

Los días siguientes fueron tristes. No hablé en el grupo. No hablé con mamá, no rompí platos y mucho menos lloré; no podía llorar aunque quisiera. Creo que había perdido el alma. Me sentía como Bart en ese capítulo que vende su alma. Perdón estoy a full con las comparaciones, pero no encuentro forma para explicarles lo que sentia. Así estaba, me sentía solo. Era como ver a todo el mundo a mi al rededor moviéndose y yo detenido en el tiempo sin que nadie me observara. Era como Jack Frost en la película "El origen de los guardianes", invisible; sin tener explicación alguna de por qué era esto así. Lo único que me diferenciaba de Harry, Bart y Jack, eran dos cosas. Uno es que yo sabia cómo seguía la historia de cada personaje y dos, que sus historias no eran reales; en cambio mi vida de ahora en mas es incierta y sobre todo real, con un dolor real.

Cuando creí que era momento de tirar la toalla, fue cuando mi grupo, mis Especiales, aquellos a los que yo decidí ayudar; me tiraron un salva vidas. Me estaban ayudando ellos a mí, sin siquiera saber lo que me pasaba. Los Especiales eran Hermione junto a Harry viajando al pasado con el gira tiempos, para finalmente salvar a Sirius y al mismo Harry. Los chicos del grupo eran Lisa consiguiendo nuevamente el alma de su hermano Bart. Mis amigos eran Santa Claus, el Conejo de Pascuas, el Hada de los dientes y Sandman, ayudando a Frost a descubrir su centro y a entender el porque de su existencia.

Yo tengo un objetivo por cumplir. Y eso es lo que debo hacer. No puedo permitirme fallar y mucho menos dejar de trabajar para conseguirlo. Debo reunir a todos los Especiales.

Chat grupal

—Sábado próximo, reunión por el nuevo cumple mes del grupo. En el shopping del Abasto, a las 14:00hs. Estaría bueno que puedan ir todxs.

Éramos Especiales (COMPLETA Y EDITADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora