-Vaya,siento haber tropezado contigo. ¿Estás bien? Se disculpó de nuevo.
Sentí los ojos de Olga y Bruno clavados en mi nuca, a la espera de aquello tan interesante que iba a suceder. Que Cecilia hubiera hablado con alguien,aunque tan solo fuera para pedir disculpas,ya era un punto a favor,sin embargo todo podría cambiar a partir de entonces y ellos, en el fondo, no se sentían preparados para tal cosa.
-¿Te imaginas? -Susurró Olga a Bruno al oído, situándose al pie de una columna.-¿Ser las primeras personas con las que haya hablado Cecilia en la facultad? Bruno negó sorprendido. Desde luego de ser así, de ser yo la primer persona que hubiera hablado con Cecilia sería el "boom" y no precisamente literario. Según contaban nadie había hablado con ella desde hacía "siglos"...<> Recuerdo que pensé una vez harto de ver como todo el mundo hacía de menos a una compañera. Sin embargo lo peor de todo era cuando yo mismo pensaba que incurría en el mismo delito que ellos. ¿Por qué no hablarle? Y al momento una bombilla se encendía en mi cabeza y una ligera vocecilla comenzaba un monólogo: ¿qué sucedería si lo hacía? ¿Y sino? ¿Era yo igual qué aquellos de los que hablábamos tan enfadados?
-No, de verdad,no hace falta que te disculpes. La culpa ha sido mía-me apresuré a decir evitando que pudiera alejarse del lugar-no sé ni por donde camino estos días...Reí para romper el hielo. Cecilia me sonrió. Se sintió bien aunque solamente hubiéramos cruzado unas palabras sin más fundamento que una disculpa, pero a pesar de que parecieran vacías no lo eran. Alguien se había disculpado también con ella sin importarle lo que dijeran desdeñosas voces.
Los segundos pasaban, Raquel se había unido ya a Bruno y a Olga, quienes no cesaban de mirarme. Por un momento deseé cerrarle los ojos a mis amigos, puesto que siempre me sentí violento cuando tenía a alguien observándome de esa forma. Aunque ellos tenían una explicación: no despegaban sus ojos de nosotros porque querían saber si seguiríamos hablando o no. Y tal vez también temían que me chupara la sangre, como si trabajara en un ambulatorio, y luego me dejara allí tirado sin más. Porque si su padre era un vampiro ¿por qué no iba a serlo ella también?
-¿Cómo te llamas? Le pregunté haciéndome el sueco. Si le hacía creer que no sabía nada de ella tal vez confiara en mí. Me giré con disimulo y el singular trío ubicado junto a la columna comenzó una improvisada conversación acerca de unos "extraviados" apuntes.
Dudó un instante, cosa que me hizo dudar a mi también. ¿Me contestaría? ¿Sí, no? ¿Se haría la escurridiza y huiría? ¿O aprovecharía la oportunidad de comenzar de cero con unas personas, que no porque se trate de nosotros, no pretendía gastarle broma pesada alguna?
-Cecilia. ¿Y tú? Apenas me dio tiempo a conocer su nombre, de no ser que yo ya lo conocía probablemente no me hubiera enterado,me preguntó ella a mí.
-Fernando. Le ofrecí la mano y nos mantuvimos en silencio hasta que Bruno, ya sin miedo, se acercó tal y como él era siempre para presentarse. -Yo soy Bruno y ellas dos son Olga y Raquel. Estamos encantados de conocerte. Olga y Raquel sonrieron y Cecilia hizo lo mismo a modo de respuesta.
-Creo que tú y yo ya nos conocemos...Intervino Olga algo cortada puesto que nunca habían llegado a cruzar más de dos o tres palabras de seguido durante su etapa en el instituto. -Lo mismo te digo. Comentó ella algo nerviosa.
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La chica del banco.
Teen FictionCecilia es una chica con la que nadie habla.La causa, una historia que circula en la ciudad:su padre es un vampiro que ha matado a su esposa,la madre de Cecilia. Todo es igual hasta que comienza la Facultad.Momento en que las cosas empezarán a camb...