Zack despertó y se tapó el rostro enseguida, un rayo de sol le daba justo en los ojos provocando un dolor muy extraño en su cabeza, se sentó en la cama intentando enfocar la vista mientras veía un punto blanco justo en medio de todo. Miró su habitación pintada de azul claro y blanco para después pararse a vestirse. Estaba emocionado por ir a la escuela, era su primer día de escuela pública; él había estudiado en casa hasta que sus padres murieron y tuvo que quedarse con sus abuelos paternos, los amables y aburridos abuelos paternos que apenas y prestaban atención a lo que hacía. Ellos fueron los que decidieron enviarlo a una escuela pública en lugar de seguirlo educando en casa como sus padres hubieran querido.
Al terminar de ponerse la ropa, tomó su mochila negra con un logo grande de Adidas, se peinó con mucho gel en el cabello y salió a la calle en completa euforia. El día estaba nublado, hacía un poco de frío, las calles estaban húmedas por la lluvia nocturna y estaba todo en un silencio tranquilizador, eso le agradaba a Zack, el silencio, la tranquilidad... lo dejaba pensar todo para no tomar malas decisiones y reflexionar lo que tuviera que reflexionar. Cuando sus padres murieron, un año antes, él disfrutaba de quedarse en el sótano recostado en la oscuridad, en completo silencio, mientras pensaba en sus padres, en cómo eran y ya no serían, en cuanto los extrañaba y cuanto los iba a necesitar, esos fueron tiempos oscuros, tanto que hubo un momento en donde Zack comenzó a temerle a la tranquilidad y el silencio...
El camino hacia la escuela era largo así que Zack comenzó a correr, quería ser el primero en llegar a clase para tomar un buen asiento al frente. La brisa chocaba contra su cara y eso a Zack le agradaba. Era temprano así que tenía tiempo de sobra, ese día era especial, estaba muy emocionado y las expectativas que se había hecho estaban por comprobarse.
—Muchacho, de acuerdo en su examen diagnóstico, está listo para cursar el segundo año de esta institución— Habló el Director mientras caminaba a la par de Zack— Así que decidimos hacerle espacio en el grupo "D" del segundo año y permitirle que empiece de inmediato, ya que las clases acaban de comenzar hace un mes, ya lo hablamos con su abuelo...Zack acomodó la mochila en su hombro y tragó saliva, estaba totalmente emocionado.
—... Muy bien, es éste salón...— Señaló una puerta blanca—...Que tenga un buen inicio de clases y espero no sea muy problemático, muchacho... — Zack no le prestó atención y el Director, resignado, regresó a la dirección a paso lento y cansado
Zack respiró hondo y abrió la puerta. Todas las miradas presentes se posaron en él, aún no estaba el maestro, y esto lo hizo sentirse como oveja yendo al matadero. Caminó entre todos los adolescentes, se veía que todos eran un año mayor que él. Estaba aterrorizado. Se paró frente a uno de los asientos y miró a los chicos que estaban sentados a un lado. Unos gemelos.
—Está ocupado— Dijo uno
—No seas grosero— Dijo el otro
Zack miró con atención, eran casi idénticos y hasta vestían casi igual, eran un cliché muy divertido de gemelos, eran como esos pequeños pares de gemelos que se visten con ropa del mismo diseño pero diferente color, para Zack era realmente extraño y divertido que lo hicieran aún.
—Siéntate... — Dijo uno de ellos, el amable—... Soy Andrew y él es Alex....
—Que onda— Dijo Alex, el mala onda, a modo de saludo
—Gracias, soy Zack y... soy nuevo aquí... —Fue lo primero que se le ocurrió decir
Los gemelos siguieron con lo suyo sin importarles nada sobre Zack. Éste se sentó y acomodó su mochila, todos los chicos del salón platicaban entre ellos menos Andrew y Alex que estaban con sus celulares jugando un juego en línea.
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Amigos © (#1)
Teen Fiction¿Nunca has sentido que te ahogas en tus problemas? ¿Que todo lo que hagas tiene una consecuencia? Ellos sí. Ésta es una historia en donde vemos las vidas de 11 chicos. 11 chicos que sueñan, que desean, que aman, que viven. Pero que también llor...