El chico llamado Axel jugueteó con su lápiz antes de que la clase comenzara, iban a hacer examen final, el semestre pronto terminaría, estaba muerto de miedo por sus notas, había salido mal en casi todo.
De la puerta entró el viejo señor Bailey con su maletín café de siempre y un café en la mano derecha.
—Buenos días, muchachos— Saludó pero nadie le hizo caso
Axel miró disimuladamente atrás de él, en el fondo, donde estaba Chris y Andrew. Después, rápidamente, miró al maestro y sacó un borrador, esperaba que nadie lo haya visto.
Esteban entró por la puerta 5 minutos tarde y hecho un desastre, tenía el cabello despeinado, la ropa arrugada y olía mal. Al sentarse a un lado de Alissa ésta se tapó la nariz y exclamó:
— Esteban ¡Que asco! apestas
Todos los populares lo miraron y se comenzaron a burlar tapándose la nariz, entre ellos Axel. Le parecía que Esteban era un cretino, aunque bueno, también creía que él mismo era un gran cretino. Después de algunas burlas la clase comenzó. Al terminar la primera jornada Alissa corrió detrás de él para alcanzarlo. Axel iba pensando en cosas...
— Axel — Lo llamó
Axel miró a Alissa. Era hermosa, delgada, porrista, promiscua, perfecta.
— ¿Qué pasó, Alissa?
La chica tomó un mechón de su cabello rubio y jugueteó con él.
— Hoy mis padres saldrán de viaje y no estarán dos días, hoy haré una fiesta pero...
— ¿Pero?— Preguntó impaciente
— Quisiera saber si quieres ir mañana solo tu a mi casa, solos tu y yo para charlar y... tal vez...
Axel sonrió pero enseguida borró aquella curva en su rostro.
— Lo siento, Ali, no podré mañana.
La chica dejó su cabello y se retiró, enojada. Axel siempre le cancelaba o la rechazaba, no era ningún secreto que Alissa se moría por él, pero extrañamente Axel nunca le hacía caso a ella. De hecho nunca le hacía caso a nadie, nunca había tenido novia y nunca había tenido sexo. Algo extraño en un chico atractivo. Muchos creían que era porque seguramente era gay pero no era así, había una causa que hacía que él fuera así.
Llegó a la mesa de los populares y Esteban no estaba, Alissa lo miraba con enojo y Adolf junto con Adam jugaban Hockey con los tenedores y una papa. Axel miró a sus amigos y sintió la necesidad de fumar.
— Adam, Adolf ¿Salimos un poco? — Ambos chicos asintieron y se pusieron de pie
Caminaron a la salida los tres juntos y Alissa siguió a Axel con la mirada. Afuera sacó un cigarrillo y lo puso en sus labios para fumar.
Al llegar a casa notó que todo estaba hecho un desastre. Seguramente su padre había estado bebiendo de nuevo, odiaba que su padre bebiera, y más cuando estaba Joe ahí, odiaba a Joe con toda su alma porque... bueno, ya sabrán porqué. Joe era el mejor amigo de su padre y éste lo quería a él incluso más que a Axel. Lo peor era que su madre había muerto y Axel era hijo único. Ambos hombres estaban noqueados por el alcohol en la sala de estar.
— ¿Están concientes?— Preguntó Axel mientras buscaba algo en el refrigerador
No había nada ahí, solo algunas cervezas, una manzana en mal estado, un par de botellas de jugo, una leche cortada y algo que parecía salsa de algo en un recipiente. Frunció el ceño, odiaba su casa.
Caminó con la manzana hasta su habitación y comenzó a desvestirse, después se puso un short y una playera sin mangas, quería estar como y quería dormir un poco antes de lidiar con su padre y Joe, se recostó y puso música, era lo único que lo relajaba además de estar con Adolf y Adam.
9:38 de la noche.
— Axel, Axel...
El chico abrió los ojos como platos y se estremeció.
— Solo callate, Joe se quedará contigo un momento, voy por más Vodka — Dijo el padre intentando parecer menos ebrio
— Yo iré — Respondió Axel levantándose rápidamente
— No seas tonto Axel, eres menor de edad. Yo iré rápido, cuida a Joe. Esta muy borracho.
El hombre salio con dificiltad y Joe entro a la habitación. El amigo de su padre era un hombre grande, músculoso, barbon, velludo y con pinta de ser un maldito. Axel le tenía miedo, y temía que su padre se volviera así de agresivo y malo.
El castaño se quedó sentado en la cama, esperando a que Joe se fuera.
—Axel, sigues igual de guapo que siempre.
Axel se puso de pie. Joe se acercó rápido y lo lanzó hacia la cama.
—Joe por favor no hagas esto — Pidió Axel deseando estar en cualquier otro lugar
—¿Porque no me das un beso y luego me voy?
— No, Joe. Vete.
Joe se acercó y Axel cerró los ojos con fuerza, no se atrevía a hacer nada, Joe parecía un luchador. Axel intentó alejarse de la cama pero Joe lo sostuvo. El hombre se puso de rodillas y comenzó a lamer la entrepierna de Axel con el boxer puesto. Axel cerraba los ojos con fuerza, le daba asco y se sentía violado, sucio. A veces lo hacía, se la chupaba Joe en contra de su voluntad pero el hombre era un cerdo, Axel odiaba a Joe.
Al llegar a la escuela Axel pasó a un lado de Chris y ambos se miraron.
— ¿Tienes algo que decirme? — Preguntó Chris
Axel lo ignoró. Después se sentó junto a Adolf y de nuevo lo volteó a ver. Se sentía mal por el chico. Lo odiaba por ser gay abiertamente y odiaba que todos lo aceptaran. Pero, mas que nada, odiaba que fuera feliz así.
— ¿Que te pasa, Axel?— Preguntó Adolf — ¿Estás bien? Axel...
—¿Porqué no contestas? — Preguntó Adam tocándole el hombro
—No quiero estar aquí. — Respondió Axel al fin
— ¿Quieres que vayamos a otra parte? — Preguntó Adolf
Axel asintió y los tres chicos salieron antes de que el profesor Hoggart llegara al aula.
Caminaron hasta el patio de la escuela y se sentaron.
— Somos tus amigos desde los 8 años, Axel. ¿Qué te ocurre?— Habló Adolf
— Tenemos que entrar a clases, Axel.— Mencionó Adam
— Solo déjenme solo, por favor... solo váyanse un momento — Pidió Axel
Sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas que parecían arder. Adam, a quien no le importaba mucho la amistad de Axel, se puso de pie y se fue. Adolf, que era el más cercano a Axel y lo consideraba su hermanito, se puso de pie y lo miró.
— ¿Estarás bien?— Preguntó
— Si, no te preocupes — Habló Axel ocultando su rostro
Adolf se alejó lentamente. Axel se recostó y cerró los ojos, todo lo malo llegó a su cabeza como flechas incrustándose en su memoria. Sollozó y se tapó la cara con las palmas de las manos.
— ¿Estás bien? — Preguntó alguien
— Adolf, te dije que te fueras, estoy bien.
— No pareces bien
Axel, quitó las manos de su rostro y se encontró con quien nunca creyó que querría ayudarlo, Chris.
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Amigos © (#1)
Teen Fiction¿Nunca has sentido que te ahogas en tus problemas? ¿Que todo lo que hagas tiene una consecuencia? Ellos sí. Ésta es una historia en donde vemos las vidas de 11 chicos. 11 chicos que sueñan, que desean, que aman, que viven. Pero que también llor...